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A pesar de algunos...

Luis Carlos Albalá, diputado regional y portavoz de Economía del Partido Popular en el Parlamento de Cantabria

"Las cosas van mucho mejor en Cantabria que hace dos, tres o cinco años. Cada día un poco mejor... Y esto es válido en todos los terrenos de la política regional que hacen referencia a la marcha general de nuestra Comunidad Autónoma. Igual da si hablamos de deuda pública, de déficit, de políticas sectoriales o de empleo. Sí, también en cuestión de empleo".

 

A la recurrente pregunta de "cómo van 'las cosas' en Cantabria", no creo que nadie -salvo tal vez casos de optimismo patológico desinformado o irresponsable- pueda responder que "muy bien", y hacerlo así, sin matices. Mientras el paro sea uno de los problemas que más nos preocupa a las gentes de nuestra tierra, esa respuesta sería cruel para quienes lo padecen, directa o indirectamente, además de inconsistente con la propia realidad de las cosas. Por tanto, no me queda ninguna duda de que "las cosas" tienen mucho que mejorar para podernos referir a ellas con esa deseada concisión, "bien", que permita ser pronunciada sin demasiados matices.

Pero, ya que hablamos de "mejorar", esa es precisamente la cuestión. Nada pasa de "malo" a "bueno", de "negro" a "blanco" o de "frío" a "caliente" sin una ineludible transición, y es ahí en donde podemos hablar de "peor" o "mejor", de "mejorar", etc.

Y, ahora sí, podemos hacer la pregunta con mucha mayor precisión: "¿mejoran 'las cosas' en Cantabria?". Y aquí sí que la respuesta me atrevo a darla con contundencia, sabiéndome respaldado por las constantes certezas que día a día ganan terreno: las cosas van mucho mejor en Cantabria que hace dos, tres o cinco años. Cada día un poco mejor... Y esto es válido en todos los terrenos de la política regional que hacen referencia a la marcha general de nuestra Comunidad Autónoma. Igual da si hablamos de deuda pública, de déficit, de políticas sectoriales o de empleo. Sí, también en cuestión de empleo.

Hay un irracional empeño, por parte de la oposición política, en desacreditar lo que desde todos los estamentos, oficiales y privados, se constata mes a mes y trimestre a trimestre, que no es otra cosa que el hecho (que no la opinión) de que el empleo se va recuperando y de que las perspectivas a corto y medio plazo son, cuando menos, esperanzadoras, dicho esto con la prudencia que las circunstancias aconsejan.

Y ello se puede defender con datos, muchos y abrumadores. Sólo alguna muestra de los mismos: Cantabria encadena tres meses consecutivos de reducción del paro y gana 5.500 nuevos afiliados a la Seguridad Social; se crea empleo neto por primera vez desde 2007; estamos a la cabeza de España en conversión de contratos temporales en indefinidos; hemos tenido el mejor mes de abril de toda la serie histórica; en 2013 fuimos la Comunidad Autónoma líder en constitución de nuevas empresas.

Y hay muchos más indicadores que sustentan y confirman lo que ya es un hecho: Cantabria va mucho mejor que hace un tiempo, al igual que la situación de España nada tiene que ver con la que había cuando el Partido Popular accedió al Gobierno de la Nación. Los datos que apuntan a la recuperación son incuestionables por objetivos, aunque los mismos que negaron la crisis allá por 2008 (¡y que lo seguían haciendo en 2010!), se empeñen ahora también en negar, con tozudez, la realidad de una recuperación innegable.

Efectivamente, la recuperación ha comenzado hace ya algún tiempo, en Cantabria y en España, y no hay mejor fórmula para corroborarlo que la evolución del empleo. Gracias a las políticas del Presidente Rajoy se ha conseguido que en el último año haya 305.000 parados menos y 200.000 afiliados más a la Seguridad Social. Es un hecho que entre los años 2008 y 2011, el 70% de los nuevos parados de toda la Unión Europea se generaban en nuestro país y, sin embargo, en el último año, una de cada tres personas que abandonan el desempleo en Europa lo hacen en España. Sí, España es líder en la Unión Europea en creación de empleo.

Queda mucho trabajo por hacer. El Gobierno de Cantabria y su Presidente Diego no se cansan de repetirlo. Las cicatrices de la cruel crisis de los últimos años exigen seguir trabajando con toda la intensidad posible. Y qué bueno sería para Cantabria poder hacerlo contando con todos, también con los partidos que tanto tuvieron que ver con el agravamiento de la crisis en nuestra región. Pero, tristemente, prefieren entender su papel en el momento actual como meros espectadores escépticos que niegan evidencias, argumentos y pruebas incontestables de las buenas noticias que planean sobre Cantabria y España, rechazando, con su actitud, la esperanza que con prudencia pero con confianza deberían transmitir a todos los sectores de la sociedad. Una cosa es ser vigilantes críticos de la acción de gobierno, y otra muy distinta ser agoreros que incluso no dudan en falsear la lectura de los datos para negar la realidad, aunque ésta venga avalada por la unanimidad nacional e internacional.

Las cosas van mejor, ¡mucho mejor!. Lo sabemos y seguiremos trabajando para consolidar esa mejoría aunque, en ocasiones, sea a pesar de algunos...

 

Tribuna de opinión publicada el 22 de mayo de 2014 en El Diario Montañés

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