Fracking
Gonzalo Piñeiro, Encarnación Salmón, José Luis Vallines y Tamara González, senadores del Partido Popular por Cantabria
Gonzalo Piñeiro, Encarnación Salmón, José Luis Vallines y Tamara González, senadores del Partido Popular por Cantabria
Los senadores del Partido Popular (PP) de Cantabria siempre nos hemos opuesto al uso del fracking en esta región. Siempre hemos respaldado la iniciativa del Gobierno de Cantabria de prohibir esta técnica en nuestro territorio y nunca, en ninguna de nuestras decisiones, la hemos cuestionado. Ni cuando el presidente regional, Ignacio Diego, anunció el pasado 5 de octubre de 2012 su propósito de aprobar una ley para excluir la aplicación de esta técnica en nuestra región, amenazada por los permisos concedidos años antes por los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Miguel Ángel Revilla; ni cuando el Gobierno de Cantabria convirtió esa idea en proyecto de ley, a principios de 2013; ni cuando el Parlamento de Cantabria lo convirtió en ley, la primavera pasada. Nunca.
Como senadores de Cantabria, suscribimos las razones que han llevado al Gobierno de Ignacio Diego a prohibir la utilización de esta técnica en nuestra tierra, debido a sus particularidades. ¿Cuáles son esas particularidades? Cantabria es una región con unos valores paisajísticos muy concretos, donde la proliferación de estaciones de perforación podría provocar un impacto muchísimo mayor que en otros lugares. Cantabria es una región en la que abundan los acuíferos y las aguas subterráneas, por lo que nuestros recursos hídricos podrían verse más afectados si, como parece ser hasta la fecha, el uso del fracking pudiera contaminarlos. Cantabria es una región con numerosísimas cavidades en su subsuelo, por ello es mucho más sensible que otras zonas ante posibles perforaciones. Y Cantabria es una región donde la dispersión de la población haría imposible la instalación de pozos alejados de los núcleos de población, ya que todo nuestro territorio está poblado.
Las modificaciones legales que se han tramitado estos días en el Congreso de los Diputados y en el Senado tampoco contradicen esta postura. Por una parte, la Ley de Hidrocarburos regula la utilización de esta técnica en el conglomerado de técnicas de producción energética de este país ya que hasta ahora no estaba incluida porque no existía esta técnica, y regula en qué condiciones, con carácter general, debe utilizarse y es posible que en un futuro no muy lejano sea la Unión Europea la que obligue a una nueva normativa. Pero ello no quiere decir que la técnica del fracking se pueda utilizar en todos los puntos de nuestro territorio, sino sólo cómo debe regularse y autorizarse en aquellos puntos en que vaya a hacerse. Asimismo, y para obtener mayores garantías, se ha acordado exigir un estudio de evaluación ambiental con carácter previo a las autorizaciones, aspecto que hasta ahora tampoco estaba regulado. ¿Es eso malo?
Estas razones, que justificaron la aprobación de la Ley contra el Fracking por parte del Gobierno de Cantabria, las compartimos los senadores de Cantabria tanto como el que más. Ahora bien ¿Eso significa que tengamos que prohibir el fracking en toda España? Quizá haya regiones en las que el impacto sea menor, o en las que no abunden en la misma medida los acuíferos subterráneos, o en las que la población no viva de manera tan dispersa. Quizá para otras regiones de España el fracking no sea un problema, sino una fuente de energía generadora de riqueza. Siempre se habla del desierto de Los Monegros, en Aragón. Quizá esta técnica pueda ser viable en ese lugar, con las debidas garantías. O no. Pero que sean los aragoneses quienes decidan si debe prohibiese o no. Nosotros decimos que no queremos el fracking en Cantabria, pero no les decimos a los aragoneses qué es lo que tienen que hacer en Aragón. En todo caso, será un debate que tendrán que resolver ellos mismos y no nosotros.
Esa es nuestra postura y no hay contradicción en ella. Contradicción habrá, en todo caso, en el comportamiento de quienes concedieron los permisos en los años 2009, 2010 y 2011 y ahora se oponen y exigen que se prohíba en toda España. El PP no concedió tales permisos, pero dice que en Cantabria, por sus especiales condiciones, queda prohibida la utilización de esta técnica. Y que en otras regiones de España sean ellos mismos quienes decidan, por lo que de igual manera que ha hecho Cantabria, están legislando para que sean las propias Comunidades Autónomas las que decidan las condiciones o negativa total a esta técnica.
Ahora bien, reconocer la existencia de esta técnica, regular a quién corresponde su autorización, regular en qué términos y con qué requisitos pueden o no concederse los permisos y establecer la necesidad de someterlos a evaluación ambiental no quiere decir que en cualquier sitio de España pueda perforarse mediante esta técnica. Al igual que la legislación española contempla la posibilidad de generar energía eléctrica a partir de aerogeneradores, pero a nadie se le ocurriría colocar un aerogenerador sobre la cueva de Altamira o junto a la catedral de Burgos, tampoco la legislación aprobada sobre el fracking establece 'barra libre' para la utilización de esta técnica. Si, como en el caso de Cantabria, una región decide prohibir su práctica en el ámbito de su territorio, como ha hecho Cantabria en el ámbito de sus competencias sobre protección del medio ambiente y ordenación del territorio, corresponderá luego a esa región defender sus derechos ante posibles controversias legales. ¿Por qué, a iniciativa del Partido Popular, se ha aprobado por unanimidad una Ley prohibiendo el fracking en nuestra región? No me cabe duda que fue porque creemos en nuestra autonomía y en nuestras competencias, lo mismo que debemos respetar las decisiones de otras regiones conforme a sus propios Estatutos.
No creemos haber incurrido en contradicción o en incoherencia en estos días. Contradictorios e incoherentes han sido otros que permitieron el fracking en nuestra región y ahora pretenden culpar a quienes no sólo no lo han autorizado, sino que han legislado para su prohibición. Contradicción e incoherencia tienen los socialistas con los permisos concedidos en Cantabria por el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero y mucho más contradictorio y más incoherente fue el Gobierno del Sr. Revilla al no oponerse, e incluso su Gobierno concedió un permiso para perforar en la comarca del Saja-Nansa el 31 de marzo de 2011. Posteriormente y poco tiempo después, ya en la oposición, tuvo el valor de presentarse en una manifestación contra el uso del fracking en Cantabria. ¿Quién es aquí el contradictorio y el incoherente? Desde luego, nosotros no. No se puede culpar a los senadores del PP elegidos por Cantabria de ambivalencia y mucho menos de la solidez de nuestros principios que esperamos queden claros con nuestro NO al fracking en Cantabria.
Tribuna de opinión publicada el 14 de octubre de 2013 en El Diario Montañés
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