La portavoz de Educación del PP, Mercedes Toribio considera que en los últimos días “estamos viendo en los medios de comunicación como al consejero de Educación se le amontonan los problemas. Sin embargo su prioridad sigue siendo hacer política y dar mal ejemplo, como ha demostrado con la eliminación de la reválida en 6º de Primaria”.
Toribio recuerda las numerosas quejas de estudiantes de diversos centros ante la falta de designación de profesores sustitutos cuando hay bajas, “una situación que ha llevado a una recogida de firmas por un colectivo de estudiantes para quejarse de esa falta de profesores en los centros. En algunos casos, y tal y como han denunciado, llegan a ser de ocho semanas, caso del IES Torres Quevedo sin profesor de inglés en 2º de Bachillerato”.
“No es mejor su actitud hacia la junta de personal que le sigue esperando para sentarse a negociar y hacer realidad sus promesas mientras estuvieron en la oposición y que ahora parece haber olvidado”.
“O qué decir de los sindicatos. Recientemente el sindicato ANPE ha criticado la ausencia del consejero de Educación en la mesa sectorial docente, instándole también a cumplir sus promesas. Y es que tal y como le han recordado ha pasado casi un año desde que el PSOE accedió al control de la consejería de Educación y desde ese momento las organizaciones sindicales solo han recibido palabras huecas y promesas”.
La portavoz de Educación se pregunta “¿en qué emplea el tiempo entonces el consejero?”, a lo que añade “en vez de trabajar para solucionar los problemas de los estudiantes y las reivindicaciones del sector en el plazo más breve posible se dedica a fomentar el incumplimiento de las leyes, en un ejercicio de irresponsabilidad que nos parece lamentable”.
Para Toribio el principal objetivo del consejero socialista ha sido paralizar la LOMCE e impedir su aplicación como fuera, “derogar sí o sí, sin alternativa alguna, porque la única que conocen es la que ha conducido al sistema educativo español al más absoluto de los fracasos”.
“En el Partido Popular creemos en un sistema exigente, pero a la vez inclusivo e integrador, que ayude más a quien más lo necesita, que dé respuesta a los alumnos con necesidades educativas especiales, que fomente la convivencia, la solidaridad, la participación”.
“No entendemos su oposición frontal a las evaluaciones, esas evaluaciones de las que disponen veinticuatro de los treinta y cuatro países de la Unión Europea y que hacen que los alumnos mejoren el nivel de rendimiento entre un 20 % y un 40 %”, concluyó.