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Buruaga avisa de que la cuarta coalición del PRC con el PSOE es un gravísimo error para Cantabria

La presidenta  asegura a Revilla que el PP va a ser su mejor aliado en la defensa de la autonomía 

Intervención de María José Sáenz de Buruaga

Debate de Investidura

(X Legislatura)


Esta es la cuarta vez que vamos a votar en contra de una coalición suya con el PSOE. Ninguna de las tres anteriores fue buena para Cantabria y estamos convencidos de que,  como las mismas causas suelen producir los mismos efectos, está tampoco lo será.

En las tres investiduras anteriores, teníamos dos razones fundamentales para oponernos: que usted no había ganado las elecciones y carecía del respaldo ciudadano suficiente para aspirar al más alto cargo de la autonomía y que, siendo legítima y legal una alianza de los partidos menos votados, su coalición con el PSOE no atendía las verdaderas prioridades de esta tierra.

Es evidente que la primera de esas razones ha desaparecido, puesto que es la primera vez en 40 años que usted se presenta en esta Cámara habiendo ganado las elecciones.  Le felicito otra vez por ello.

Hoy no hace usted otra cosa que lo que hicimos nosotros en muchas otras ocasiones: aspirar a gobernar después de haber sido los más votados.

Ya lo sé. A usted nunca le valió ese argumento moral. Ocupar el poder fue siempre más importante que respetar la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Confiamos en que ahora que ha ganado por primera vez sienta un poco más de aprecio por el valor de haber recibido más votos que los demás.

Porque si hoy, recetando su propia medicina, viniéramos todos aquí coordinados para enviarle a la oposición, seguro que le parecería a usted una injusticia. Eso es exactamente lo que usted hizo en el año 2003 contra 18, en el 2007 contra 17 y en el 2015 contra trece.

Así que, señor Revilla, que haya ganado es totalmente irrelevante en su argumento, puesto que nunca ha reconocido el derecho de los ganadores, sino solo las mayorías aritméticas que aquí se formen.

Afortunadamente, nosotros sí somos coherentes y respetamos la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas. Por eso, toda Cantabria ha visto, esta vez, un Partido Popular abierto, moderado, dialogante y en plena disposición negociadora, con un programa de gobierno en la mano y dos premisas muy claras sobre la mesa: estabilidad y cambio para Cantabria.

Estabilidad política que no garantiza su cuarto gobierno con el PSOE y no hay más que echar la vista atrás para ver cuatro años de crisis y enfrentamientos permanentes entre los socios, agravados con la aparición del secretario general de los socialistas que ahora va a ser su vicepresidente. Si mal convivieron fuera del Gobierno, imagínense dentro.

Y cambio de rumbo que solo es posible conformando un gobierno distinto, un gobierno sin un PSOE responsable, hasta ahora, de dirigir y gestionar el 80% de las políticas y del presupuesto de Cantabria.

Cantabria entera ha visto también que, entre las dos opciones posibles, entre un Gobierno con el PP  o un Gobierno con el PSOE,  usted ha elegido otra vez al PSOE y a Pedro Sánchez.

A nosotros no nos sorprende en absoluto porque, tal y como veníamos advirtiendo, este acuerdo estaba prácticamente cerrado antes incluso de la campaña electoral.

El desenlace era, por tanto, más que previsible: el voto de Revilla en Madrid a cambio de los votos del PSOE en Cantabria. Yo te doy la Presidencia, tú me las das a mí y Cantabria y los cántabros que esperen, que sigan esperando, porque esta será la cuarta coalición del conjunto vacío para Cantabria.

La segunda razón para votar no a su investidura no sólo no ha desaparecido, sino que es más intensa que nunca.

Basta con leer el acuerdo que su enviado a Madrid ha firmado con Pedro Sánchez, el gran paraguas con el que usted se presenta hoy aquí para justificar su coalición. ¡Bueno!, dice usted con Pedro Sánchez, porque ni a usted ni a él les hemos visto negociando nada.  Para eso, no ha tenido ni un minuto, aunque sí tuvo toda una mañana para firmar su nuevo libro en El Retiro.

El documento será papel mojado si la investidura nacional no puede celebrarse por desacuerdos entre Sánchez y sus potenciales complementos. Usted mismo lo reconoció ayer cuando nos dijo que quién se atreve a hacer promesas en estas circunstancias.

Pero yo añado más y es que, pase lo que pase, el documento es absolutamente estéril y sin validez ninguna.

Hasta ahora, Sr. Revilla, ha conseguido usted mucho para sí mismo y casi nada para Cantabria. Usted, fama y poder, Cantabria, promesas incumplidas.

Pero da lo mismo, no importa. Entrega de nuevo gran parte del poder de Cantabria a los socialistas, pero Cantabria no logra garantía de nada. Ustedes sí, de sus despachos, de sus alcaldías, de su senador. Eso sí, garantizado en dos semanas y para cuatro años.

¿Y las promesas para Cantabria? Esas no tienen garantías, porque, le recuerdo, Sr. Revilla, que hace cuatro meses el Sr. Sánchez presentó al Congreso el Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019 en el que  Cantabria era una de las poquísimas regiones españolas en las que los socialistas querían invertir menos que el año anterior, menos que el presupuesto del Partido Popular.

¿De verdad que ese cúmulo de vaguedades que han firmado le parece garantía suficiente frente a los campeones del incumplimiento con Cantabria?

Los regionalistas no han podido rebajar más el listón, porque esos supuestos compromisos no obligan a Pedro Sánchez a nada. Es más, suponen un gigantesco paso atrás y se lo voy a demostrar.

El Ave a Madrid, entre Palencia y Santander, paralizado por el Gobierno socialista en 2010 y que, tras el impulso del ministro de la Serna, con la vuelta de los mismos vuelve a encallar.

Asegura el Sr. Mazón, es decir, usted, un recorrido de tres horas a partir de 2024 ¿Dónde lo pone?, porque en su documento no.

Dice el Sr. Mazón, es decir, usted, que la duplicación de la vía entre Santander y Torrelavega tiene que estar finalizada antes de que  termine el 2022, pero no lo dice su documento.

Socialistas y regionalistas nos aseguraron en tiempos de Zapatero que, en el año 2015, el AVE llegaría a Cantabria sí o sí  y, ahora, en tiempos de Sánchez volvemos a las andadas.

Porque no hay fecha de terminación para Palencia-Alar; no hay fecha de inicio y terminación para  Alar-Reinosa que se condiciona a requisitos medioambientales inconcretos, ni fecha de finalización de la modernización del trayecto Reinosa-Torrelavega. No hay fechas ciertas de finalización de nada.

Respecto al ferrocarril Santander-Bilbao, otra promesa de 2009 metida por los socialistas en un cajón, su supuesto compromiso será inverificable antes de las siguientes legislaturas autonómica y nacional, puesto que no se licitará ninguna obra, como muy pronto, antes de 2024.

¿Qué significa impulsar Sr. Revilla? ¿Un año, dos, tres o siete?

No hay ningún compromiso económico de entidad para la presente legislatura y, además, el PSOE ni tan siquiera garantiza la inclusión del Santander- Bilbao en el corredor europeo porque cumple con hacer una mera solicitud ante las instituciones europeas.

¿Qué decir del área logística del Llano de la Pasiega? Ni plazos, ni ataduras presupuestarias, exactamente igual que en el apartado referido a carreteras, donde se mencionan diez actuaciones, las diez actuaciones de siempre, sin fechas de finalización ni estimaciones económicas, inaceptable para toda la conexión entre Aguilar y Burgos que lleva más de dos décadas sin terminarse.  Está claro, esto es un engaño a Cantabria.

Y en Valdecilla, llueve sobre mojado, Sr. Revilla. Dígame qué cabe esperar de un acuerdo que ni tan siquiera consigna la deuda pendiente que ustedes mismos han cifrado en 121 millones.

¿Cómo puede fiarse del Gobierno socialista con sus antecedentes en Valdecilla? Un abandono total que  usted sufrió en primera persona y conoce mejor que  nadie. Cero euros, Sr. Revilla, cero euros frente a los 285 millones financiados por los gobiernos del Partido Popular, incluidos los 22 millones recibidos en 2018, porque también esos 22 millones de los que presume su futuro vicepresidente fueron consignados por el Gobierno del Partido Popular en un Presupuesto del Partido Popular.

Y en 2019, cuando nos dejaron a solas con ustedes y el Gobierno de Sánchez, otra vez cero. ¿Y dicen ustedes que Valdecilla es seña de identidad de este Gobierno? Hace falta mucho atrevimiento.

Ahora ya sabe lo que nos espera en 2020 y, si no lo sabe, hace unos días se lo recordaba un ilustre catedrático: si los compromisos no están en los presupuestos, decía  – y los compromisos no están en los presupuestos – no tienen ninguna eficacia jurídica.

En resumen, aquí no hay más plazos ciertos que los que las obras que dejó tramitadas o adjudicadas el Gobierno de Mariano Rajoy. Todo lo demás es etéreo y sin garantía, sin fechas y sin financiación.

Vamos para atrás como los cangrejos porque ustedes solo reivindican y rompen su silencio cuando en España gobierna el PP.

Sr. Revilla, se ha puesto usted voluntariamente en manos del siguiente Pepe Blanco, que ahora es Pepe Ábalos y es toda Cantabria la que lo va a sufrir.

Sus papeles son, en realidad, otro timo de la estampita, una mera excusa publicitaria para tratar de legitimar un crudo reparto de poder entre socialistas y regionalistas, un intercambio de favores que no tiene nada que ver con las necesidades de esta tierra, sino con las necesidades e intereses de esos dos partidos.

Y no nos hablen de compromisos socialistas con el PRC, se lo ruego. Todos sabemos lo que valen, que es nada.

¿Acaso le parecen pocos incumplimientos dos trenes de alta velocidad, Valdecilla, la autovía del Agua y la autopista Dos Mares, prohibida por la que hoy es Ministra de Transición ecológica de Pedro Sánchez?

Este es el socio que usted nos trae de nuevo para que lo votemos como gobernante de Cantabria. Con semejantes antecedentes, no sólo está justificado, sino que es obligatorio oponernos y votar no

Y ¿qué decir de su acuerdo de gobierno? Ni siquiera merece la pena entrar en su contenido, porque el problema es mucho más grave. El  problema es que hemos conocido ya más acuerdos de esta naturaleza y ya sabemos de qué sirven y en qué quedan: en agua de borrajas.

Da lo mismo lo que firmen porque, dentro de cuatro años, no será más que otro rosario de promesas y compromisos incumplidos. Y es que, el principal problema de esta coalición es que no son ustedes unos recién llegados ni a la política ni al gobierno; que son viejos conocidos y que todos sabemos que no tienen ni proyecto, ni gestión, ni credibilidad, ni resultados, que este acuerdo de gobierno es pura propaganda.

No nos dicen si su política fiscal será la de subir o bajar impuestos a los ciudadanos, del mismo modo que no mencionan en ninguna parte de su acuerdo la financiación autonómica, el principal reto al que Cantabria se enfrenta en la presente legislatura.

Lo que sí sabemos es que usted, Sr. Revilla, se quita ambas cuestiones de encima para que sea su socio de gobierno el que cargue con el mochuelo. Desde luego, un muy mal presagio.

Se llenan ustedes la boca con la defensa de la sanidad pública, como siempre, pero ocultan la deuda de 200 millones que han generado al cierre de legislatura y que van a seguir engordando hasta explotar como la última vez,  con 261 millones que los cántabros hemos pagado y seguimos pagando carísimos.

Hablan de la dependencia y los servicios sociales los mismos que han empeorado la atención, recortado sus recursos y abocado al sector a un conflicto y una situación de colapso sin precedentes.

Toda la campaña pregonando que había que integrar la sanidad y los servicios sociales para  una mejor gestión y, cuando llega la hora de la verdad, las separan para maquillar con cuatro consejerías que,  en realidad, debieran ser tres la pérdida de poder del Partido Socialista en el reparto.

Está claro. Más consejerías, más fotos y más empresas públicas donde colocar correligionarios para los regionalistas, mientras los socialistas han pasado de una vicepresidencia con “super- poderes” a otra que es la mitad del Sr. Mañanes.  

Ahora se comprometen ustedes a apostar por la inversión pública como motor de crecimiento cuando,  a lo largo de estos cuatro años, nos engañaron y dejaron sin ejecutar 214 millones de euros de la inversión presupuestada. 

Increíble, tanto como que hayan tenido que pasar 18 años para que usted, responsable eterno del urbanismo en Cantabria, aprecie de repente la urgente necesidad de aprobar el PROT y los planes generales de ordenación urbana en nuestro territorio.  Muchos años oyendo lo mismo.

Asusta su frivolidad, como asusta la manipulación que ustedes pretenden de determinadas instituciones que han de estar por encima del compadreo político y libres de cualquier sospecha partidaria.

¿Cómo pueden incluir en este reparto de poder político el nombramiento del Interventor General de la comunidad autónoma?

¿Cómo después de una legislatura en la que han cesado ustedes al Interventor General  para tratar de encubrir las irregularidades de la cúpula directiva del SCS?

Y, por cierto, Sr. presidente. Le llevamos la denuncia y nos dio con la puerta en las narices, miró para otro lado y, por eso, primero tuvo que intervenir la Fiscalía y después el juez.

No se me ocurre mejor manera de dañar la credibilidad, la independencia y la profesionalidad de esta figura fiscalizadora del funcionamiento de la Administración.

¿Cómo quiere que la gente piense que esto es algo más que un reparto de cargos e influencias públicas? La única novedad reseñable es que el PRC  por fin se atreve a gestionar un servicio público esencial como la educación.

Ya veremos, a falta de programa propio, si con el programa del Partido Socialista o del Partido Popular.

Está claro, la cuarta coalición es más de lo mismo porque el único proyecto que, de verdad, aglutina a socialistas y regionalistas es su propio bienestar.

No hay proyecto de región, no habrá cambio y tampoco habrá estabilidad.

Ojalá me equivoque, pero mucho me temo que  vamos a asistir a una legislatura cargada de tensiones y de incertidumbre, a una legislatura convulsa en Cantabria, en la que el Partido Popular va a ser tan importante como siempre, pero más necesario que nunca.

Y es que nos dirigimos a pasos agigantados a una situación de fragilidad económica e inestabilidad política con un Gobierno nacional, un Gobierno autonómico y multitud de gobiernos municipales débiles e inconsistentes, la peor receta para avanzar.

Un polvorín político amarrado por una cascada de acuerdos forzados para salvaguardar intereses partidistas, que pueden saltar por los aires en cualquier momento. Unos tras otros.

Díganos hoy, Sr. Revilla ¿Qué va a hacer usted cuando Sánchez incumpla su acuerdo? Porque usted yo sabemos que lo va a incumplir.

Una vez QUE pase la investidura, si es que la hay, sus promesas no valdrán nada y a partir de entonces, el Sr. Mazón, no será más que una plañidera durante otros cuatro años.

¿Qué va a hacer entonces, Sr. Revilla, tragar como siempre, amenazar con enfadarse o comerse otro buey?  ¿Qué es eso de “tomar medidas” si le vuelven a engañar?

Y ¿qué va a hacer cuando la convivencia con su socio y vicepresidente se haga imposible? Porque son ustedes como el agua y el aceite.

Dicen que los matrimonios de conveniencia, aunque no sean los más felices, pueden ser los más duraderos, pero yo les auguro muy poco porvenir.  A ustedes y, con ustedes, a Cantabria que es lo que  verdaderamente me preocupa.

Y, en este contexto, es obligatorio votar no, Sr. candidato,  porque  esta vez no puede decir que no había más remedio que esta fórmula.

Porque esta vez si había remedio. Esta vez podía gobernar usted en coalición con otra mayoría absoluta, más absoluta todavía, pero con un programa rotundamente diferente.

Un programa para reducir impuestos y aliviar a las familias; avanzar de verdad en la conciliación; ocuparse de los parados mayores de 45 años que son los jubilados pobres de mañana; evitar que nuestros jóvenes tengan que abandonar su tierra por falta de oportunidades; fomentar la inversión pública y privada; poner una alfombra roja al emprendimiento; ofrecer soluciones a nuestros autónomos e impulsar la Formación Profesional.

Un programa para rejuvenecer la Cantabria rural y fortalecer al sector primario; para  solucionar los  graves problemas industriales, el desorden sanitario creciente e implantar criterios de calidad y equidad en nuestro sistema educativo.

En definitiva, un programa para ocuparnos de verdad de lo importante, de las cosas de comer, del día a día de las personas, de todo aquello a lo que usted no ha dedicado ni un minuto durante cuatro años ni en el día de ayer.

Todo eso se puede lograr pero con otro programa y no metiendo de nuevo en el Gobierno a un partido que considera que el despilfarro es progresista y que los problemas de la burocracia se solucionan con más burocracia todavía.

Ha tenido usted, Sr. Revilla, la estabilidad y el cambio en sus manos, pero ha elegido más de lo mismo. Mismos socios, mismo procedimiento y mismas consecuencias: menos empleo, mal gobierno, falta de resultados y pérdida de oportunidades para Cantabria. Esa es y será sin duda  su responsabilidad.

Sr. Revilla, no  podemos creer este programa de investidura y estoy siendo muy benévola con usted, porque lo de ayer fue de todo menos eso.

Usted fue ayer el mejor relator de su propio fracaso. Los pocos proyectos que mencionó son incumplimientos reiterados de su Gobierno. No vino usted a comprometerse con Cantabria, vino a justificarse y a pedir prórroga.

Nada es creíble, como no fue creíble lo de las tres centrales eléctricas de ciclo combinado en el Besaya, como no fue creíble que miles de chinos invadirían Comillas para estudiar español, como no fue creíble que el puerto recreativo de Laredo sería el más importante del norte de España y no es creíble, a día de hoy, lo de los 2.000 empleos en las minas de zinc del Besaya después de tres años oyendo la misma canción.

Porque no es creíble esa Cantabria idílica tantas veces prometida por usted. Estos cuatro años que, en realidad han sido 12 años de coalición socialista regionalista, nos han convertido en una región rezagada y sin oportunidades que ha desaprovechado unos años preciosos de recuperación en toda España.

Aquí no ha habido ninguna catástrofe económica, claro que no.  Nuestra economía ha crecido porque toda España ha crecido gracias a las políticas económicas del Partido Popular, pero ha crecido menos y por debajo de la media nacional, un promedio del 2,8% frente a un 3.1% y menos que nuestras comunidades vecinas que nos han comido la tostada.

En consecuencia, el empleo también crece menos en Cantabria.  En cuatro años, en España se han creado casi 2.5 millones de empleos. En Cantabria, su Gobierno no ha llegado ni a 15.000, cuando de haber crecido al mismo ritmo que el resto  deberíamos haber creado 26.500.

No hay datos que hablen mejor que éste. Nos  debe usted, Sr. Revilla, 12.000 empleos nuevos a todos los cántabros. Así de claro.

Dice usted que baja el paro, también es cierto,  pero no dice cómo ni a costa de qué, porque casi la mitad del descenso del paro (40%) se debe no a la creación de empleo, sino a la pérdida de población activa, a un Gobierno que  expulsa a los jóvenes de esta región y deja en paro permanentemente a los mayores.

Una cosa es predicar en La Sexta y otra bien distinta dar trigo en Cantabria y eso usted no lo ha hecho, no lo ha hecho en la medida  suficiente.

En el ámbito de la industria, es patético ver al futuro presidente sacar pecho cuando  ni una  sola industria se ha instalado en la región en estos últimos cuatro años y las que quieren crecer, solo encuentran problemas y trabas.

Tenemos las grandes industrias cogidas con pinzas, a los trabajadores de Sidenor o Ferroatlántica en vilo, los de Fundinorte en casa porque la empresa de San Felices está cerrada, a Solvay esperando respuestas para su transición energética y  Santander Coated Solutions, que quería crecer en Cantabria se va a León porque, año y medio después, su Gobierno no ha sido capaz de gestionar los correspondientes permisos y autorizaciones ambientales.

Y no quiero ni hablar de la industria del automóvil si  sigue cayendo la venta de coches y la producción.

Sres. diputados. Ni un solo metro cuadrado de suelo industrial. Cuatro, ocho o doce años hablando de la Pasiega y todavía no ha movido un papel quien tiene que hacerlo.

Cuatro años de Gobierno socialista- regionalista y no hay más que un power point de 26 folios. Sr. Revilla, el enemigo de la Pasiega no está fuera, lo ha tenido usted dentro.

Tampoco se apuesta por el turismo ni se generan nuevos atractivos. Lo único que nos ha dejado esta legislatura es un Año Jubilar Lebaniego que pasó de largo sin pena ni gloria.

En definitiva, siguen ustedes viviendo de las rentas porque la telecabina de Cabárceno, los cañones de nieve de Alto Campoo o los proyectos culturales de la ciudad de Santander de los que ahora se intenta apropiar son proyectos que se ejecutaron o gestaron en la legislatura del Partido Popular.  Hasta al Sr. de los zapatos más caros de mundo lo trajo el Partido Popular.

Y suma y sigue, porque a quienes tienen iniciativa se les abrasa a impuestos, porque  no hay impuesto que no hayan subido esta legislatura a las familias y emprendedores.

A los autónomos, la principal empresa de esta región, se les somete a un calvario burocrático y también, por eso, esta legislatura termina con  600 autónomos menos en Cantabria, a pesar de cuatro años de recuperación en toda España.

Y qué decir de nuestros grandes servicios públicos cuando está a la vista.  La legislatura terminó y lo hizo con los problemas sin resolver, con las promesas sin cumplir y sin un solo proyecto tangible en marcha para  transformar Cantabria.

Ni la Pasiega, ni Las Excavadas, ni el MUPAC, ni el desarrollo eólico. Se acuerda usted, Sr. Revilla, era su gran apuesta, iba a hacer de las energías renovables una marca de región. Pues nada de nada. Todo cartón piedra.

Hemos tenido dos gobiernos, el uno torpedeando los proyectos del otro y Cantabria paralizada, sin dirección, sin  solución.

Desde 2003,  lleva hablando usted de definir un nuevo modelo productivo; desde 2007, de potenciar el emprendimiento y el trabajo autónomo; desde 2015 del retorno del talento científico y profesional. Pero ¿dónde ha estado usted los últimos cuatro años? Desde luego, al frente del Gobierno no.

Hay dos maneras de entender la política democrática. La primera, es tratar de ser eficaz y buscar la recompensa en las urnas para dar continuidad a la labor realizada, y la segunda, encadenar una campaña demagógica con otra hasta que alguna catástrofe, como ocurrió en 2010, haga que la gente despierte y se dé cuenta de que no se está gobernando bien. Lamentablemente, usted sigue apostando por  esta segunda estrategia.

Mire Sr.Revilla. La Cantabria que cree sus palabras es considerable, no se debe negar, pero la Cantabria que no cree en sus hechos es todavía más considerable que la anterior, porque el balance con el que usted se presenta aquí, después de cuatro años con los mismos socios, es cero bajo cero.

Por estas poderosas razones y en representación de todos los cántabros que no quieren comulgar con ruedas de molino en un nuevo ejercicio de demagogia, el Grupo Parlamentario Popular votará no a su investidura.  Para juntarse con los mismos a hacer lo mismo no contará usted con el voto del Grupo Parlamentario Popular.

Hoy decimos no, alto y claro, a otros cuatro años de pérdida de oportunidades para  Cantabria.

Creemos firmemente que hay una mayoría de cántabros a los que va a causar un profundo desasosiego ver cada semana al Sr. Zuloaga como portavoz de su gobierno.

Un desasosiego que será aún mayor cuando  ustedes vuelvan a subir los impuestos a las clases medias y a los pequeños propietarios de esta región y pasen al expolio de la pequeña herencia familiar para mantener todo este aparato de nueve consejerías, empresas públicas y decenas de altos cargos.

A Cantabria se le está agotando el tiempo de reacción antes de entrar en un declive irreversible por completo, el  declive de una región donde sólo habrá jubilados, funcionarios y vizcaínos con cama en Cantabria. Eso y muy poquito más.

Nosotros, a diferencia de ustedes, creemos que  es una gran irresponsabilidad dejarse mecer por coyunturas del turismo o de la demanda de producto industrial en los países de nuestro entorno europeo y fingir que todo va estupendamente y que esos veranillos durarán para siempre, porque son muchas las voces que avisan de que  estas coyunturas favorables se van terminando. Entonces, quedaremos a merced de lo que ustedes no han hecho y no  van a hacer.

Sí, Sr. Revilla. La tele funciona, la tele distrae, la tele vende, la tele es teatro, pero algún día, de este lado de las pantallas, llega la realidad, llega Paco con las rebajas. Ese día, a la gente no le va a hacer ninguna gracia ni El  Hormiguero, ni el socialismo, ni la grave decisión que usted ha tomado y que hoy somete a nuestra consideración. 

Nosotros asumiremos el papel que nos corresponde. Lideraremos la oposición desde el centro derecha, una oposición firme, exigente y siempre constructiva.

Trabajaremos la alternativa y procuraremos reducir, hasta donde podamos, el daño que la demagogia constante de su coalición de gobierno continuará produciendo en Cantabria, aunque yo a esto no lo llamo ni coalición de gobierno.

Esto es una sociedad de socorros mutuos entre dos partidos  a  los que ni Cantabria ni el porvenir de los cántabros les han preocupado un segundo.

Dirá usted que estoy hablando de futuribles. No más futuribles, sino menos que lo que usted ha hecho firmar al Sr. Mazón al lado del Sr. Ábalos. 

A ver a qué banco iría usted a pedir dinero con semejante garantía. A ninguno.

Hoy puede parecer que arriesgo mucho mis palabras, pero en esta legislatura veremos que es usted, Sr. Revilla, el que ha arriesgado mucho con su firma.

Vamos a defender en esta Cámara la confianza que 80.000 cántabros han depositado en nosotros y el programa de gobierno que con sus votos han respaldado, el único programa electoral que  merece ese nombre. Invito a los cántabros a que los comparen, no pido más.

Y como tenemos programa, tenemos prioridades de región, tenemos un millar de iniciativas que proponer y tenemos criterio para  valorar las que otros nos propongan.

Aquí estamos y aquí nos tendrán, dispuestos a escuchar, con la mano siempre tendida y al servicio de Cantabria, con absoluta lealtad.

Recojo el guante, presidente. Aquí nos tendrá para lo serio:

Para defender a su lado los acuerdos de la Mesa del ferrocarril.

Para impulsar el Plan de Puertos- incluido el de San Vicente QUE su socio no quiere-.

Para dotar a Cantabria de un PROT e  implicarnos en la solución a los derribos como lo hemos hecho siempre.

Para  abordar de verdad  el reto demográfico, la transición energética de nuestro sector industrial y el sistema de financiación autonómica, grandes retos pendientes a los que llegamos tarde.

Y para reivindicar ante el Gobierno Central lo que haya que  reivindicar.

No lo dude, vamos a ser su principal aliado en la defensa de nuestra autonomía, pero la autonomía no es hablar, la autonomía es hacer.

Y es usted, es su gobierno el que no puede fallar. Los consensos son importantes, son necesarios, pero nada será viable si ustedes no hacen los deberes.

Nuestro único compromiso es Cantabria. Hablaremos con todo el que quiera hablar y trabajar y alcanzaremos acuerdos con el que  quiera acuerdo.

De momento, usted no lo quiere y nosotros creemos que esta cuarta coalición con el Partido Socialista es un gravísimo error para Cantabria, así que, no es no, Sr. Revilla. Así no.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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