La secretaria autonómica de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Cantabria, Cintia Varela, ha dicho hoy que los jóvenes “deben ser la barrera más sólida ante los comportamientos sexistas, ya que estos se comienzan a producir cada vez a edades más tempranas”. En este sentido ha recordado que “si hace ya más de cien años comenzó una lucha liderada por mujeres que, inmersas en una sociedad discriminatoria, reclamaban algo tan básico como que sus condiciones laborales y sociales se equiparasen a las de los hombres, no se entiende que los grupos de menor edad no seamos hoy la mejor correa de transmisión en favor de una sociedad justa e igualitaria”.
La número dos de la organización juvenil ha anunciado que el colectivo no participará en los actos convocados con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, “ya que, un año más, partidos y movimientos de extrema izquierda quieren apropiarse del espíritu de esta jornada basando su discurso en el enfrentamiento entre hombres y mujeres, e incluso entre mujeres que legítimamente piensan distinto”.
La joven del PP considera que la pelea por una sociedad en la que prime el mérito, la capacidad y la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres “debe producirse los 365 días del año, con medidas concretas que vayan más allá de eslóganes”. En este sentido ha subrayado la propuesta que la presidenta de los populares cántabros, María José Sáenz de Buruaga, realizó ayer para poner en marcha un Plan de Empleo Femenino en la comunidad autónoma, que promueva la inserción laboral de las mujeres, con medidas de orientación y formación para favorecer la empleabilidad y el autoempleo.
Por último, ha dicho que el programa con el que los populares concurrirán a las próximas elecciones, participado por Nuevas Generaciones, “tendrá una alta carga de género”, presentando medidas transversales destinadas a erradicar la brecha que aún separa a ambos sexos en todas las materias, con especial atención al mundo rural, al trabajo de concienciación tan necesario a edades tempranas y al uso responsable de la tecnología para evitar su utilización como herramienta de acoso o violencia.