Partido Popular en Cantabria

El portavoz del Partido Popular, Iñigo Fernández, ha valorado la visita que tiene previsto realizar este domingo el presidente del Gobierno a Cantabria. Para Fernández dicha visita “es una ofensa para Cantabria”, ya que según afirma Sánchez “llega a Cantabria para decirnos que está dispuesto a pagar todas las facturas que le presenten, y que está dispuesto a pagar esas facturas a costa de todos los españoles y en particular a costa de Cantabria”.

Y es que según ha recordado el también diputado del PP, Sánchez ha llegado a La Moncloa mediante un atajo, “con el peor resultado electoral de la historia de su partido, y con el apoyo de los independentistas en el Congreso”. Fernández considera que la mayoría de los cántabros son partidarios de no hacer ningún tipo de cesión al independentismo, “Cantabria no quiere ni negociación, ni mediadores internacionales, ni cesiones frente al chantaje de los independentistas”.

Unas cesiones que hasta ahora han supuesto que Cantabria este pagando “las facturas de otros por haber llegado a La Moncloa como han llegado”, con la paralización de todas las inversiones previstas en nuestra comunidad autónoma y con un descenso considerable de las mismas en el presupuesto del presente año, aún en tramitación. “No ha sido una buena idea venir a Cantabria en las actuales circunstancias”.

Fernández considera que a Sánchez “nadie le ha autorizado a nombrar mediadores” no puede “hacer lo que está haciendo sin el respaldo de los ciudadanos”, por lo que “si va a venir el domingo que diga lo que todos los españoles y todos los cántabros estamos esperando que es la convocatoria de elecciones”.

Precisamente sobre el escenario electoral, el portavoz del PP considera que los cántabros castigarán primero a Zuloaga y Casares el próximo mes de mayo, y más tarde a Sánchez, por la postura mantenida respecto a Cataluña. “Los votos de los cántabros no pueden servir para avalar esta negociación”. Por todo ello, Fernández considera que Sánchez va camino de destruir tanto el PSOE como a España, “es un peligro público”, concluyó.