Intervención de María José Sáenz de Buruaga en el Debate de Orientación Política correspondiente al tercer año de la IX Legislatura
26 de junio de 2018
Dentro de nueve meses las elecciones autonómicas estarán convocadas, el Gobierno de Cantabria reducido a la administración ordinaria de los asuntos y este mismo Parlamento a la espera del nuevo que salga de las urnas del mes de mayo. De ahí que este debate sea realmente el debate sobre el balance de legislatura de este Gobierno.
Un gobierno que repitió una coalición entre quienes no habían ganado en las urnas; que entregó el 80% de la autonomía y de su presupuesto a uno de los partidos que menos votos había obtenido, y que ha ido apoyándose sucesivamen-te en grupos cada vez más minoritarios, primero el radicalismo populista, después el grupo más pequeño de la cámara y, finalmente, un escaño sin partido.
Los cántabros estamos sufriendo un Gobierno sin una idea de Cantabria, un Gobierno de bandazos que ha creado problemas donde no los había y no ha solucionado ninguno, un Gobierno sin proyecto, sin dirección política, sin coheren-cia y sin sensibilidad.
Es más, de no haber sido por el impulso reformista del Gobierno del Partido Popular, esta legislatura habría resultado la zona cero de una catástrofe social, porque les guste o no, ha sido el Gobierno de España el que ha asegurado la recuperación económica y la apertura de un nuevo ciclo de inversiones para Cantabria y, si no, al tiempo.
Ahora que hemos perdido la cobertura de un Gobierno central que compensaba la ineficacia del regional, el temor de muchos cántabros va en aumento, Sr. presi-dente, porque se quedan a solas con usted. Se quedan a solas con un presidente con un balance privado estupendo, estupendo para sus intereses personales, pero con el peor balance público que se puede presentar.
Luego le hablaré de los dos años de retraso que usted ha provocado en nuestra recuperación; de los jóvenes que ha expulsado de Cantabria y de los mayores que ha condenado a la nada en su propia tierra mientras usted se lo pasa de maravilla en el Hormiguero.
Pero ahora permítame una pregunta bien sencilla:
¿Qué gran proyecto transformador puede usted presentarnos hoy aquí como resultado tangible de su gestión? Hoy se ha apropiado usted de todo lo de todos, pero quite usted aquello que era programa del Partido Popular y gestión del Partido Popular. No cuente usted lo que el Gobierno anterior, el Gobierno de la Nación o los ayuntamientos populares tenían en marcha sin que usted hiciera falta para nada.
Así, en escurrido, como en las latas de conserva, dígame qué realidades, qué oportunidades de futuro tiene Cantabria hoy gracias a usted y sus socios de gobierno.
Se lo voy a decir yo: ninguna, Sr. Revilla, ninguna. Lo único que se recordará esta legislatura es que usted tenía buenas audiencias de televisión y ganaba una fortuna con sus libros.
Estos son sus dos únicos logros, todos en clave personal, pero para Cantabria, ninguno. Una vez más, bueno para Revilla, malo para Cantabria.
Para Cantabria esta ha sido una legislatura perdida. Perdida en desarrollo socio-económico, perdida en concertación social y perdida también en salud democráti-ca, porque bajo su mandato hemos vuelto a ver lo peor de lo peor.
La utilización del transfuguismo en beneficio del Partido Regionalista, el cese fulminante de los controladores de las cuentas públicas para impedir que investi-garan la presunta corrupción en la contratación del Servicio Cántabro de Salud y veintidós ceses, presidente, veintidós.
Ha batido usted un récord de idas y venidas. Veintidós altos cargos de su Gobier-no han dejado sus despachos por la puerta de atrás.
Algunos han salido corriendo por discrepancias en la gestión, pero los más, han cesado por comportamientos escandalosos y por las luchas de poder en el Partido Socialista que han estado a punto de darle la puntilla a una coalición en crisis permanente. Porque así hubiera sido en cualquier Gobierno normal, en cualquie-ra menos en el suyo.
Ya sé que le da igual lo que le diga y que me espera un ataque furibundo en su réplica porque represento al Partido Popular, pero es la verdad, Sr. Revilla. La verdad es que Cantabria no ha tenido ni tiene un presidente en ejercicio.
No ha atendido usted a ninguno de los retos de presente ni de futuro de nuestra comunidad. Nadie sabe cómo piensa afrontar nuestro presidente la financiación de nuestro sistema sanitario, el reto demográfico o la transición ecológica, pero es que, además, ha sido el gran ausente en todos los asuntos de región.
Ni una sola gestión ante en el nuevo modelo de financiación autonómica que, en apenas diez días, el Gobierno socialista ha apeado de la agenda política.
Y ni una gestión seria, más allá de vocear en los platós de televisión, para conse-guir que los Presupuestos Generales del Estado atendieran como han atendido las reivindicaciones de Cantabria.
¿Para qué, presidente? ¿Para qué han servido los 90.000 votos del regionalismo? Porque para cumplir un solo objetivo de región no.
Muy al contrario, se han dedicado ustedes a estorbar y torpedear a los que sí trabajaban porque son unos gobernantes sectarios de los que se atreven a poner en riesgo el interés general si consideran que eso les reporta una ventaja electoral.
Por eso les ha molestado tanto que el Ministerio de Fomento programara un ciclo histórico de inversiones por valor de 3.700 millones en Cantabria y por eso, han perseguido a Santander y abandonado a Torrelavega.
Les ha molestado que el Ayuntamiento de Santander sea uno de los principales agentes de inversión en obra pública en la comunidad gracias a unas finanzas saneadas y bien gestionadas.
Y han maltratado a la capital sencillamente porque los electores de Santander no les quieren, no le quieren a usted, Sr. Revilla, y tampoco a sus socios del Partido Socialista.
Su actitud es de boicot permanente y de absoluta deslealtad institucional. De venganza ante su propia frustración electoral.
Han jugado a quitarle a la ciudad el MUPAC; han retrasado todo lo que han podido la llegada del Centro Asociado del Reina Sofía y el archivo Lafuente, y se han negado a colaborar en una solución legal a la anulación del Plan General de Ordenación Urbana, por no hablar del modo en que se están comportando frente a la recuperación de las playas o la gestión del autobús municipal. Vergonzoso
Y qué decir de Torrelavega, donde, de no ser por el ministro Íñigo de la Serna, jamás hubieran firmado ustedes la integración ferroviaria, donde se niegan reite-radamente a comarcalizar el Torrebús o a construir una estación intermodal o donde llevan dos años seguidos fulminando las ayudas a las empresas del Besa-ya que ahora dice va a reclamar al Gobierno. Pero si ya hay partida de 4 millones para el REINDUS en los presupuestos que ustedes se negaron a apoyar.
Después de cuarenta años en política, Sr. Revilla, nada en Torrelavega, la ciudad donde viven uno de cada diez cántabros, le recordará a usted como gobernante.
Y no crea que el suyo ha sido un desprecio sin consecuencias o que todo se arregla haciéndose socio de la Gimnástica, porque se trata de hacerse socio de Torrelavega misma y usted jamás lo ha sido.
Insisto. Estamos ante una legislatura perdida y una recuperación perdida.
Nosotros no negamos que Cantabria ha crecido y creado empleo, esto es una realidad, pero también lo es que si hubiéramos crecido como el resto de España, nuestro PIB hubiera crecido más del 12% esta legislatura, cerrando el año pasado 300 millones por encima de lo que lo hizo y que, gracias a ello, habríamos creado el doble de puestos de trabajo. Sólo con ir a la par de España, sin hacer proezas.
Ese tenía que haber sido el éxito de la legislatura, esa era la verdadera misión de este Gobierno y ha fracasado. Ha fracasado porque no lo ha conseguido, pero, sobre todo, porque ni siquiera lo ha intentado.
Señoras y señores diputados. La lentitud y fragilidad de la recuperación en Canta-bria no se puede maquillar.
España recuperó su nivel de PIB de 2010 en el último trimestre de 2015. Canta-bria, en la primavera de 2017. Antes de ayer, Señor Revilla, y casi dos años después.
¿Por qué ha sucedido esto? Porque en esta legislatura, el crecimiento medio anual de la economía española ha sido del 3,3%, mientras que el de la economía cántabra ha sido del 2,7%, porque viajamos en el furgón de cola todavía.
Y esto tiene consecuencias sobre el empleo.
De mayo de 2015 a mayo de 2018, el empleo en España creció un 9,8% medido por las afiliaciones a la Seguridad Social. En Cantabria, prácticamente la mitad, un 5,2%.
Aunque somos el 1,2% de la población laboral, solo hemos sido el 0,6% de los nuevos empleos españoles, lo que significa que deberíamos haber creado el doble de puestos de trabajo para mantenernos en el nivel medio de evolución del mercado laboral del país.
Hoy debería haber 20.000 puestos de trabajo más pero solo hay 10.000. 10.000 empleos más, Señor Revilla, que deberían estar y no están a consecuencia de su desgobierno.
Y si tomamos la EPA, la conclusión es la misma. Del primer trimestre de 2015 al primero de 2018, España ha creado 1.429.000 empleos, una subida del 8%. Cantabria ha creado 9.300, un 4% más.
Estadísticas tan diferentes coinciden en esto, coinciden en que hemos estado circulando a 50 cuando los demás iban a 100. Y por eso, le debe usted a los cántabros hoy 10.000 empleos. El suyo es un fracaso incontestable.
¿Se ha reducido el paro? sí, pero la pregunta es cómo porque en las islas desier-tas no hay paro, pero tampoco empleo y en Cantabria el paro se reduce no porque se genere empleo, sino porque vamos desertizando la isla, Sr. presidente, porque la población activa se vacía, unos por emigración y otros por capitulación y deses-peración.
Miren ustedes, presumir de crear 10.000 empleos netos en esta legislatura cuan-do hay 9.000 personas menos en el mercado de trabajo es más bien para ponerse colorado.
Y ¿en qué se ha creado empleo? ¿Sabe usted cuál de todos los sectores de actividad es el que más empleo ha creado en su mandato? No la industria manu-facturera o la hostelería, no, sino la educación. Y es que casi el 20% del nuevo empleo son contratos precarios en la educación pública que, en parte, proceden del descontrol de los recursoshumanos en una Consejería caótica.
Socialistas y regionalistas se han entregado al triunfalismo, pero lo cierto es que su visión sobre nuestro mercado de trabajo está profundamente distorsionada.
No sólo no conocemos una sola acción para avanzar hacia el necesario cambio del modelo productivo, sino que, como con acierto han sentenciado los agentes económicos y sociales, Cantabria es, cada vez más, una región prestadora de servicios baratos para el turismo y el comercio.
Cada vez más estacionalidad, fruto de la incapacidad para desarrollar los sectores productivos más estables; cada vez mayor temporalidad, fruto del mayor peso del sector servicios vinculado al turismo estacional; y cada vez mayor precariedad, fruto de la caída de la contratación indefinida.
Una realidad que se ceba sobremanera con el empleo femenino y que lleva a mínimos históricos la tasa de cobertura de desempleo en la región.
Sin un cambio de modelo energético y una verdadera política de innovación y desarrollo industrial no podemos esperar que se produzcan cambios espontáneos en el mercado de trabajo.
No hay política de captación de inversiones productivas, no existe política de oferta de suelo industrial, no hay un verdadero sistema regional de innovación y el plan industrial elaborado en cuatro días por una consultora externa no se ha desarrollado en una sola de sus medidas. Y, en economía, Sr. presidente, los milagros no existen.
La pasada legislatura atrajimos a Cantabria 63 nuevos proyectos industriales, algunos tan importantes como Tubacex o Santander Coated Solutions ¿Cuántas nuevas empresas se han instalado en esta de la mano de este Gobierno, Sr. Revilla? Cero.
La pasada legislatura, en plena recesión, se comercializaron cerca de 200.000 metros cuadrados de suelo industrial en Cantabria. ¿Cuánto suelo industrial han creado o promovido en la suya? Nada. Dice usted que hay demanda de suelo industrial. Claro, porque lo que estaba en tramitación sigue en tramitación, porque lo único que han hecho ustedes es utilizar la Pasiega como arma arrojadiza contra el Gobierno Central sin haber movido un solo papel para ponerlo en marcha.
¿Dónde está tres años después el PSIR de las Excavadas, Sr. Revilla? porque ustedes, ni tan siquiera la infografía o ¿cómo está Fundinorte, después de haber inyectado otros tres millones de dinero público? los obreros, en casa, Sr. Revilla.
Les dejamos un Plan de Sostenibilidad Energética y la Ley de Aprovechamiento Eólico o, lo que es lo mismo, seguridad jurídica para las empresas dispuestas a invertir. ¿Cuántos parques eólicos se han instalado esta legislatura? Ninguno.
¿Y dónde están esos permisos de explotación minera que iban a crear 2.000 puestos de trabajo en la industria extractiva de Cantabria?
Acaba la legislatura, Sr. presidente, y todo esto empieza a parecerse bastante a sus mil aerogeneradores, sus tres centrales de ciclo combinado, su fibroyeso o los miles de chinos que estudiarían español en Comillas.
Con su lista de engaños a los cántabros, sí que podría escribirse un buen libro de fábulas políticas.
Nada de nada, Sr. Revilla, un resultado inadmisible a pesar de haber dispuesto de muchos más recursos en los últimos tres años: más ingresos del Estado, más impuestos y más deuda.
Más ingresos del Estado, señoras y señores diputados, porque Cantabria ha recibido en los últimos tres años más de 400 millones extra provenientes del sistema de financiación autonómica y de los mecanismos de facilidad financiera.
Más ingresos porque han subido los impuestos a todos los cántabros, a las rentas medias y a los trabajadores.
IRPF, herencias, compra ventas de segunda mano, patrimonio… No hay impuesto que no hayan subido y habrá más porque, a diferencia del Gobierno de Mariano Rajoy, el de Pedro Sánchez ya nos ha dicho que nos preparemos. Está en su ADN.
Y más ingresos procedentes del endeudamiento. Les recuerdo que este Gobierno cerró 2017 con 605 millones de deuda más que en 2014.
Esta ha sido la política económica de su Gobierno, Sr. Revilla, la subida de im-puestos y el regreso al despilfarro en las empresas públicas, las agencias de colocación de socialistas y regionalistas.
Y es que, no sólo han frenado en seco el proceso de reestructuración del sector público empresarial, sino que volvemos a las andadas con menos controles y más pérdidas.
Aun así, para cerrar el círculo y cumplir el objetivo de déficit el año pasado, recor-taron ustedes 30 millones los recursos destinados a cuestiones tan superficiales como la contratación indefinida, el apoyo a las empresas de inserción y la econo-mía social, el Plan de Reindustrialización del Besaya y los programas de forma-ción profesional o innovación educativa.
Porque, efectivamente, no se han salvado de la quema ni la educación, ni la sanidad, ni los servicios sociales.
Es más, ¿saben ustedes cuáles han sido las políticas de gasto de este Gobierno a lo largo de esta legislatura? Sorpréndanse.
Investigación, desarrollo e innovación: un 60% menos. Menos mal que es el futuro.
Industria y energía: un 17% menos.
Infraestructuras: un 5% menos.
Fomento del empleo, con la que está cayendo: un 2,2% menos.
Agricultura, pesca y alimentación: Un 1,3% menos.
Menos recursos que el Gobierno del Partido Popular en todos los sectores básicos para el crecimiento económico y la creación de empleo, menos a pesar de que los ingresos aumentan, insisto. Y son datos de ejecución presupuestaria.
Y ¿qué es lo que se incrementa en cambio? La política exterior un 62%, la deuda un 40% y las subvenciones sobremanera. Esta es su política económica.
¿Se dan cuenta ahora de por qué Cantabria no ha sido capaz de aprovechar el tirón económico de España? Cambian el dinero de un bolsillo a otro, pero no lo hacen producir. Gastan más pero no generan ni distribuyen riqueza porque uste-des son el Gobierno de los impuestos y la subvención. Nosotros, el del crecimien-to económico y la creación de empleo, que es lo que permite vivir a la gente con dignidad.
Cantabria va bien, dice su presidente. Cantabria va bien cuando, según la encues-ta de condiciones de vida que se acaba de publicar, la tasa de pobreza continúa creciendo en nuestra comunidad.
Nuestra tasa de riesgo de pobreza ha aumentado 2,3 puntos en el último año, mientras en España se ha reducido casi uno (0,7) y nos acercamos a las comuni-dades autónomas más pobres del país.
Son el único Gobierno que conozco que se regodea de su propio fracaso, el único Gobierno que presume del aumento exponencial de beneficiarios y recursos destinados a la Renta Social Básica, una prestación a la que ya destinan ustedes más millones -por encima de los 32 anuales- que a la promoción del empleo y la inserción laboral en Cantabria.
¿De verdad creen usted, Sr. Revilla, que Cantabria va bien?
¿De verdad creen ustedes que esa es la respuesta que merecen todas esas familias que llevan años esperando una recuperación que no llega? Ya sé que usted firma para que todo siga igual, pero ellos no, Sr. presidente. No lo olvide.
Señoras y señores diputados, Cantabria ha perdido con ustedes su principal músculo inversor. Ni obra pública, ni ordenación del territorio, ni impulso a la vivienda.
Llegaron al Gobierno anunciando grandes planes de choque en carreteras, pero lo cierto es que, tres años después, lo único que han hecho ha sido paralizar y retrasar las inversiones planificadas.
Venían a potenciar y modernizar los puertos de competencia autonómica, pero lo cierto es que han tardado tres años en aprobar el Plan de Puertos que dejó preparado el Partido Popular.
Y lo que es aún peor que nada, nos han devuelto al sectarismo en la inversión municipal porque usted no hace obras para los ciudadanos, sino para los suyos, para los alcaldes del PRC. Cobran ustedes de todos, pero solo gastan con algu-nos porque las necesidades de la gente les dan igual.
Da igual de lo que hablemos, Sr. Revilla. Todo es desorden, improvisación y una falta de resultados evidente.
El mundo rural. La permanente crisis del sector lácteo a la que tan solo han aportado demagogia y falta de compromiso; la pésima gestión de las ayudas vinculadas a la ganadería que ha sido motivo de desencuentro con el sector, y los vacíos sanitarios despiadados con nefastas consecuencias son solo algunos de los ejemplos del ruinoso panorama del sector ganadero en nuestra comunidad autónoma.
Apatía, desinterés y déficit de gestión. Da igual a quién preguntes. Es unánime en el sector primario que Cantabria no tiene consejero.
A los ganaderos no se les da ninguna solución y a los pescadores y mariscadores ni se les recibe ni se les escucha.
El turismo es una de las pocas actividades que está funcionando bien, pero por la inercia generada en toda España, con más de 82 millones de turistas internacionales el año pasado que han pulverizado todos los registros.
Lo tenían ustedes bien fácil este año, pero de nuevo se han estrellado. Y es que han sido incapaces de aprovechar la gran oportunidad que el Año Jubilar Leba-niego representa para Cantabria, un año jubilar que ha sido sinónimo de improvi-sación, de incapacidad para captar patrocinios y de un total oscurantismo en la gestión y el control del gasto.
Por lo demás, han abandonado ustedes la inversión y olvidado el plan de mejora de infraestructuras turísticas de Cantabria. Y el ejemplo más lamentable lo tienen ustedes en el Parque de Cabárceno, porque, ¿cuánto ha invertido usted en el parque en tres años? Eso es lo corrosivo, Señor Revilla, cero.
¿En qué quedó, Sr. presidente, la promesa de invertir más de 7 millones que iban a caer como lluvia fina en los valles pasiegos? En nada, exactamente igual que el túnel de la Engaña.
Señoras y señores diputados, el mandato fundamental de la política no es otro que mejorar la vida de las personas, razón por la que me detendré en la evolu-ción- aunque tal vez debiera decir la involución- de nuestra sociedad del bienestar.
¿Sabe usted, Sr. presidente, lo que está pasando en nuestra sanidad pública hoy?
Cuentan ustedes la historia al revés porque quien revirtió los recortes practicados por ustedes en Cantabria fue precisamente el Gobierno del Partido Popular que, en mi etapa como consejera, destinó 60 millones más a hacer sanidad pública en nuestra comunidad.
Y hoy está pasando lo que pasa siempre que gobiernan ustedes, que todos sus presupuestos han sido año tras año insuficientes para soportar el gasto real.
Por eso, nuestra sanidad pública cerró 2017 con una deuda reconocida de más de 141 millones, una deuda que, con toda seguridad, superará los 200 millones al finalizar la legislatura. La última vez, fueron 261 millones y todavía los estamos pagando.
Su balance no puede ser más pobre porque a su falta de compromiso con la sanidad se suma una consejera indiferente a los problemas, una consejera que no planifica, que no gestiona y que no escucha a nadie.
De momento, son ustedes los responsables de haber perdido 22 millones del Estado para Valdecilla. A eso se reduce su triste balance en el hospital. No sólo no movieron un dedo para asegurar los 22 millones consignados en los Presu-puestos Generales del Estado para 2018, sino que votaron en contra.
Por cierto ¿dónde está ahora su enmienda, Sr. Revilla? Cuéntenos en qué ha quedado.
Han frenado ustedes en seco los planes y estrategias desplegadas durante la pasada legislatura de la mano de cientos de profesionales y han retrasado todos los proyectos que en materia de infraestructuras dejamos preparados y deberían llevar meses en funcionamiento: Sierrallana, Laredo, el Centro de Salud de San-toña…No han destinado ustedes nada, ni un euro, porque no han empezado a ejecutar nada.
Además, tienen a los profesionales incendiados soportando una situación asisten-cial que ellos mismos definen como peor que nunca, tanto que donde hace tres años había un pacto profesional hoy hay un conflicto permanente con pediatras, con médicos de familia o con los servicios de urgencias de atención primaria.
Por si todo esto fuera poco, tenemos una consejera que a estas alturas no goza de la confianza de nadie salvo de la suya, presidente.
Una consejera que recibe la denuncia de gravísimas irregularidades en la contra-tación del SCS del que es “máxima responsable” y, en lugar de investigar los hechos, los tapa, urde un plan para enterrarlos, trata de matar al mensajero y ahí sigue, aferrada a su cargo.
¿Se imaginan ustedes que la Sra. Real hubiera sido del Partido Popular? Siga predicando por los platós de televisión Sr. Revilla, siga exigiendo a los demás la ética, la integridad pública y la decencia que no se exige a sí mismo y siga po-niéndose en evidencia.
Estamos hartos de su hipocresía y de su doble vara de medir, Sr. Revilla. A los del Partido Popular les manda usted de cabeza a la Fiscalía, pero para los corruptos del Partido Regionalista pide rebaja de la condena.
¿Qué han hecho sino, qué han acordado sus representantes en el Consejo de Administración de Cantur? Lo hemos visto con asombro: aprobar un acuerdo para rebajar la pena de cárcel a Diego Higuera, un alto cargo que formaba parte de su Gobierno y que, como dice usted, ha metido la mano en la caja.
Ahora, yo le aplico su receta: Si no lo sabía usted, Sr. presidente, malo, muy capaz no es. Y si lo sabía usted, pues igualito que él.
Lo hemos entendido perfectamente: “máximo castigo para los corruptos menos cuando los corruptos son suyos”. Ese es usted.
Si para los profesionales de la sanidad la situación es peor que nunca, para las empresas y entidades del sector de la dependencia es límite porque les han condenado ustedes a una situación insostenible que ha puesto al sector en pie de guerra.
Ya ven ustedes. Los que venían a reconstruir el malherido sistema de atención a la dependencia han suprimido los tres millones para la promoción de la autonomía personal que consignó el Gobierno del Partido Popular, no han aprobado la normativa de acreditación y, tres años después, no han actualizado los precios públicos. Su anuncio para el próximo viernes llega tres años tarde, Señor Revilla.
Los que venían a colocar nuestros servicios sociales al nivel de los países del norte de Europa, tres años después no han desarrollado la cartera de servicios del grado uno, no han abierto un solo centro residencial nuevo proyectado en esta legislatura y no han aprobado el nuevo modelo de atención centrado en las per-sonas. Tampoco la Ley de
Garantías de Derechos de las personas con discapaci-dad que exigían al Partido Popular en tres meses.
No es casualidad que Cantabria haya abandonado las posiciones de liderazgo en el ranking nacional. De hecho, solo el 75,7% de las personas que tienen reconoci-da la situación de dependencia están siendo atendidas.
O dicho al revés, hay casi 6.000 personas esperando el reconocimiento efectivo de su derecho, personas que esperan hoy una media de 7 u 8 meses frente a los 3 meses del año 2014.
Pero claro, eso no va con usted, Sr. Presidente, eso es responsabilidad del otro gobierno.
Y qué decir del ámbito educativo en el que han pasado muchas cosas en el último año.
Desde la crisis interna del Partido Socialista que, según el presidente, no iba a influir en los ciudadanos y se llevó por delante a una Consejería entera en el arranque del curso, hasta la situación de incertidumbre total que el nuevo conseje-ro ha generado a cuenta de ese calendario escolar con el que su gobierno ha usado a familias, docentes y alumnos como cobayas.
Después del apoyo unánime del Parlamento al acuerdo por la educación en Cantabria, el consenso en la comunidad educativa se ha roto por la debilidad de un Consejero que dice a cada uno lo que quiere oír y antepone los cálculos electorales para contentar a unos y otros. ¡Que irresponsabilidad!
Y es que su consejero, Sr. Revilla, ha logrado dinamitar un apoyo sindical sin fisuras y ha enfrentado a los docentes con las familias causando un daño irrepa-rable a la educación en Cantabria y a la imagen de la profesión docente.
De hecho, lo que espera buena parte del sector es tan sólo su dimisión.
Por lo demás, el balance es de claro retroceso en calidad educativa y en atención a la diversidad, pero, fundamentalmente, en dos cuestiones claves: el bilingüismo, donde se han desaprovechado tres años por falta de modelo, y la Formación Profesional Dual.
Formación profesional que está llamada a ser una fuerza tractora de la economía y una de las principales políticas para combatir el paro, especialmente el paro juvenil.
En conclusión, Sr. presidente.
Su gobierno ha sido esta tercera vez peor negocio aún para Cantabria que las anteriores.
Ni la economía ha ido como tiene que ir; ni ha puesto usted fundamentos sólidos de crecimiento; ni gestiona bien los servicios públicos esenciales. No sé si se ha percatado, pero tiene a los profesionales de los tres sectores, la sanidad, la educación y los servicios sociales, profundamente defraudados y en pie de guerra.
Esta vez, la tercera en este siglo, ni estabilidad política, ni eficacia económica, ni diálogo social, ni sensibilidad territorial, ni calidad democrática. Todos los proble-mas de los que Cantabria creía haber salido vuelven con usted.
Y otra vez, su incapacidad irremediable para relacionarse en términos de trabajo útil con el Gobierno de la Nación, con el de un signo porque juega usted al enfren-tamiento electoralista, con el del otro, porque no puede usted exigir nada a aquel a quien le debe todo. Por eso ha renunciado usted al AVE, señor Revilla, porque cuando en Madrid gobierna el PSOE usted baja el listón. No ha tardado ni medio minuto en abandonar su reivindicación estrella, en dar carta blanca a Pedro Sánchez para que quite a los cántabros lo que él quiera.
Se lo digo desde hoy. En eso nos tendrá enfrente, porque nosotros no vamos a renunciar a lo que nos corresponde y ya es una realidad.
Los ciudadanos de Cantabria están ya saturados del exceso de gesticulaciones y el déficit de soluciones, de tiempos muertos, de promesas vacías y oportunidades perdidas que lastran gravemente nuestro desarrollo regional.
No basta con hablar y hablar. Hay que gobernar y se le ha acabado la legislatura sin que usted haya empezado a hacerlo.
No me preocupa en absoluto a qué dedica usted el tiempo libre, lo que me pre-ocupa es que, estando Cantabria cómo está, su presidente tenga tiempo libre, tanto como para escribir libros y hacer de eso su verdadera dedicación.
Y por eso hoy que toca rendir cuentas, viene usted como viene, con las manos vacías.
Hoy no cabe pedir prórroga, hoy no basta con prometer lo que hará la siguiente legislatura.
Hoy no vale el yo no he sido ni el y tú más. Su tercera presidencia y cada vez peor.