12, abr, ´07.- La próxima legislatura tiene que ser la legislatura de la justicia social, teniendo como prioridad las familias de Cantabria y un mayor nivel de solidaridad.
Esto ha de hacerse mediante políticas de Familia, Igualdad de Oportunidades, Vivienda, Sanidad, Mayores, Atención a la Dependencia, Educación y Juventud.
El actual Gobierno ha realizado políticas exclusivamente de cara a la galería, sin grandes avances en beneficios para las familias, en acceso a la vivienda, en atención a dependientes ni en cuidado de las personas mayores. Ha hecho una gestión pésima de la sanidad pública, y completamente insuficiente y gris en el mundo educativo, donde cuestiones tan elementales como la escolarización de alumnos o la disposición de recursos humanos se han convertido curso tras curso en quebraderos de cabeza.
El próximo Gobierno de Cantabria tendrá que hacer una gran apuesta por las familias y la solidaridad, con arreglo a los siguientes ejes:
1.Familia. Las familias tendrán que se destinatarias de un trato mucho más favorable en impuestos como el IRPF, Donaciones, Patrimonio y Transmisiones Patrimoniales. Habrá sustanciales reducciones por cuidado de hijos o de personas mayores, o por personas discapacitadas, o por donaciones de padres a hijos o a cónyuges. También serán necesarias más ayudas directas para que las familias puedan sobrellevar situaciones complejas.
2.Igualdad. El acceso de las mujeres a una igualdad real de oportunidades requiere la creación de una red general de guarderías, y la apertura de los colegios en horas y en días que, aunque hoy sean inusuales, convengan para la conciliación de vida laboral y familiar. Asimismo hay que convertir Cantabria realmente en un lugar de oportunidades equivalentes para todos los colectivos, mediante la compensación de diferencias iniciales a través de una educación de más calidad, una política de empleo activa, y unos servicios públicos que sirvan de apoyo verdadero a un pleno protagonismo de todos los sectores en la vida económica, social y cultural.
3.Vivienda. Afrontar el problema del acceso a la vivienda en condiciones asequibles supone tener la capacidad, desde el Gobierno regional, de poner en marcha, de acuerdo con los ayuntamientos y con el sector privado, un gran programa de movilización de suelo urbano en las zonas con mayor demanda, dentro de una ordenación racional y ambientalmente sostenible del territorio de Cantabria.
4.Sanidad. Se necesita con urgencia un Plan de Choque para reducir drásticamente las listas de espera en los hospitales cántabros. Si la espera media es hoy de cuatro a cinco meses, hay que rebajar en una primera fase la cifra a sólo dos meses, para fijarse un objetivo final de mes y medio como tope máximo. Es preciso, por otro lado, garantizar la financiación de las obras de Valdecilla a cargo del Estado; mejorar los servicios sanitarios de grandes núcleos como Torrelavega, Castro-Urdiales y Reinosa; y alcanzar con los profesionales de la sanidad cántabra un pacto de desarrollo profesional y un compromiso con modelos de calidad en la atención a los usuarios, de modo que la sanidad cántabra sea referente nacional en innovación de gestión.
5.Mayores. El cuidado de las personas mayores es un asunto que, por evolución demográfica de Cantabria, reviste cada vez una importancia más decisiva en la calidad de vida de todos: los mayores y sus familiares. Es preciso incrementar muy notablemente los centros de día y los residenciales en cada comarca, así como la red de apoyo económico y domiciliario a las familias con personas mayores. Ha de ser una prioridad absoluta de la política social, junto con una atención especial a la salud y el ocio de todas personas mayores de 65 años.
6.Dependencia. Cantabria debe tener como prioridad en la próxima legislatura el eficaz desarrollo de la Ley de Dependencia en coordinación con las familias, los ayuntamientos y la iniciativa social, así como con el Servicio Cántabro de Salud y el Servicio Cántabro de Empleo. Hay que agilizar en lo posible todos los pasos de aplicación de la ley nacional, para evitar situaciones de discriminación.
7.Educación. Ante un sistema educativo con una tasa inaceptable de fracaso escolar (1 de cada 3 alumnos no culmina la educación obligatoria) y con una filosofía de nivelación por debajo y de falta de estima por la labor de los profesores, Cantabria necesita una nueva política educatica centrada en:
- las necesidades de los alumnos (cultura del esfuerzo; intensificación de Lengua Española, Inglés y Matemáticas; itinerarios flexibles según la vocación de cada uno);
- el reconocimiento al profesorado (disciplina en las aulas, valoración económica de la carrera profesional y de las responsabilidades asumidas, autonomía para los centros);
- la calidad en la enseñanza y en los servicios que presta el sistema;
- la igualdad de oportunidades, con una política de becas más generosa;
- la libertad de las familias para elegir lo que juzguen mejor dentro de la oferta educativa disponible.
- el apoyo a la transformación de la Universidad de Cantabria en un motor de desarrollo personal y colectivo y en un protagonista activo de la vida cultural, social y económica de la comunidad.
8.Juventud. Cantabria necesita en los próximos cuatro años políticas de juventud que, prescindiendo de costosos fuegos de artificio propagandísticos, se centren en ofrecer a los jóvenes oportunidades reales y permanentes para tomar sus propias decisiones en temas importantes como el empleo, la vivienda, la experiencia de la cultura y las artes, la práctica de los deportes, el conocimiento de otros lugares y culturas, el voluntariado, la solidaridad social y la libertad de expresión a través de todos tipo de soportes comunicativos.
Partido Popular en Cantabria
