Partido Popular en Cantabria

Miguel Ángel Revilla, como otros muchos diputados del Parlamento de Cantabria, ingresa todos los meses un salario público por su 'dedicación exclusiva' a la tarea política para la que fue elegido por los ciudadanos. En su caso, como diputado de la oposición, su trabajo consiste en controlar la acción de gobierno mediante preguntas, interpelaciones y comparecencias, e impulsarla mediante la presentación de iniciativas parlamentarias de todo tipo. Esa es su misión y por ella cobra. Sin embargo, durante los últimos cuatro años apenas ha intervenido en el Parlamento: una vez con motivo del debate de investidura, tres más en otros tantos debates sobre el estado de la región y en 28 ocasiones más, por espacio de cinco minutos cada una, al formular otras tantas preguntas al presidente del Gobierno de Cantabria, Ignacio Diego. Es decir, en cuatro años Miguel Ángel Revilla ha subido a la tribuna de oradores del Parlamento de Cantabria en 32 ocasiones. En casi 48 meses, 32 intervenciones. Y la mayoría de ellas de sólo cinco minutos.

El ciudadano medio, aquel que paga sus impuestos para remunerarle por su actividad pública, a él y al resto, podría preguntarse si, a falta de actividad parlamentaria, Miguel Ángel Revilla ha desarrollado alguna otra en el ámbito político de la región. Pero lo cierto es que en Cantabria poco se le ha visto hacer a lo largo de los últimos cuatro años. Quien tenga dudas, que trate de recordar: ¿Ha hecho propuestas? ¿Ha planteado alternativas a la actual política del Gobierno regional? ¿Se ha entregado a hacer frente a los problemas y a buscar soluciones? ¿Ha estado allí donde había preocupaciones o asuntos que resolver? La respuesta a estas cuestiones es necesariamente subjetiva, pero muchos ciudadanos consideran que a lo largo de los últimos cuatro años ha estado poco menos que desaparecido de la política regional. Ni siquiera se le ha visto apenas por los pueblos con motivo de las fiestas, algo a lo que era muy aficionado hace no tanto tiempo.

Una de las consecuencias de este abandono se percibe ya claramente en el seno de su propia formación política, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC). En los últimos tiempos, en las filas regionalistas han causado baja una diputada regional (Concepción Solanas), un concejal del Ayuntamiento de Santander (Francisco Sierra), dos alcaldes históricos (José Luis Cobo en Selaya y Adolfo Izaguirre en Guriezo) y numerosos concejales. Los problemas de división y desmoralización en el PRC, fruto del abandono de su líder, se extienden por numerosos puntos de la geografía regional: Santander, Castro Urdiales, Laredo, Selaya, Guriezo, Arenas de Iguña. Entre el PRC se está produciendo una doble fuga: hoy se le marchan los cargos públicos y en mayo se le marcharán los votos. Porque todas las encuestas recogen un derrumbe de sus expectativas de voto.

¿A qué se ha dedicado, pues, Miguel Ángel Revilla, a lo largo de los últimos cuatro años? Él mismo ha confesado recientemente en televisión que "en los últimos tiempos he ganado un dinerillo, que nunca hasta ahora había ganado en la política". Y es cierto. Miguel Ángel Revilla ha ganado un 'dinerillo' porque, pese a su condición de diputado con dedicación exclusiva, se ha dedicado estos años a publicar libros y a aparecer en programas de televisión para vender sus libros. Es decir, a ganar un 'dinerillo'.

Legalmente, escribir y vender libros es una actividad que le está permitida a cualquier diputado con dedicación exclusiva, si se trata de un ingreso complementario. Moralmente es otra cuestión, porque de la situación actual se deduce que Miguel Ángel Revilla ha desatendido sus tareas parlamentarias y ha abandonado su actividad política en la región para dedicarse a escribir, promocionar y vender sus propios libros. Esa ha sido toda su ocupación: publicar libros, promocionarlos en televisión, venderlos y cobrar 'dinerillo' por ello.

Desde el Partido Popular se le ha retado a que haga público cuanto 'dinerillo' ha obtenido con esa actividad complementaria, teniendo en cuenta que la principal, aquella por la que le pagan un sueldo los cántabros a través de sus impuestos, es la de diputado. Pero no lo ha hecho. Ha guardado silencio. Y sus libros no son el resultado de una vocación previa de escritor, sino que, si los ha podido editar, promocionar y vender, ha sido precisamente gracias a su condición de político. ¿No tendrían derecho los cántabros a saber a cuánto asciende ese 'dinerillo'?

Miguel Ángel Revilla lleva cuatro años desaparecido. Ha abandonado la política regional. No ha hecho frente a un solo problema ni ha planteado soluciones a ninguno de ellos. Sólo se ha dedicado a publicar, promocionar sus libros en televisión y ganar 'dinerillo'. Entonces ¿Para qué quiere seguir? ¿Con qué objetivo se presenta de nuevo a las elecciones? ¿No lo hará con el único fin de conservar su notoriedad, seguir publicando y saliendo en televisión, y en última instancia continuar ganando 'dinerillo'?

La situación política de Cantabria, y de todo el país, requiere de personas que hagan frente a los problemas; que den la cara; que se entreguen a fondo; que dediquen todo su tiempo a la gestión pública. Cantabria no puede permitirse el lujo de tener gobernantes a tiempo parcial, que trabajen cinco minutos al mes. Los necesita con dedicación exclusiva, pero con dedicación exclusiva de verdad.

Tribuna de opinión publicada el 19 de febrero de 2015 en El Diario Montañés