Estrasburgo no queda tan lejos. Que nadie se engañe. Lo que allí se decide afecta directamente a nuestra vida diaria. Afecta a nuestros ganaderos, a nuestros pescadores, a la financiación de nuestras infraestructuras y de nuestras empresas, a la manera de afrontar la crisis... Por ese motivo, considero que las elecciones al Parlamento Europeo tienen una importancia vital para todos nosotros y que no son, como otros creen, ni el momento de quedarse en casa, ni el de castigar al partido del gobierno con un voto a favor de opciones minoritarias cuyas gestiones en Europa no van a tener, a la postre, ninguna consecuencia favorable para nuestras vidas. Ni es la hora de quedarse en casa, ni la de hacer experimentos. Nos jugamos mucho en los próximos cinco años y el 25 de mayo es el momento de decidirlo.
En la precampaña, todos los partidos hemos hablado ya de que el Parlamento que resulte de estas elecciones será el que mayor poder de decisión tenga desde que se constituyó, y me gustaría explicar que, por esa razón, es necesario votar con tanta implicación como se hace en unas municipales, autonómicas o generales. Europa no puede quedar en manos de los euroescépticos, de los radicales, de los partidarios de suprimir el euro, de quienes defienden una vuelta atrás en nuestras vidas... los experimentos, con gaseosa.
El Partido Popular le dirá a los electores durante esta campaña electoral que somos un partido en el que se puede confiar. Nos hicimos cargo de España en el momento más difícil de nuestra democracia, pero el PP nunca se ha rendido ante las dificultades, como tampoco lo han hecho los españoles. Con el impulso de la mayoría, hemos puesto en marcha la agenda reformista más ambiciosa de la democracia, sin pensar en los votos o en la ideología. Nuestro país estaba al borde de la quiebra, nuestra economía caía por encima del 1% anual; el paro se incrementaba en un millón de personas al año... Utilizando términos aeronáuticos, podría decirse que España caía en barrena en manos de los socialistas.
Hemos pasado dos años muy duros; la sociedad ha hecho sacrificios enormes; los españoles hemos sabido apretarnos el cinturón... Y ahora, por fin, empezamos a remontar el vuelo. Queda mucho por hacer. Muchas personas continúan en paro. Muchas familias continúan pasándolo mal. Pero empezamos a salir de la crisis y comienza a crearse empleo. ¿Es el momento de dar un golpe de timón ahora que empezamos a ver el final del túnel? ¿Quiénes van a sacarnos de la crisis? ¿Quiénes nos metieron en ella? ¿Alfredo Pérez Rubalcaba, que fue el brazo derecho de Rodríguez Zapatero? Considero que la situación económica de España exige una reflexión. Y que cada uno valore los resultados que han dado unos -quienes nos metieron en la crisis y arruinaron este país- y otros -quienes, con muchas dificultades, están sacándonos de ella-, a la hora de emitir su voto.
Creo honradamente que Miguel Arias Cañete, nuestro candidato, es de las personas que ha hecho mucho por cambiar aquella situación. Sus negociaciones en Europa en temas tan diversos como la Política Agraria Común (PAC), las ayudas al campo español o las cuotas para la pesca han recibido el reconocimiento unánime de la sociedad española. Se merece un gran resultado ahora que concurre como cabeza de lista del PP a las elecciones europeas. Es un lujo como líder, alguien a quien lo que más le preocupa es defender con éxito los intereses de los españoles. Y ha demostrado que lo hace bien.
El éxito de Cañete en estas elecciones es lo que mejor le viene a España y a Cantabria. Ya ha demostrado como Ministro que es capaz de conseguir lo mejor que Europa puede ofrecer al sector primario. Ahora queremos que todas sus habilidades también las podamos aprovechar el resto de los españoles.
Además, por primera vez presentamos un programa regionalizado que nos permite ofrecer a los cántabros compromisos específicos sobre las materias que más les preocupan: sector primario, reindustrialización, valores de la comunidad autónoma que no podemos despreciar como Valdecilla o el Puerto de Santander. Me comprometo a defender todos estos temas desde mi escaño en el Parlamento Europeo.
No es la hora de quedarse en casa. No es la hora de dejar la política económica europea en manos de quienes nos metieron en la crisis, de quienes permitieron que se destruyera empleo mientras miraban hacia otro lado; de quienes, bajo su mandato, incrementaron las cifras del paro. No es la hora de volver la espalda a Cantabria ni a España. Hemos pasado lo peor y empezamos a salir adelante. El rumbo es el adecuado. No lo cambiemos. El PP es la opción segura para terminar de salir de la crisis, ahora que hemos empezado a salir de ella.
Artículo publicado el sábado 17 de mayo de 2014 en el Diario Montañés