En un día tan cargado de simbolismo y emociones como el 8 de marzo, es justo reconocer que la igualdad entre hombres y mujeres ha adquirido un papel central en la agenda política de los gobiernos del PP. El PSOE, no está legitimado para seguir negando lo que es evidente si nos atenemos a los hechos. Acusar a los gobiernos del PP de retroceder o desmantelar las políticas de igualdad, es empeñarse en mantener un mensaje artero y trasnochado que no se corresponde con la realidad.
Precisamente, porque somos conscientes de que aún quedan muchos obstáculos por remover para poder hablar de una verdadera igualdad, los gobiernos del PP dan prioridad a aquellas medidas que estimulen el crecimiento económico y la generación de empleo, porque la mejor política de igualdad es que todas las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral y que permanezcan en él, mejorando, así, su calidad de vida y autoestima.
Porque creemos en las mujeres por sus capacidades, porque creemos que es imprescindible equilibrar la balanza de la responsabilidad sin obstáculos al mérito y el esfuerzo, porque creemos que se debe alcanzar una retribución adecuada y equitativa con independencia del sexo, se han cambiado muchas cosas en nuestro país en los dos últimos años. Los gobiernos del PP, liderados en España por Mariano Rajoy y en Cantabria por Ignacio Diego, han impulsado medidas pioneras en la reforma laboral para incentivar la contratación, facilitar la conciliación y apoyar y estimular a las mujeres emprendedoras.
Política de hechos consumados como la incorporación del trabajo estable a tiempo parcial cuya nueva regulación es garantía del principio de igualdad; la regulación del teletrabajo y el permiso de lactancia para padres y madres; la racionalización del sistema de bonificaciones para favorecer la contratación de las mujeres; el impulso dado a proyectos empresariales gestionados por mujeres o la prevista reforma del IRPF, que el Gobierno prepara para este año 2014 y que precisamente está destinada a favorecer la conciliación y realzar el papel de la mujer en el mundo del trabajo, nos permiten seguir avanzando en eliminar la brecha que aún existe entre ambos sexos.
Política pragmática que también permite discernir entre quienes, adoleciendo de falta de un proyecto de país sensible con los problemas y sin expectativas para resolverlos, siguen anclados torpemente en el pasado guiados por un doctrinario afán revanchista, y quienes desde el compromiso y la responsabilidad, expresan, día a día, su voluntad política y toman decisiones tendentes a solventar los acuciantes problemas de la sociedad.
Avanzar en igualdad también es haber colocado a España a la Vanguardia de lucha contra la Violencia de Género en la Unión Europea, poniendo en marcha la primera Estrategia Nacional para su erradicación con un presupuesto de 1.500 millones de euros.
Queda mucho por hacer, pero el camino emprendido es el adecuado para conseguir que mujeres y hombres tengamos las mismas oportunidades, algo que sólo será posible si alcanzamos puntos de encuentro caracterizados por la empatía, el consenso y el sentido común.
Tribuna de opinión publicada el 8 de marzo de 2014 en El Diario Montañés