Partido Popular en Cantabria

Se cumplen estos días dos años de la llegada del Partido Popular al Gobierno de España. Dos años difíciles y duros en los que Mariano Rajoy y su Gobierno han tenido que hacer frente a la peor crisis económica de la democracia y al peor legado que nunca haya recibido un Gobierno: un país al borde de la intervención, con un déficit desbocado en sus cuentas públicas y más de cinco millones de personas en desempleo.

Sin embargo, gracias a las reformas y medidas adoptadas, en muchas ocasiones impopulares, el Gobierno del Partido Popular ha conseguido dar un vuelco a la situación, y hoy todos los organismos y analistas auguran una recuperación económica para el próximo año.

El camino no ha sido fácil, pero ha merecido la pena. Ya se ven claros signos para la esperanza. La recesión queda atrás y la salida de la crisis está más cerca que nunca. La determinación del Gobierno y el gran esfuerzo que han hecho todos los españoles, han permitido poner en marcha las políticas necesarias para poder ver un futuro mucho más optimista que cuando el PP llegó al Gobierno. Se va poco a poco recuperando la confianza en que todos juntos seremos capaces de vencer a la crisis.

A pesar de los buenos datos macroeconómicos, de los que nadie puede dudar porque son una realidad, todos en el Partido Popular somos conscientes de que el principal factor actual de desigualdad al que nos enfrentamos es el desempleo, que hay muchas familias que viven en circunstancias muy difíciles, por lo que hay que seguir trabajando duro. Por ello, desde el PP, allá donde gobierne, se va a continuar trabajando sin descanso para que esos signos de recuperación sean percibidos en el día a día de las familias, que puedan ver como sus miembros encuentran al fin trabajo o como sus hijos tienen mejores y más oportunidades de futuro de las que tenían cuando el Partido Popular llegó́ al Gobierno.

Es necesario no bajar la guardia y continuar con el proceso de reformas, para que España tenga unas bases sólidas sobre las que crecer y crear empleo, para que sea cada día más competitiva y se consolide ese incipiente crecimiento.

Sabemos, y aunque no les gusta recordarlo conviene hacerlo, que el PSOE protagonizó la mayor mentira económica de la historia. Hasta miembros del propio Gobierno de Zapatero, como el que fuera Vicepresidente y Ministro de Economía Pedro Solbes, les ponen en evidencia: El PP llegó al Gobierno con un déficit público del 9%, un déficit que el Gobierno Socialista ocultó hasta el último día y que suponía más de 30.000 millones de agujero en las cuentas públicas. Pero además de esa deuda financiera en las administraciones, existía un problema muy importante de impago a los proveedores, que estaba contribuyendo a la destrucción de miles de puestos de trabajo, porque las pequeñas empresas y los proveedores no eran capaces de cobrar sus facturas.

Nuestro sistema sanitario estuvo al borde de la quiebra y el ejemplo más evidente lo vivimos en Cantabria, donde se dejaron sin pagar y ocultas en los cajones facturas por valor de más de 260 millones de euros. En España el agujero en Sanidad de 16.000 millones, puso en peligro incluso el suministro de medicamentos. Las administraciones derrochaban el dinero público, gastaban más de lo que podíamos pagar, porque según la filosofía socialista, " el dinero público no era de nadie".

¿Cómo afrontó el Gobierno del Partido Popular esta situación? El Gobierno del PP cogió el toro por los cuernos poniendo en marcha mecanismos de financiación y de apoyo a las comunidades autónomas y a los Ayuntamientos por más de 70.000 millones de euros, precisamente para garantizar el pago de esos servicios públicos esenciales que los socialistas dicen defender, pero deciden no pagar.

Esta movilización de fondos públicos fue necesaria para rescatar nuestra Sanidad, nuestra Educación y nuestros Servicios Sociales, que son una prioridad para el Partido Popular. No es de recibo que aquéllos que pusieron en grave riesgo de quiebra el Estado del Bienestar hoy acusen al Gobierno del PP de querer liquidarlo.

Se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer. Reformas en nuestro sistema de pensiones, para garantizarlas ahora y en el futuro, y una reforma fiscal en profundidad que baje los impuestos, especialmente a PYMES y autónomos, para ayudar a la generación de empleo y bienestar, son algunas de las que se abordarán con la máxima celeridad.

Pero, sin duda, caminamos en la buena dirección y el Gobierno de Mariano Rajoy, al igual que el de Ignacio Diego en Cantabria, ha cambiado el rumbo de la economía, pasando en estos dos años de una España quebrada a una España esperanzada.

Tribuna de opinión publicada el 30 de noviembre de 2013 en El Diario Montañés