Siento la obligación de salir al paso de las afirmaciones realizadas recientemente en esta sección del periódico, por la diputada regional del PSOE Dolores Gorostiaga, en relación al llamado copago farmacéutico. Afirmar, como afirma la diputada socialista, que "los copagos rompen la solidaridad colectiva" es, en mi opinión, lo contrario del efecto que produce el que los usuarios aporten una parte del coste de los medicamentos.
La gran novedad de las medidas aprobadas por el Gobierno del Partido Popular, que constituye un hito en la historia social de España, es que los pacientes aporten una parte del precio de los medicamentos en función de la renta, de tal forma que paguen menos o nada los que menos ingresos tienen. Por ello, los parados de larga duración sin ingresos, las rentas de integración social y las pensiones no contributivas no pagan nada por los medicamentos.
Parados sin ingresos, las personas más vulnerables, que con el Gobierno del PSOE pagaban el 40% del precio de los medicamentos, con el actual Gobierno de Rajoy no pagan nada. Esa es la realidad que a los socialistas les cuesta reconocer, porque son los Gobiernos del Partido Popular los que se acuerdan de los más débiles, los que aprueban medidas solidarias.
Siento la obligación de aclarar a Dolores Gorostiaga que los pensionistas con ingresos que no superen 18.000 euros, pagan el 10% del precio de los medicamentos, hasta un máximo de 8 euros al mes. La inmensa mayoría de los pensionistas pagan una media de 4 euros al mes.
Y también siento la obligación de precisar a la diputada del PSOE que lo que sí ha hecho el Gobierno del Partido Popular ha sido acabar con el modelo socialista de no pagar a las empresas farmacéuticas y de tecnología sanitaria. Empresas a las que se las debía 16.000 millones de euros, el 73% del pago a proveedores, facturas sin reconocer, guardadas en los cajones. Sólo en Cantabria se debían más de 260 millones de euros a empresas farmacéuticas y sanitarias. En Andalucía empresas sanitarias han denunciado que la Junta les debe 1.600 millones de euros con un retraso en el pago de más de 430 días. Ese es el modelo socialista basado en no pagar, que a punto estuvo de llevarnos a la quiebra.
Llama la atención que en su afán de crítica, por desconocimiento o por mala fe, desde el PSOE se trate de confundir a los ciudadanos respecto a lo que son los medicamentos de uso hospitalario y los medicamentos de diagnóstico hospitalario. Los ciudadanos esperan de los políticos un poco más de rigor, y no se puede desinformar creando dudas y preocupación, por intentar rascar un puñado de votos, en un tema tan delicado como la salud. La aportación para los medicamentos de uso hospitalario sigue como antes, es decir, el paciente no paga nada.
Para los medicamentos de diagnóstico hospitalario, que siempre se dispensaron en las oficinas de farmacia y para los que los usuarios de régimen general aportaban el 40% de su precio, ahora se abonará el 10%, hasta un máximo de 4,20 euros, independientemente de que el medicamento se recoja en la oficina de farmacia o en el servicio de farmacia de hospital. Y los parados sin ingresos no aportarán nada, recojan el medicamento en la oficina de farmacia o en el hospital.
En resumen, con esta medidas los pacientes más vulnerables pagan menos. Gracias a las medidas del Gobierno, en 14 meses el Servicio Nacional de Salud ha ahorrado 2.300 millones de euros en gasto de medicamentos y, por ello, ha podido incorporar a la prestación farmacéutica 38 nuevos medicamentos innovadores, que suponen un nuevo avance en la curación de enfermedades pero que tienen un alto coste. El objetivo del Gobierno es poder financiar los medicamentos del futuro, que aumentarán la esperanza de vida.
Quiero finalizar invitando a los socialistas a que presenten propuestas realistas, de futuro, en lugar de desinformar sobre las políticas del Partido Popular, que buscan garantizar una Sanidad de calidad, pública, gratuita y de equidad para todos los españoles independientemente de la comunidad autónoma donde vivan.
Tribuna de opinión publicada el 26 de noviembre de 2013 en El Diario Montañés