Por primera vez un Gobierno garantiza que las pensiones sean una realidad siempre. Noticia esperanzadora y que elijo para asomarme a esta Tribuna.
Hace unos días, el Consejo de Ministros aprobaba, junto al Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2014, la remisión a las Cortes del Proyecto de Ley de reforma de las pensiones con dos elementos importantes y novedosos: desvincular estas prestaciones del Índice de Precios al Consumo (IPC) e introducir el llamado Factor de Sostenibilidad.
Se hacía necesario un nuevo modelo del sistema público de pensiones para adaptarlo a los nuevos desafíos derivados del aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población, máxime cuando España es uno de los países de la Unión Europea (UE) donde estos hechos cobran una mayor intensidad. De hecho, la esperanza de vida en España es una de las más altas del mundo, con una previsión que indica que ganaremos dieciséis meses de esperanza de vida cada diez años. La ecuación era algo fatalista, ya que duplicábamos el gasto en pensiones y se aumentaba hasta en cien mil personas el número de beneficiarios cada año. Y ha sido el Gobierno de Mariano Rajoy el que ha querido acometer con tiempo una reforma que haga frente a los retos demográficos y económicos, para poder asegurar la solidez del sistema de la Seguridad Social en el presente y en el futuro.
Con estos datos había que pensar en incluir otro índice para calcular nuestras pensiones de forma que se garantice su sostenibilidad, y ahora - en mi opinión de forma muy acertada - ya no sólo se tendrá en cuenta la inflación en la actualización de las pensiones, sino también la situación económica del país en cada momento o el nivel de ingresos de la Seguridad Social. Esta propuesta no es nueva pues ya se había puesto de manifiesto con anterioridad por expertos de distintas ideologías.
Como miembro de la Comisión de Empleo y Seguridad Social y de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo del Congreso, he seguido con interés todos los debates sobre este nuevo modelo y puedo afirmar, convencida, que se trata de una reforma responsable que refleja que el Ejecutivo está comprometido con todos los españoles y trabaja en orden a conseguir un sistema de bienestar social sostenible y viable. Y qué mejor forma de hacerlo que asegurando las prestaciones hoy y en un futuro y garantizando que no se congelarán nunca, sino que subirán todos los años.
Este es el mensaje más tranquilizador que podemos dar a los pensionistas de nuestra región y a todos los pensionistas españoles, especialmente en el actual contexto socioeconómico, pues la pensión en este momento es sustento de muchas familias que carecen de otro tipo de ingresos. Mensaje que contrasta con las medidas de quienes ahora pretenden dar lecciones, los socialistas, cuando fueron precisamente ellos los que dejaron quebrada la Seguridad Social, burlaron el Pacto de Toledo y no revalorizaron las pensiones sino que las congelaron.
Por ello, podemos asegurar que es el Partido Popular el único partido que, con independencia de la situación económica de cada uno, subirá las pensiones al menos en un 0,25% todos los años. Esta es la realidad y esto es lo que se ha puesto sobre la mesa: un compromiso intergeneracional, un trato equitativo a todas las generaciones para que tengan una pensión similar si han hecho esfuerzos o cotizaciones similares. Y en ningún momento se ha pensado subir la edad de jubilación y, además, los pensionistas que tuvieran derechos adquiridos los van a conservar.
Sólo me resta concluir afirmando que se está trabajando mucho en un objetivo que no es otro que conseguir un sistema de pensiones sostenible, solvente y sólido. Para el Gobierno y para el Partido que respalda la labor del Ejecutivo y del que formo parte, es una prioridad y el nuevo modelo presentado lo viene a confirmar. Hemos querido que las pensiones sean garantía de presente y de futuro.
Tribuna de opinión publicada el 17 de octubre de 2013 en El Diario Montañés