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La herencia del fracking

Iñigo Fernández, diputado regional del Partido Popular

"Que Miguel Ángel Revilla afirme que 'no sabíamos lo que era el fracking cuando lo autorizamos' no puede más que causar indignación. ¿En qué manos hemos estado cuando regionalistas y socialistas gobernaban esta región?"

 

Que alguien, cualquier cántabro, reconozca que en la primavera de 2011 no sabía lo que era el fracking no me sorprende en absoluto. Yo tampoco sabía lo que era, si he de decir la verdad. Ni siquiera había oído hablar de ello. Ahora bien, leer que Miguel Ángel Revilla afirme que "no sabíamos lo que era el fracking cuando lo autorizamos" no puede más que causarme indignación. ¿Cómo se puede autorizar, desde el Gobierno de Cantabria, la utilización de una técnica de obtención de gas sin saber de qué se trataba? ¿En qué manos hemos estado cuando regionalistas y socialistas gobernaban esta región? ¿Es posible que desde el Gobierno de Cantabria se concediera un permiso para utilizar esta técnica sin que el presidente de la región supiera siquiera en qué consistía y qué consecuencias implicaba? Pues eso ha afirmado Miguel Ángel Revilla, ni más ni menos.

Luego hay que ver a los cargos públicos del PRC en la comarca pasiega, o en el valle del Pisueña, o en la zona del Saja-Nansa, o en Campoo, manifestarse en contra del fracking. Y pedir al actual presidente del Gobierno de Cantabria, Ignacio Diego, que actúe contra la misma. Y pedir a los actuales gobernantes que impidan la perforación del subsuelo de Cantabria. Pero ¿Quién concedió los permisos? ¿Quién autorizó las perforaciones en Luena o en el entorno del Parque Nacional Saja-Besaya? Pues los gobiernos del PSOE y el PRC, mi más ni menos.

Hay cosas que resultan indignantes y esas manifestaciones de Miguel Ángel Revilla son una de ellas. Sí. "No sabíamos lo que era el fracking cuando lo autorizamos". Y lo cierto es que el Gobierno de Cantabria, el 31 de marzo de 2011, bajo la presidencia de Miguel Ángel Revilla, autorizó un permiso para la utilización de la técnica del fracking en la comarca del Saja-Nansa y guardó silencio cuando el Gobierno de la Nación, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, concedió otros cuatro permisos para perforar en todos los valles del sur de Cantabria. ¿Y nadie se detuvo a pensar cuáles eran las consecuencias de todos esos permisos que se estaban concediendo? Pues no. Nadie se paró a pensar en las consecuencias.

Hay que tener mucho cinismo para conceder un permiso el 31 de marzo de 2011 y un año después, el 6 de octubre de 2012, presentarse en una manifestación contra el permiso que él mismo había autorizado. Pues eso hizo Miguel Ángel Revilla.

A lo mejor tampoco sabía lo que eran las participaciones preferentes en las cajas de ahorros, pero la venta de estos productos se produjo cuando Miguel Ángel Revilla era presidente de Cantabria y su partido, junto con el socialista, controlaba la gestión en Caja Cantabria. Y ahora acude cada sábado a los programas rosas de televisión, junto a Falete, Belén Esteban y Quico Matamoros, a ejercer de defensor de los afectados por las preferentes.

A lo mejor tampoco sabía quiénes eran los empresarios de GFB, a quienes se les estaba regalando 45 millones de euros de todos los cántabros para montar un fábrica que ni siquiera llegó a funcionar. ¿No era su obligación enterarse bien de con quién negociaba y dejar atadas todas las garantías?

A lo mejor tampoco sabía quién era Alí Syed cuando el Gobierno de Cantabria, bajo la presidencia de Miguel Ángel Revilla, regaló las acciones del Racing al primer 'friki' que se le puso delante, sólo porque lo traía Francisco Pernía. Pero el resultado está ahí: el hundimiento de un club centenario que ha representado a Cantabria por toda España y que, durante generaciones, ha supuesto la pasión y la ilusión de tantas miles de personas.

A lo mejor tampoco sabía que los dirigentes de la empresa pública Cantur despilfarraban el dinero de todos los cántabros y adjudicaban hasta 1.600 encargos directos (sin concurso de ningún tipo) a un mismo empresario de publicidad, por importe de 10 millones de euros, empresario que curiosamente era quien gestionaba las campañas electorales del PRC.

"Todo eso es el pasado y lo que hay que hacer es mirar al futuro", dicen algunos. Y es verdad: hay que mirar al futuro. El problema es que es al actual Gobierno de Cantabria a quien le corresponde ahora encontrar soluciones a todos esos problemas. Y en muchas ocasiones la gestión actual viene condicionada por las ataduras del pasado, como ocurre, sin ir más lejos, con el asunto del Racing.

En el tema del fracking, afortunadamente el actual presidente de Cantabria sí sabe lo qué es, y ha actuado en consecuencia y ha promovido una ley regional para prohibir la utilización de esta técnica en todo el territorio de Cantabria. Como en tantos otros casos, la situación se ha salvado 'in extremis'. Pero dejo ahí la frase y la reflexión. "Cuando autorizamos el fracking, no sabíamos lo que era". ¡Dios mío! Y así, sin más, le abrió al fracking las puertas de esta región. ¿Pero en qué manos hemos estado durante todos estos años?.

 

Tribuna de opinión publicada el 11 de septiembre de 2013 en El Diario Montañés

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