Partido Popular en Cantabria

A lo largo de estos últimos meses se han difundido algunos datos cuya suma da motivos para pensar que España comienza a dejar atrás la aguda recesión económica que comenzó en el año 2008. Lejos de ser una mera especulación política, ha quedado patente durante la reunión del G-20 en San Petersburgo que es una opinión generalizada entre los líderes de tan selecto grupo. España ha dejado de ser un problema.

En primer lugar merece subrayarse la caída del paro por sexto mes consecutivo. Durante estos últimos seis meses hemos conseguido que haya casi 342.000 desempleados registrados menos. Es una cantidad de la suficiente magnitud para que todos, más allá de nuestros legítimos planteamientos políticos, nos sintamos aliviados.

Por otro lado, también coinciden otros indicadores macroeconómicos a los que los analistas y expertos otorgan un notable valor: en agosto se produjo la primera expansión en la producción manufacturera española después de 27 meses consecutivos de caídas; nuestras exportaciones han superado los 118.000 millones de euros durante la primera mitad del año, con unos niveles de crecimiento que no se veían desde el año 1971; se ha conseguido una gran reducción del déficit comercial y nuestra tasa de cobertura se sitúa ya en el 95,3% frente al 85,5% de hace un año.

Además el sector turístico continúa manifestando su vigor, con la llegada de 34 millones de turistas durante los primeros siete meses del año. Conviene subrayar que sólo en el mes de julio visitaron España 7,9 millones de extranjeros, la cifra más alta jamás registrada desde que existen datos de este tipo.

Estas positivas cifras son plenamente aplicables al caso concreto de Cantabria. Nuestra Comunidad se sitúa en cabeza de toda España en reducción del desempleo, con 9.309 parados menos en estos últimos ocho meses. Tal y como indica Ignacio Diego, se trata del mejor dato desde 2001, incluso por encima de años de bonanza económica.

En gran medida nuestro Presidente apuntaba dónde radicaba el origen de este cambio de tendencia durante los actos desarrollados con motivo del Día de Cantabria: en aspectos como el sentido social, la transparencia y la austeridad. Una austeridad que, como él señala expresamente, ha pasado por la supresión de consejerías y cargos públicos y por la reducción de organismos y entes públicos, librando a los ciudadanos del pago de gastos improductivos para poder centrar los esfuerzos en servicios sanitarios, educación y atención social.

De esta manera Cantabria ha conseguido que de cada 100 euros de austeridad 94 procedan de la contención de gastos no perentorios y sólo 6 de la subida de impuestos. Si no hubiera sido por estas medidas, el aumento de presión fiscal habría alcanzado unos niveles difícilmente asumibles por los ciudadanos.

Como apuntaba con anterioridad, creo que todos debemos manifestar nuestra satisfacción ante este conjunto de datos, con independencia de cuál sea nuestra ideología política. Hoy existen fundados motivos para la esperanza y así lo entiende buena parte de la ciudadanía española. A mi juicio es muy significativo el último Índice de Confianza del Consumidor correspondiente al mes de agosto, publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas. En él se advierte una subida de 5,3 puntos respecto al mes anterior, lo que le permite situarse en 68,6 puntos, el nivel más alto en un año.

Si nos centramos en Cantabria advertimos que la sociedad valora de manera especialmente favorable cuatro logros conseguidos en estos últimos doce meses: al acuerdo para una "mejora histórica" a corto plazo del ferrocarril que nos conecta con la meseta, la inversión de 16 millones de euros en el Puerto de Santander y la reactivación de la autovía del cantábrico entre Solares y Torrelavega, que estará en servicio a finales de 2015 tal y como ha apuntado la Ministra de Fomento, Ana Pastor; la reducción del "céntimo verde" para las empresas cogeneradoras como Sniace; la propiedad del edificio del Banco de España en Santander; y, por encima de todos ellos, la solución encontrada para la finalización del Hospital Marqués de Valdecilla.

Es mucho lo que se ha realizado a lo largo de estos dos años bajo el liderazgo nacional de Mariano Rajoy y cántabro de Ignacio Diego. Sin embargo debemos ser conscientes de que es mucho también lo que resta por hacer. Es preciso continuar con el camino trazado en la mejora de los niveles de eficacia de las Administraciones Públicas, garantizando los servicios públicos con unos menores costes económicos para los ciudadanos. Las políticas alternativas planteadas por otras fuerzas políticas conllevan, de manera inevitable, la subida de impuestos e implican el grave riesgo de desandar el camino recorrido y de que todo este gran esfuerzo quede en balde.

Asimismo debemos continuar con el impulso de la competitividad empresarial basada en la liberalización del sector servicios, el apoyo a la internacionalización de nuestras empresas y el reforzamiento de la actuación llevada a cabo por las pymes y los emprendedores. Porque ésta es la mejor vía para la creación de nuevos puestos de trabajo que permitan seguir reduciendo nuestros actuales niveles de desempleo, librando así a muchos hogares de este profundo drama.

Y, por supuesto, es preciso profundizar en una noción estratégica de primera orden como es la "Marca España", que haga posible mantener la actual tendencia de creciente afluencia de turistas extranjeros y que, al mismo tiempo, facilite la expansión de nuestras empresas al mercado internacional y la llegada a nuestro país de nuevas compañías generadoras de puestos de trabajo adicionales.

En definitiva, estamos en el camino para la superación de la crisis. El esfuerzo de todos los ciudadanos ha resultado imprescindible para llegar hasta aquí. Y estoy firmemente convencido de que su ayuda va a permitir dar un nuevo impulso adicional cuyos efectos se notarán con mayor intensidad durante los próximos meses y que permitirán que 2014 sea el año de superación de la crisis económica española.

Tribuna de opinión publicada el 9 de septiembre de 2013 en El Mundo Cantabria