No resulta fácil hablar de economía en un país con seis millones de parados. Y, sin embargo, los últimos datos conocidos invitan a contemplar el futuro con una cierta esperanza. Queda muchísimo recorrido para alcanzar unos niveles de bienestar aceptables, es cierto, pero la economía española parece mostrar un cambio de tendencia del que se deduce que la recesión ha quedado atrás y que, en su lugar, el país encara de lleno el camino de la recuperación.
España encadena cuatro meses consecutivos de descensos en el número de parados y la EPA (Encuesta de Población Activa) constata que 225.000 personas encontraron trabajo en el segundo trimestre del año. En ese mismo periodo, la economía se contrajo únicamente un 0,1 por ciento, cuando antes lo hacía un 0,5 ó un 0,6 por ciento. Las exportaciones de las empresas españolas continúan aumentando, en buena medida gracias al aumento de la competitividad del país. El negocio turístico crece un 5 por ciento. Y las cuentas públicas parecen estabilizarse en torno al 6 por ciento de déficit con respecto al PIB (Producto Interior Bruto), frente a caídas del 12 y el 10 por ciento de hace sólo un par de años.
Si todo evoluciona como parece, el segundo semestre del año la economía empezará a crecer y, como consecuencia de ello, el número de parados a descender. Los esfuerzos que la sociedad española ha hecho en los dos últimos años empiezan a dar sus frutos. El camino que queda por recorrer será largo, probablemente demasiado largo, pero al menos parece claro que, después de cinco años consecutivos de recesión económica, de cierre de empresas y de destrucción de puestos de trabajo, la economía española se encuentra por fin en el punto de inflexión a partir del cual debe comenzar una nueva etapa de recuperación, crecimiento y empleo.
En Cantabria, una serie de proyectos, públicos y privados, prometen incidir positivamente en la creación de empleo en los próximos meses. Las obras de construcción del Centro Botín y las actuaciones vinculadas al Mundial de Vela de 2014 alcanzarán en los próximos meses su fase de mayor intensidad. Y también las obras de la Autovía del Cantábrico en el tramo comprendido entre Solares y Torrelavega. ¿Alguien puede creer que estas inversiones no van a incidir en la creación de empleo? Lo mismo puede decirse de actuaciones como la mejora de la línea ferroviaria entre Santander y Palencia por importe de 95 millones de euros, que el Gobierno de la Nación ha sacado ya a licitación. ¿No tendrán esos trabajos un efecto importante en la generación de empleo?.
La adjudicación de la fase final de las obras del Hospital Marqués de Valdecilla está prevista para el mes de septiembre. Y a finales de año comenzarán a ejecutarse las obras contempladas en el Plan de Inversiones Municipales promovido por la Consejería de Obras Públicas y Vivienda del Gobierno de Cantabria, por importe de 64 millones de euros. Es previsible que una y otra incidan notablemente en la ocupación.
La Autoridad Portuaria de Santander acometerá igualmente inversiones cuantiosas con el acondicionamiento de nuevos muelles y nuevos espacios. Y también se ejecutarán obras hidráulicas por importe superior a los 20 millones de euros, gracias a la aportación de fondos nacionales y a la financiación otorgada por el Banco Europeo de Inversiones.
Durante años, la economía española se deterioraba y desde el Gobierno de la Nación no se hacía nada para revertir ese proceso. Ni siquiera se reconoció la crisis, como hacía José Luis Rodríguez Zapatero. Después, fue preciso adoptar medidas muy duras, medidas que implicaron enormes sacrificios para la sociedad. Pero el esfuerzo no ha sido vano: ahí están los primeros resultados.
Queda mucha navegación por delante, pero el temporal está pasando. Afortunadamente está pasando. Evidentemente, el empleo no se recuperará en dos días, pero todo indica que este es el rumbo adecuado para que lo haga.
La recuperación de la economía no se consigue escribiendo simpladas en una pizarra ni engañando a la gente al decirles que todo eso puede hacerse sin esfuerzo. De hecho, quienes hoy dicen tener las soluciones fueron quienes nos trajeron a la situación en la que nos encontramos. ¿Cómo pueden, todavía, dar lecciones a nadie?.
Queda mucho camino por recorrer, pero estamos en el camino. Los sacrificios están dando sus frutos. Sólo queda perseverar y confiar en que la gestión de los asuntos económicos no vuelva a caer en manos de demagogos, ni en Madrid, ni en Cantabria.
Tribuna de opinión publicada el 1 de agosto de 2013 en El Diario Montañés