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El éxito de una operación y la ruina del Racing

Iñigo Fernández, diputado regional del Partido Popular

"Revilla no ha explicado todavía por qué y a quién regaló el Racing. Quizá tenga que explicarlo delante del fiscal y contar qué motivaciones le han llevado a convertirse en el hombre que más daño le ha hecho al Racing en sus cien años de historia".

 

La comisión parlamentaria encargada de investigar la gestión del Gobierno PRC-PSOE en la empresa pública CANTUR durante el periodo 2003-2011 ha concluido sus trabajos, y en relación con la venta de las acciones del Racing ha puesto de manifiesto que el Ejecutivo presidido por Miguel Ángel Revilla no veló nunca por el interés de CANTUR, no veló nunca por el interés del Racing y no veló nunca por el interés público. Al contrario, parecía que el interés de los promotores de esa operación, tan dañina finalmente para la entidad, estaba por encima del interés de CANTUR, del interés del Racing y del interés público. Eso es lo que ha puesto de manifiesto la comisión de investigación parlamentaria a lo largo de los cuatro últimos meses y eso es lo que se ha recogido en sus conclusiones.

En ese proceso se produjeron notables irregularidades y las consecuencias de ello son dobles: por un lado, se ha ocasionado un importante quebranto económico para las arcas públicas; por otro, al Racing se le ha colocado en la situación más delicada de toda su historia.

¿Por qué es posible afirmar que el Gobierno PRC-PSOE sacrificó el interés público y el interés del Racing en beneficio de los promotores de una operación tan oscura? Pues es posible afirmarlo a la vista de los siguientes hechos:

Primero. Cuando Dumviro vende el Racing a Alí Syed (o a quienes estaban detrás de Alí Syed y financiaban oscuramente la operación), con las acciones transfiere la deuda que mantenía con CANTUR, a quien nunca abonó la cantidad acordada por la compra del Racing. Pero el Gobierno de Cantabria admite que, siendo la deuda de Dumviro con CANTUR de 7,7 millones de euros, ésta se convierta en una deuda de tan sólo 6,5 millones cuando esta se transfiere a Alí Syed. Es decir, que el Gobierno de Cantabria, con tal de facilitar la operación, aceptó una rebaja de la deuda de 1,2 millones de euros. ¿Tanto interés tenían Luis Egusquiza, Ángel Agudo, Javier López Marcano y Miguel Ángel Revilla en facilitar la llegada a Cantabria de Alí Syed?.

Segundo. Para hacer viable la operación, el Gobierno de Cantabria cancela la prenda sobre las acciones y, sin embargo, no sustituye esa garantía de cobro por otra nueva garantía. Por eso no cobra. Alguien vino a estafar y encontró las mejores condiciones para que pueda consumar la estafa: las que le brindaron Egusquiza, Agudo, Marcano y Revilla. ¿Por qué? Todavía nadie lo han explicado.

Tercero. Se cierra la operación con un aval de 1,5 millones de euros, cuando el importe total asciende a siete. ¿Quién vendería así su propia casa? ¿Ellos habrían obrado del mismo modo con su propio patrimonio?.

Cuarto. Todo se apoya en un supuesto informe de solvencia. Pero el informe de solvencia no existe como tal, porque se refiere a una empresa (WGA) cuando en realidad la operación se cierra con otra (WGA Sport). La primera tiene sede en Bahrein. La segunda en Holanda. La del informe y la compra son empresas distintas, con códigos de identificación distintos, con domicilios sociales distintos. ¿Nadie lo vio o nadie lo quiso ver?.

Quinto. La operación se hace sin informes técnicos favorables, en contra de las recomendaciones de los abogados y a pesar de las advertencias de estos en torno a los riesgos que se asumen.

Sexto. La letra pequeña del contrato obliga a CANTUR a recorrer un laberinto judicial para recuperar la posición en el accionariado del Racing. Es falso que se puedan recuperar las opciones con una simple opción de recompra: ¿A quién se recompra? ¿Con qué valor? ¿Cómo se establece? ¿Quién garantiza que la otra parte lo va aceptar sin recurrirlo a los tribunales? ¿Cuántos años se tarda en cerrar ese proceso? Los propios abogados hablan de una opción maldita, de un pleito imposible. Lo lógico hubiera sido haber incluido una cláusula de retrocesión o condición resolutoria (la posibilidad de inscribir de nuevo las acciones en el registro mercantil si se demuestra que el comprador no abona las cantidades). Pero ni esa opción fue prevista... O sí fue prevista. Fue prevista y por esa razón se excluyó expresamente del contrato.

Hoy el Racing está como está porque determinados señores tomaron las decisiones que tomaron. Y esos señores tienen nombre y apellidos: Luis Egusquiza, Ángel Agudo, Javier López Marcano y Miguel Ángel Revilla. Por eso, el pleno del Parlamento de Cantabria ha aprobado remitir al fiscal las conclusiones de la comisión de investigación: para qué expliquen las razones, para que expliquen sus negociaciones con Alí Syed y Pernía; para que expliquen por qué sacrificaron el interés del Racing y el interés público con el fin de favorecer el éxito de la operación... El éxito de la operación que ha sido la ruina del Racing.

Miguel Ángel Revilla no ha explicado todavía por qué y a quién regaló el Racing. No lo ha hecho en el Parlamento, ni ante la opinión pública, ni siquiera en televisión, donde tan aficionado es a hablar de todo tipo de cosas. Quizá tenga que hacerlo delante del fiscal y contar en la Fiscalía cuáles han sido las motivaciones que le han llevado a convertirse en la persona que más daño le ha hecho al Racing en sus cien años de historia.

 

Tribuna de opinión publicada el 19 de junio de 2013 en El Diario Montañés

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