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Revilla, Alí, el Racing y CANTUR

Iñigo Fernández, diputado regional del Partido Popular

"El ex presidente del Gobierno de Cantabria habla de todo en televisión, pero en el Parlamento guarda silencio. No habla del Racing. No habla de GFB. Ese es Miguel Ángel Revilla".

 

El ex presidente del Gobierno de Cantabria y actual secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), Miguel Ángel Revilla, es muy locuaz cuando asiste a los programas rosas de televisión. En ellos habla de todo: de la Corona, de los desahucios, de las preferentes... de todo. Sin embargo, no es tan locuaz cuando se le piden explicaciones acerca del resultado de determinadas decisiones de su gobierno. Ahí calla. Ahí guarda silencio.

El último ejemplo ha tenido lugar hace apenas un par de semanas en el Parlamento de Cantabria. Comparecía en la Comisión de Investigación sobre CANTUR para hablar de la operación de la compra-venta de las acciones del Real Racing Club SAD que el Gobierno de Cantabria autorizó en sendos documentos firmados el 28 de enero de 2011 por el entonces consejero de Economía y Hacienda, Ángel Agudo, y el 29 de enero de 2011 por el entonces consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Javier López Marcano. Compareció... pero no habló. Prefirió guardar silencio. Ni una palabra. Ni una explicación. Miguel Ángel Revilla habla en los platós de televisión, pero no habla en el Parlamento. Parece olvidar que quien le paga el sueldo es el Parlamento.

¿Por qué no habló en la Comisión de Investigación de CANTUR? Probablemente, porque tiene mucho que callar acerca de la operación de compra-venta del Racing entre Dumviro y WGA, es decir, entre Jacobo Montalvo y Alí Syed. Entre las pocas cosas que dijo, antes de negarse a contestar y limitarse a guardar silencio ante las preguntas de los diputados, fue que él conoció de la existencia de Alí Syed tan sólo unos días antes de la firma de los acuerdos: una semana antes, todo lo más.

Es curioso, en otra comparecencia parlamentaria, Ángel Agudo reconoció haber mantenido una videoconferencia con Alí Syed la última semana de enero; otros dos altos cargos del Gobierno de Cantabria en aquella etapa, Luis Egusquiza, entonces responsable del ICAF, y Pedro Pérez Eslava, entonces director de la Agencia Cántabra de Administración Tributaria, también conocieron a Alí en la última semana de diciembre. Hubo funcionarios del Gobierno de Cantabria que empezaron a intercambiar correos electrónicos con abogados ya a partir de aquellas fechas... Pero Miguel Ángel Revilla dice que no supo nada hasta un mes después. ¿Habrá quien le crea?

En el Racing, como en GFB, como en todo, Miguel Ángel Revilla quiere hacer creer a todos los cántabros que él no sabía nada, como si eso le eximiera de responsabilidad. Ahora bien, reconozca o no que conocía aquellas operaciones, como Presidente que fue, era el máximo responsable. Por la operación de GFB, en la que el Gobierno de Cantabria perdió 45 millones de euros para poner una fábrica de fibroyeso que jamás llegó a producir ni un solo panel, ya hay dos altos cargos del anterior Gobierno imputados por la Justicia. En el Racing el Gobierno de Cantabria ha comprometido 35 millones de euros, pero sólo en esta operación, la venta de las acciones a Alí, se han perdido siete millones. Y Revilla se niega a dar explicaciones en el Parlamento.

Las conclusiones sobre la operación se conocerán tan pronto como concluyan los trabajos de la Comisión de Investigación, pero ya hay algunas cosas que han quedado muy claras. Por ejemplo, que en el acto de transmisión de las acciones del Racing entre Montalvo y Alí Syed, la deuda de aquel con CANTUR, que ascendía a 7'7 millones de euros, se redujo a 6'5 millones. Es decir, que a AlÍ Syed se le hizo una 'quita' de 1'2 millones de euros. Por ejemplo, que una operación que ascendía a casi siete millones de euros, se respaldó con un aval que ascendía a sólo 1'5 millones de euros. Se han dejado de cobrar cinco. Por ejemplo, que se renunció a las garantías de cobro sin establecer nuevas garantías, o, al menos, no las suficientes. Por ejemplo, que toda esa operación se hizo sin informes técnicos de funcionarios del Gobierno de Cantabria y desoyendo las recomendaciones de los abogados contratados al efecto, que en todo momento alertaron de los riesgos de la operación. Y Revilla guarda silencio, eludiendo su responsabilidad y depositándola en quienes fueron sus consejeros, es decir, Ángel Agudo y Javier López Marcano. Él no quiere problemas: que los tengan otros.

El ex presidente del Gobierno de Cantabria habla de todo en televisión, pero en el Parlamento guarda silencio. No habla del Racing. No habla de GFB. Ese es Miguel Ángel Revilla.

 

Tribuna de opinión publicada el 5 de abril de 2013 en El Diario Montañés

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