El que fuera presidente del Gobierno de Cantabria entre los años 2003 y 2011, Miguel Angel Revilla, hizo huelga el pasado 14 de noviembre. Nada que objetar. Estaba en su derecho, como cualquier ciudadano. También estaba en su derecho de asistir a la manifestación y de colocarse visiblemente detrás de la pancarta. Ahora bien, encontrar a Miguel Angel Revilla a la cabeza de la protesta ciudadana contra la actual situación económica, teniendo en cuenta que él fue el máximo responsable de esta región durante los últimos ocho años, no deja de provocar cierta indignación entre quienes no han perdido del todo la memoria a lo largo de los últimos meses.
Porque, a quien protesta por la situación económica, hay que recordarle que fue durante su mandato, y durante el mandato de sus socios socialistas en el Gobierno de la Nación, cuando se pasó del crecimiento a la recesión (el mayor deterioro de la economía española se produjo en el año 2009); fue durante su mandato, y el de sus socios, cuando el paro se disparó en la región hasta alcanzar los 50.000 desempleados; fue durante su mandato cuando la deuda de la Comunidad Autónoma sobrepasó los dos mil millones de euros, que es la razón -el pago de los intereses, no ya la amortización de la deuda- de que en este momento haya que hacer recortes presupuestarios y ajustes en los servicios públicos; y fue durante su mandato cuando no se hizo nada para hacer frente a la tormenta económica que se avecinaba.
Si hay crisis, si la economía está terriblemente deteriorada, si las cuentas regionales están asfixiadas por la deuda, si el paro está en los niveles más altos de la historia reciente... en buena parte se debe a la gestión que Miguel Angel Revilla hizo al frente del Gobierno de Cantabria, y por supuesto a la de sus socios socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, en el Gobierno de la Nación. No hace tanto tiempo, Revilla se daba abrazos y besos con ellos, y con el ex ministro José Blanco. Ahora se pone detrás de la pancarta, aunque es ahora cuando, en medio de enormes dificultades, por supuesto, se están poniendo las bases para detener aquella tendencia, corregir la situación y devolver a España a la senda del crecimiento económico y el empleo, algo que probablemente ocurrirá a lo largo del 2013, después de cinco años de constantes caídas.
La del 14 de noviembre es la tercera huelga general que convocan los sindicatos mayoritarios en los últimos tres años. Hubo otra el 29 de marzo, cuando Rajoy llevaba apenas tres meses al frente del país, y una anterior el 29 de septiembre de 2010, cuando todavía gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero.
En 2010, Miguel Angel Revilla no secundó la convocatoria: no hizo huelga, no se manifestó, no se puso detrás de la pancarta. "No estamos para huelgas: estamos para trabajar más", decía el líder regionalista en aquellos días, en declaraciones a la prensa. "No se debe dejar de trabajar y poner más y más trabas a la rueda", añadía. Es decir, ante un mismo hecho -una huelga general en un país en crisis-, Miguel Angel Revilla opinaba una cosa entonces y hoy la contraria. ¿Cuál es su criterio? ¿Cuándo dijo la verdad? ¿Cuál es su opinión honrada y sincera? ¿La tiene?
Son dignos de recordar, asimismo, sus opiniones acerca de los piquetes y, en general, del comportamiento de los sindicatos. "Si fuera por voluntad propia, no más de un 25% por ciento secundaría la protesta. Ahora, si se corta el transporte, se coacciona a las tiendas, a los bares, a los quioscos, la huelga es un éxito", explicaba Revilla en 2010. ¿Tanto ha cambiado la situación? ¿O ha cambiado Revilla? Entonces, Miguel Angel Revilla pedía una regulación que prohibiera los piquetes informativos. "Informar ¿de qué? En la época en que había medios parece razonable, pero ahora estamos saturados de información", declaraba el entonces presidente del Gobierno de Cantabria y todavía secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). De hecho, llegó a denominarles "piquetes coactivos", nada menos. Hoy son sus compañeros de viaje.
El pasado 14 de noviembre, Miguel Angel Revilla estuvo de huelga. Pero no sólo eso: durante ocho años estuvo de huelga. Al igual que José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. Cuando el resto de países tomaban medidas para hacer frente a la crisis, aquí se negaba; cuando en otros lugares se adoptaban reformas, aquí no se hizo nada; cuando otras administraciones cuidaron el gasto para no incurrir en índices de endeudamiento insostenible, aquí se hizo lo contrario y se generó una deuda que hoy nos ahoga. Dos datos: el presupuesto de Cantabria para el año 2013 destinará 130 millones de euros al pago de intereses de la deuda. ¿Cuánto podría hacerse con ese dinero, en esta situación de crisis, de no tener que cargar con ese lastre?. En España, los intereses ascienden a 110 millones de euros al día. Y luego hablan de recortes. Revilla y Rubalcaba fueron a la manifestación, pero ellos son los responsables de los recortes. Ellos los provocaron. Aunque ahora hagan huelga y se pongan detrás de la pancarta.
Tribuna de opinión publicada el 22 de noviembre de 2012 en El Diario Montañés