Partido Popular en Cantabria

NFORME DEL GRUPO PARLAMENTARIO:

Presidente del Congreso. Miembros de la Mesa. Presidente del Partido. Amigos, compromisarios e invitados.

Me corresponde hoy el honor de representar al Grupo Parlamentario y ofrecer el tradicional informe de su actividad.

Un informe muy especial pues hemos vivido grandes cambios desde que se celebró nuestro anterior Congreso.

No voy a aburriros con datos sobre la inmensa labor desarrollada por nuestro grupo en el Parlamento de Cantabria, muy especialmente durante los años que precedieron a la histórica victoria de nuestro Partido en las elecciones del pasado mes de mayo.

Prefiero hoy dedicar estos minutos a hacer una serie de reflexiones y antes de ello, expresar el profundo respeto, afecto y reconocimiento a quien durante tantos años ha desarrollado la labor que hoy me toca, y que es una persona esencial de nuestro partido, por su dedicación, por su brillantez y por su profundo conocimiento de la vida política regional.

Me refiero, como todos habéis adivinado, a Kiko Rodríguez.

Si hoy tenemos el grupo mayoritario del Parlamento, si hoy el partido tiene tan alta representación y tan grandes responsabilidades al frente del gobierno regional y de tantos y tantos gobiernos municipales, que a nadie le quepa duda de que buena parte de ello se debe a su contribución, a su dedicación infatigable y a su acierto.

El Grupo Parlamentario ha sido la principal voz de nuestro proyecto político en la esfera regional, y lo ha sido en el Parlamento, pero también en la calle, en los medios de comunicación, ante la opinión pública, y por eso quien ha dirigido su actividad en estos años tan difíciles, merece todo nuestro reconocimiento.

Como también merecen un especial reconocimiento quienes han sido, dentro de ese grupo, voces muy destacadas, rigurosas, infatigables también en su labor parlamentaria y en la dirección del partido.

Me refiero, por supuesto, a esos compañeros y amigos cuya labor parlamentaria ha sido y es guía para todos aquellos que nos dedicamos a esta tarea.

Varios de ellos, hoy tienen ante sí, además, el reto y la enorme, - abrumante quizás -, responsabilidad de la labor de gobierno en el contexto más difícil que uno pudiera haber imaginado.

Me refiero a compañeros y amigos de los que hemos aprendido el valor de la perseverancia, la convicción, la honestidad y el rigor.

Isabel Urrutia, Cristina Mazas, y, por supuesto, nuestra Secretaria General, María José, y evidentemente, nuestro líder y Presidente del Gobierno de Cantabria, Nacho.

Hoy se hablará mucho de gobierno, de políticas de gobierno, de la trascendencia del cambio y de la enorme responsabilidad que los cántabros han puesto en nuestras manos.

Pero yo hoy quiero reivindicar la labor de estos compañeros del Grupo Parlamentario, y muy especialmente la de Nacho Diego, en los años difíciles, porque esa labor, en esos años de oposición, con el duro golpe, por qué no decirlo, de haber perdido el Gobierno por los trapicheos de perdedores, es la que nos ha traído hasta aquí, unidos, fortalecidos, y ha posibilitado ese triunfo histórico del que hoy hablaremos muchas veces.

Nuestro Partido, Nacho, te debe un reconocimiento imperecedero por una victoria que ha hecho historia, pero tiene una deuda más discreta, pero mucho más profunda, por los años que has sabido dirigir la nave, dándonos esperanza y fortaleza.

Sin el acierto en esos años grises, la victoria hubiera sido sólo una utopía.

Durante todos esos años, el partido ha tenido en el Grupo Parlamentario un equipo entregado, dando la cara en la primera línea de fuego, - si me permitís la expresión -, y sé que, Nacho, reconoces la valía y la fidelidad de aquel grupo.

Y no me cabe duda de que has reconocido esa labor, pues te has llevado a los mejores para construir el núcleo de tu Gobierno.

Bueno, a los mejores menos uno, y me refiero a alguien a quien tengo en una especial y sincera estima personal, y por quien profeso un especial respeto intelectual y moral.

Me refiero al Presidente del Parlamento, José Antonio, que siendo un hombre de gestión ha asumido, sin embargo, una tarea institucional fundamental en nuestra vida política. No quería dejar aprovechar esta ocasión para dejar de reconocer su labor y mostrarle mi afecto, y del Grupo Parlamentario del que es una parte fundamental.

Hoy la labor del Grupo Parlamentario es bien diferente a la que hemos desarrollado en estos años.

Y esta labor tiene ante sí un enorme reto, no exento de importantes dificultades - y esa es la breve reflexión que yo quería hacer hoy aquí -.

No voy a insistir en la enorme gravedad del contexto en el que los ciudadanos nos han dotado de tan abrumadora responsabilidad, al frente de España, al frente de la región y al frente de tantos y tantos ayuntamientos.

Todos somos conscientes de la extrema gravedad de la situación y no hace falta insistir mucho en ello:

Pero quizás no todo el mundo, es consciente de hasta qué punto nuestro partido y nuestros gobiernos, han de afrontar esa situación renunciando incluso a buena parte de su proyecto político y haciéndolo en un supremo ejercicio de responsabilidad.

Lo hacemos además con la plena consciencia de que, trabajando por el interés general, hemos de hacerlo incluso sacrificando nuestras futuras expectativas electorales.

Esa es la enorme diferencia que tenemos que explicar a los ciudadanos, porque nosotros sabemos y queremos anteponer el interés general al interés electoral.

Lo hemos hecho en la oposición y lo hacemos en el Gobierno.

Estamos obligados por responsabilidad y por compromiso ético a adoptar medidas que son tan necesarias como impopulares; que son tan urgentes como traumáticas en muchos casos.

Otros no han tenido ni el valor ni la generosidad que exigían estas circunstancias. No han estado a la altura como Gobierno, y no lo están tampoco como oposición.

Y aquí la labor del Grupo Parlamentario es esencial. Debemos ser y vamos a ser la primera línea de defensa ideológica y programática del Gobierno.

Nuestra labor ha de trascender la labor parlamentaria, y debe ser, sobre todo, la de mantener ante la opinión pública, de forma constante y convincente, el mensaje de la responsabilidad.

Y en esa labor didáctica no encontraremos colaboración de ninguna fuerza política.

No podemos esperar el menor ejercicio de responsabilidad de una oposición que ha sido profundamente irresponsable cuando era Gobierno.

Mucho nos tememos que lo que vamos a encontrar es crispación y confrontación de quienes supeditan el interés de las personas, de los ciudadanos, de su país y de su región, a sus propios intereses políticos.

Van a utilizar todos los medios, - de hecho ya lo están haciendo -, van a usar la demagogia más abyecta, van a usar, - y ya lo están haciendo -, la movilización interesada de los descontentos, que son, muchos de ellos sin saberlo, las propias víctimas de las políticas de quienes ahora les utilizan como carne de cañón.

Y aquí es donde la labor de nuestro grupo debe ser constante, rigurosa e infatigable. Debemos mantener una proyección social y, especialmente, mediática, permanente, para explicar la situación, para explicar la perentoria necesidad de las medidas del gobierno, y para, con la comprensión de la mayoría ciudadana, garantizar una clima de paz social que permita a tales medidas mostrar sus frutos.

Hemos de hacerlo en un contexto extremadamente difícil, y hemos de hacerlo contra fuerzas que siempre justifican cualquier medio que les lleve al fin último, que es siempre la defensa de sus intereses políticos, que son, desgraciadamente, opuestos a los de los ciudadanos.

Han dejado una España arruinada. Han dejado una Cantabria agónica. Y ahora somos nosotros los que vamos a acometer esas reformas, y las tenemos que acometer prácticamente sin recursos y con miles de personas que necesitan soluciones urgentes, cuyo presente es dramático y su futuro, si no se acometen los cambios, inexistente.

No nos va a faltar el valor, ni la responsabilidad nos va a dejar rehuir el compromiso con España y con Cantabria, pero tenemos que saber explicarlo.

Ese es nuestro reto como Grupo Parlamentario. Tenemos que esforzarnos en la comunicación. Sin una comunicación constante, clara, presente en todos los ámbitos, en todos los medios, permeable a toda la sociedad, la tarea del Gobierno será imposible de acometer en el clima necesario para garantizar su éxito.

La labor parlamentaria, en estos tiempos debe trascender, con mucho, el mero debate parlamentario. Todos los que tenemos responsabilidades institucionales, y muy especialmente, los diputados, tenemos que desplegar una infatigable labor de comunicación política y social.

La sociedad conoce la realidad y estará dispuesta a asumir los sacrificios si somos capaces de transmitir la verdad de los problemas y de explicar la necesidad de las actuaciones de nuestros gobiernos. Y esa misma sociedad, va a recibir simultáneamente mensajes de crispación y agitación.

Los que les han llevado a esta situación van a tratar de engañarlos y manipularlos de nuevo; quienes han sido los actores fundamentales de los problemas van a seguir siendo parte fundamental del problema.

Han mentido al gobernar, han mentido a los ciudadanos, a las instituciones, han desplomado la credibilidad de la clase política, y también la de la nación, y nosotros tenemos que recuperar ambas si queremos dar solución a los problemas.

No va a ser nada fácil, pero estamos para eso.

El Grupo Parlamentario debe ser, pues, la primera línea de defensa del Gobierno y del Partido, a través de la comunicación, y el instrumento esencial de canalización de las inquietudes de la sociedad civil de Cantabria, y no porque nos juguemos nuestro futuro electoral, que ya sería algo importante, sino por algo muchísimo más importante, y es que nos jugamos el futuro de nuestra región, de nuestro país y de nuestros ciudadanos.

Tengo el convencimiento de que estamos preparados para afrontar semejante tarea.

Muchas gracias a todos.

(Se adjunta el Informe del Grupo Parlamentario en PDF)