El diputado del grupo parlamentario Popular y ex miembro del Consejo de Administración de Sodercan, Carlos Bedia, ha afirmado este jueves que el proyecto de GFB "no tiene ni pies ni cabeza" y está hecho "desde una ambición distinta a lo que es el mercado", por lo que "no tiene ningún sentido".
Bedia se pronunció así durante su comparecencia en la Comisión parlamentaria que investiga las actuaciones del Gobierno de Cantabria para la instalación de la fábrica de fibroyeso GFB en Orejo a petición de la oposición parlamentaria, que decidió abandonar la misma el pasado martes, en una actitud que el diputado del PP definió como "cobarde, desleal e irrespetuosa para la sociedad" y que sólo se comprende desde "quienes tienen miedo" a que se conozca "una operación adulterada desde el inicio por las ambiciones políticas de la colación PRC-PSOE" y unos "intereses espurios cada vez más claros de los máximos representantes del Gobierno PRC-PSOE que pueda llevarles a los tribunales".
En opinión de Carlos Bedia, la "huida" del PRC y el PSOE de la comisión "es más propia del delincuente al que descubren en pleno robo y sale corriendo que la de dos partidos que representan la soberanía popular", pero ha advertido que los partidos responsables de "este desastre financiero" no se "van a salvar de sus responsabilidades, políticas y penales, que se puedan deducir de esta comisión".
Durante su intervención, el parlamentario del PP señaló que esta Comisión de Investigación, de la cual es miembro, le ha servido para "comprobar" que "eran ciertas" las "dudas e incongruencias" que había observado en el proyecto desde 2005, cuando entró a formar parte del Consejo de Administración de Sodercan; unas "sospechas" que hasta ahora no había podido confirmar porque en el Consejo le "negaban" información, según ha denunciado reiteradamente.
En este sentido, Carlos Bedia, que representó a Caja Cantabria en el Consejo de Administración de Sodercan entre 2005 y finales de 2008, ha negado que entonces tuviera ningún tipo de responsabilidad política, aunque sí fue objeto de "acoso constante" por parte del PSOE que lo vinculaba con el PP y le "negaba sistemáticamente" sus derechos. Al no recibir la información que solicitaba y ante la falta de apoyo del entonces presidente de Caja Cantabria, el socialista Jesús Cabezón, Bedia decidió abstenerse en las votaciones del Consejo para no "perjudicar la imagen" de la entidad de ahorro, motivo por el que tampoco acudió al juzgado.
Pero, según ha dicho, hubo cuestiones que le "sorprendieron" y "asustaron", como el precio de compra del terreno para la factoría de Orejo, que supuso un beneficio de 14 millones de euros ya que estaba por debajo del mercado; que GFB tuviera pérdidas de 90.000 euros en 2005 y estimadas de 400.000 euros en 2006 cuando todavía no se había puesto en marcha; o que el plan de negocios se presentara en 2007 y estuviera "hecho a medida".
En relación a éste último, ha precisado que en la Junta del 31 de junio no se presentó el plan sino un resumen del mismo "que parecía más un trabajo de un alumno de quinto de Empresas". Era, ha dicho, "líneas de números no en base a la realidad sino que cuadraban" y señalaba que se iban a vender en dos años 22,5 millones de metros cuadrados de tableros, algo "absolutamente increíble para un producto que no existía en España", y se iban a obtener 60 millones de beneficio. Era un plan "hecho a medida y creo que lo encargó Sodercan", sentenció Bedia.
Igualmente se quedó "asustado y preocupado" cuando vio el protocolo que se firmó en Costa Rica según el cual el Gobierno aportaba, a la firma del mismo, diez millones en capital social y otros diez en avales. Igualmente recogía que la peritación de la maquinaria no podía ir en contra de lo que estableciese Euroamérica, que era quien en principio la aportaba y que luego vendió a GFB, con lo que es "imposible" que dicha peritación fuera independiente. "Aportamos el capital en función de una maquinaria que no sabíamos lo que vale", ha subrayado.
También ha señalado que se produjo un "cambio de tendencia" en el proyecto tras las elecciones de 2007, pues si bien antes de esa fecha el Gobierno "daba dinero sin problemas" a GFB, en 2008 dejó de aportarlo.
En este sentido, el diputado del PP ha afirmado que los ex consejeros de Industria y Economía, Miguel Ángel Pesquera y Ángel Agudo, y el entonces responsable de Sodercan, José Villaescusa, "no tenían ninguna preocupación" sobre GFB. La "única persona" del Ejecutivo PRC-PSOE que, según ha dicho, tuvo "un poco de decencia", aunque haya "mentido en muchas cosas", fue el ex consejero de Industria, Javier del Olmo, quien "vio que no se podía seguir tirando el dinero público" en la factoría de Orejo, aunque el primer Consejo de Sodercan con el socialista en el cargo se celebró en GFB, "una farándula porque era evidente que no iba a arrancar, un engaño como para dar a entender que todo estaba arreglado".
De hecho, Bedia ha relatado que tres meses después, el Gobierno "quería irse porque el proyecto se hundía y no querían quedarse en el barco". Fue entonces cuando Euroamérica pretendió comprar la parte de Sodercan. El Ejecutivo presentó unas condiciones "increíbles", a las que se opuso porque "no me parecía que el Gobierno se fuera por cuatro millones después de toda la inversión que había hecho".
Así, el parlamentario del PP ha señalado que en octubre de 2006 Villaescusa afirmó en el Consejo, en respuesta al propio Bedia, que el Gobierno "tenía garantizado recuperar la inversión" en GFB y, en el mismo mes, se comenzó a decir que sólo faltaban los quemadores para poner en marcha la fábrica.
(Con información de Europa Press)