Partido Popular en Cantabria

Ni el Partido Popular (PP) en el Parlamento de Cantabria ni este diputado, en particular, tienen ningún ánimo de polemizar con el alcalde de Reinosa acerca de la situación del matadero comarcal de Campoo. La realidad económica en que se encuentra el país aconseja a los dirigentes políticos que se comporten con el máximo respeto posible hacia los ciudadanos y, por eso, parece acertado evitar polémicas estériles que, en lugar de apuntar soluciones, provoquen aun más cansancio en la sociedad. No se trata pues de polemizar para ver quién queda por encima, quién está más o menos enterado de la historia del matadero comarcal de Campoo o quién saca más rendimiento político a una disputa que, por lo demás, seguro que queda muy lejos del interés de los campurrianos.

El Partido Popular (PP) no quiere ahondar en esa polémica. Está claro. Pero su ánimo de eludirla no puede servir de excusa para que el alcalde de Reinosa siga sin proponer una solución que permita poner en funcionamiento el matadero comarcal de Campoo, del que es propietaria la institución que preside.

Al margen de las prisas que se dio para recepcionar una obra nueva que presentaba deficiencias; al margen de las prisas que se dio para firmar el acta de transferencia de la instalación; al margen de las prisas por inaugurarla cinco días antes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas; al margen de quién haya promovido los informes técnicos en los que se desglosan las deficiencias existentes; y al margen de a cuánto ascienden tales deficiencias; los hechos principales son que el matadero sigue cerrado ocho meses después de su inauguración; que los ganaderos de la comarca exigen una solución inmediata; y que dicha solución debe partir del Ayuntamiento de Reinosa, que es el titular de la instalación.

En el ánimo del PP no está polemizar n i cruzar cartas y declaraciones, ya se ha dicho, pero sí exigir a quien corresponde que ponga una solución sobre la mesa. En estos tiempos que corren no se puede mantener paralizada una instalación que supuso una inversión superior a los cinco millones de euros con dinero de todos los cántabros. Alguna idea se ha dado desde el Parlamento de Cantabria en este sentido: si se convoca un concurso para adjudicar la concesión administrativa del matadero por un periodo de diez años, descuéntese a la empresa adjudicataria la parte del canon correspondiente a las inversiones que sea preciso acometer con el fin de corregir esas deficiencias en las condiciones higiénico-sanitarias que hasta el momento han hecho imposible su apertura por no cumplir la formativa.

Es una idea. Puede haber otras. Pero lo que es irrenunciable es que por parte del máximo responsable de la situación, que no es otro que el alcalde de Reinosa, se proponga alguna alternativa al cierre de una instalación que ha costado cinco millones de euros y que acaba de inaugurarse.

En este sentido, a José Miguel Barrio, alcalde de Reinosa por el PRC y durante la pasada legislatura director de gabinete del anterior consejero de Desarrollo Rural, Ganadería Pesca y Biodiversidad, habría que preguntarle también en qué se ha gastado el Ayuntamiento de Reinosa los 170.000 euros de subvención que el Gobierno de Cantabria le concedió al Ayuntamiento de Reinosa precisamente para la puesta en funcionamiento del matadero. Si acondicionar el matadero no costaría 429.000 euros, como sostiene la única empresa que se ha tomado la molestia de hacer una estimación económica, sino menos, como dice el alcalde ¿No podrían haberse corregido esas definciencias con los 170.000 euros recibidos por el Ayuntamiento de Reinosa?

A quien le corresponde mover ficha es al alcalde de Reinosa, pero no para ahondar en una polémica que no conduce a nada, sino para poner sobre la mesa una solución que permita poner en funcionamiento el matadero comarcal de Campoo. Si es capaz de hacerlo contará sin duda con el apoyo total del PP: con el de sus alcaldes en la comarca, con el de sus concejales en el Ayuntamiento de Reinosa, con de la consejera de Ganadería, Pesca y Biodiversidad y, por supuesto, con el de este humilde diputado. Pero hágalo. Y hágalo ya. Porque ni los ganaderos de la comarca, ni las personas que podrían encontrar en el matadero un empleo, ni, por supuesto, la situación económica regional pueden permitirse el lujo de que el matadero comarcal de Campoo siga paralizado porque el alcalde de Reinosa no es capaz de ofrecer una solución y, entre tanto, se dedica a avivar polémicas estériles que no benefician a nadie.

Tribuna de opinión publicada el 13 de enero de 2012 en El Diario Montañés