TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DE MARIA JOSE SAENZ DE BURUAGA:
A lo largo de los últimos tiempos y cada vez con mayor frecuencia, nos hemos acostumbrado a la publicación de distintos indicadores que hablan muy a las claras del estado de salud de nuestro sistema sanitario público.
El Gobierno de Cantabria ha tenido la oportunidad de demostrar con hechos propios no sólo lo poco que le importa la sanidad, sino las consecuencias que sobre la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario público han desplegado sus ocho años de gestión. Ocho años de bipartito socialista regionalista en Cantabria que amenazan con colapsar nuestra sanidad pública regional y con ello uno de los pilares fundamentales del tan pregonado Estado del Bienestar.
Frente a la fragilidad de la palabra se impone hoy la contumacia de los hechos. Y así, las palabras de este Gobierno que se proclama "el más social de nuestra historia" y que nos dijo que no habría recortes sociales, son desmentidas hoy por los múltiples datos que demuestran que el sistema sanitario cántabro tiene hoy menos recursos de los que nunca tuvo y que es la víctima preferida de su política de recortes.
Como las palabras de este Gobierno que se vanagloria de subir y emplear bien nuestros impuestos para ofrecernos el mejor Estado del Bienestar del país, tienen su réplica en cada uno de esos recortes a los que permanece inmune la propia Administración y que reducen los gastos que repercuten directamente en los servicios prestados a los ciudadanos, sobre todo el sanitario.
No seré yo quien niegue el actual contexto económico de dificultad ni la influencia de la crisis económica en nuestro sistema, PERO SI el hecho de que la crisis económica sea nuestro principal problema. Puede ser y es una causa añadida y, sin ninguna duda es la excusa perfecta, pero nuestro principal y verdadero problema es este Gobierno.
Porque la triple crisis que hoy pasa factura a nuestra sanidad, una crisis de prioridades, una crisis de gestión y una crisis de endeudamiento, es casi tan vieja como este Gobierno y, desde luego, un lastre anterior a la crisis económica sobrevenida.
Veámoslo. Crisis de prioridades políticas del Gobierno de Miguel Angel Revilla. ¿Cómo evidencia un gobierno sus prioridades? Fundamentalmente a través de su política presupuestaria. Pues bien, la sanidad dejó de serlo desde el mismo momento en que socialistas y regionalistas llegaron al Gobierno.
Basta examinar la evolución de los sucesivos presupuestos sanitarios para constatar un hecho que ninguna estadística es hoy capaz de ocultar. Como es que la apuesta de este Gobierno por la salud de la población cántabra ha quedado reducida a un 30.4% del total presupuestario regional. Hemos pasado de un porcentaje próximo al 34% en el año 2004 a poco más del 30% hoy.
¿Qué significa esto? Pues que mientras en el ciclo expansivo de la economía la mayoría de los gobiernos autonómicos invertían más que nunca en fortalecer y modernizar sus sistemas públicos de salud, adelantando puestos en todos los rankings, el Gobierno socialista del Sr. Revilla, cuyas prioridades políticas fueron otras, se dedicó a vivir de rentas relegando el liderazgo de nuestra sanidad pública a posiciones de mediocridad.
Basta decir que el presupuesto sanitario cántabro ha crecido a lo largo de estos ocho años más de 13 puntos por debajo de lo que lo ha hecho nuestro presupuesto regional, exactamente el 23.3% frente a un 36.6%.
Esa es una de las razones por la que, según los datos del Ministerio de Sanidad, hemos pasado de ser los primeros en el año 2003 en presupuesto sanitario por persona protegida a los undécimos en 2010. Caída que también constatan- tal y como recientemente publicaba un medio de comunicación regional- los datos de la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad pública que nos otorga la duodécima posición en 2011.
Pero los datos dicen más. Dicen como ha reaccionado el Gobierno de Cantabria en este contexto de crisis económica y social, que lo es para todos. Y dicen que mientras la mayoría de las CCAA han peleado por preservar su sistema sanitario público de los recortes, este Gobierno tan social ha preferido cebarse sobre la sanidad a la que somete a un desplome del 8,32%- 11.000 millones de pesetas- doblando el recorte medio nacional.
Se lo resumo: menos recursos que nunca en ciclo de expansión económica y más recorte sanitario que nadie en plena crisis económica. Gracias a las prioridades de este Gobierno tan social debemos afrontar el periodo de mayor dificultad para nuestro sistema sanitario en precario, sin red - o sin colchón-, y lo que es aún más grave, cargados de una deuda que amenaza de forma muy preocupante nuestra sostenibilidad.
Hablarles de la crisis de gestión que viene soportando nuestra sanidad daría para todo un rosario de ruedas de prensa, pero permítanme centrarme hoy en uno de sus efectos más nocivos. El endeudamiento de nuestro sistema sanitario.
Me referiré para ello a dos indicadores o datos muy significativos.
Primero. La deuda hospitalaria y la morosidad donde Cantabria alcanza unas cifras inverosímiles. Deuda que según FEFE (Federación Estatal de farmacéuticos españoles) ascendía al pasado mes de octubre a más de 235 millones de euros y que se desglosa en 97,29 millones de euros en productos sanitarios y 138,2 millones de euros por suministro de medicamentos.
Y más de 138 millones de euros adeudados a las compañías farmacéuticas es hablar de una deuda superior a la de País Vasco, Asturias y Navarra juntas.
Somos líderes absolutos en % de deuda sobre presupuesto sanitario y así mientras que la deuda farmacéutica de Andalucía o Valencia representa un 8% y un 9% respectivamente de su presupuesto sanitario en 2010, y mientras que la media nacional se sitúa en el 5.7%, la deuda de Cantabria representa el 17.4% de su presupuesto sanitario de 2010.
Como somos líderes absolutos en deuda farmacéutica por habitante. Porque mientras la media nacional de deuda por habitante se sitúa en 74 euros, cada cántabro debe hoy 241,34 euros de farmacia por cuenta del bipartito. Más del triple.
Además Cantabria enarbola la palma de la morosidad al ser la CCAA que más tiempo tarde en pagar con 709 días de demora media, lo que viene a significar que en noviembre de 2010 pagamos los medicamentos que consumimos en diciembre de 2008.
Y si hablamos de productos sanitarios las conclusiones son idénticas. Debemos tanto como Asturias, Rioja y Navarra juntas. La suma de 97,29 millones de euros a 31 0ctubre. Una suma que representa el 12,2% del presupuesto destinado a sanidad en el año 2010 y con 648 días de demora.
Se lo resumo también. Debemos por ambos conceptos más del 32% de nuestro presupuesto sanitario de 2011. La escandalosa suma de casi 400 euros por habitante.
Es obvio que alguien debiera explicar en este Gobierno qué ha ocurrido en el consumo hospitalario, dónde han ido a parar esas consignaciones presupuestarias que se han incrementado en 8 años casi un 50% y responsabilizarse de este desastre de gestión y falta de previsión que ha dejado nuestras arcas tiritando y sin capacidad de afrontar los pagos más elementales. Sin olvidar por supuesto las consecuencias que todo esto tiene sobre muchas empresas.
El segundo indicador o dato al que quiero referirme tiene como protagonista la ejecución de infraestructuras sanitarias y la financiación estructurada a la que este Gobierno acudió desde en primer minuto a través de una empresa instrumental y dependiente de la CEP. La sociedad GISCAN, S.L..
El 30 de junio de 2006 CEP Cantabria y el SCS suscriben un convenio para la construcción de cuatro centros de salud- Cotolino II, Camargo Costa, el Alisal y Tanos- y el Hospital Tres Mares ya ejecutados y en funcionamiento.
¿ Los pagamos? No, se deben. ¿Cuál fue el montante de la inversión? 41.8 millones de euros. ¿Cuánto nos acabarán costando gracias a la maniobra financiera en cuestión? Más de 90. Es decir, más del doble.
Lo cierto es que todos los cántabros tenemos suscrita una hipoteca hasta el año 2031 por la pagamos 4 millones de euros en 2011 y otros tantos sujetos a actualización los próximos veinte años.
Posteriormente en mayo de 2010, se suscribe un nuevo convenio para la próxima construcción otros tres centros de salud- Nueva Montaña, Bezana y Cabezón de la Sal y un consultorio rural - Noja- que este Gobierno tampoco pagará.
De esta manera, por el coste de una inversión de poco más de 16 millones asumible vía presupuesto, acabaremos pagando más 29 millones de euros. Ocho años, desde el 2012 al 2019 a razón de 3.651.000 euros al año.
Esto significa que a partir del próximo año abonaremos un mínimo de 8 millones de euros anuales para pagar las infraestructuras del gobierno socialista de Revilla, viendo gravemente amputada nuestra capacidad inversora en el futuro.
Esto es lo que dejan sobre las espaldas de los cántabros, esto es lo que nos cuesta camuflar la deuda de este Gobierno, y esto es lo que este Gobierno llama solidaridad intergeneracional.
Y esto es lo que llamo dilapidar la herencia recibida, haber sido incapaz de administrar la bonanza y mantener la sanidad de ayer con cargo a la hipoteca de mañana.
Comparen la herencia que recibieron y la que dejan. La peor herencia posible en el momento en que la financiación de la sanidad es más perentoria que nunca.
Estoy segura que después de conocer la realidad los cántabros entenderán mucho mejor nuestra preocupación- una preocupación cada día más compartida dentro y fuera del sector-, comprenderán mucho mejor lo que nos estamos jugando- la supervivencia, la continuidad del sistema- y convendrán con el Partido Popular que los causantes de este desaguisado que ha puesto en jaque a nuestro sistema no pueden continuar al frente del mismo.
Porque quien ha sido el principal problema, quien no se ha dejado acompañar, quien ha rechazado toda propuesta para seguir perseverando en el error, y quien solo pretende seguir ocultando la verdad a los ciudadanos, no puede ser parte de la solución.
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