TEXTO DE LA INTERVENCION DE IGNACIO DIEGO:
Miren ustedes, el Parlamento de Cantabria es un edificio que representa a todos los cántabros.
Es, como comúnmente se denomina, "La Casa de TODOS los cántabros".
Es un lugar que, tanto dentro como fuera, merece el respeto de todos.
Merece respeto la tribuna del Parlamento y por ello nadie debe mentir conscientemente desde ese lugar.
Merece respeto su fachada principal.
Lo merece, insisto, por su valor arquitectónico, por lo que representa y porque es la casa de todos.
Si cualquiera va de visita a la casa de uno de ustedes, estoy seguro de que no deja a la entrada, en la puerta de su casa, un desperdicio, suciedad, una colilla rechupeteada y humeante.
Y que si alguien lo hiciera ustedes lo considerarían una falta de respeto.
Pues bien, el lunes, el Sr. Revilla en medio de un fingido escándalo, confiesa su falta de respeto a la casa de todos, su falta de urbanidad e incluso de higiene, al dejar una colilla humeante y rechupeteada en la fachada del Parlamento, la casa de todos, junto a la puerta principal.
Por cierto, a dos metros del cenicero que todo ciudadano que va al Parlamento utiliza.
Por cierto, cuando el Sr. Revilla ha salido del coche oficial, que le ha dejado a 10 metros de la puerta fumando su colilla. Y si tanto la aprecia, bien podía haberla apagado en el coche y dejado en el cenicero.
Pues bien. El lunes pasado, día de Pleno en la casa de todos, yo accedo al Parlamento minutos antes de su celebración. Hora de afluencia de diputados, empleados y visitas, y en presencia de los vigilantes jurados y policía nacional que custodian la casa de todos, en esos momentos.
Y al entrar veo en la fachada principal, en el alfeizar de la ventana, a dos metros del cenicero que está junto a la puerta principal, una colilla humeante y con un gesto reflejo, con los papeles que llevo en la mano la retiro de la ventana y la apago. En presencia de quienes allí estaban y que después preguntados por el Sr. Revilla así se lo confirmaron con total naturalidad.
Ese acto es un acto reflejo de urbanidad y limpieza, de respeto a la casa de todos.
En ese mismo lugar, acceso al Parlamento, en las visitas frecuentes de grupos de niños he visto al entrar, dejar una botella de agua a un chiquillo y pasando detrás de él, he recogido la botella y la he depositado en una papelera, como acto reflejo de respeto a la casa de todos.
Lo hice con la botella, lo hubiera hecho con un papel o un plástico u otra suciedad, como lo hice con la rechupeteada y humeante colilla del Sr. Revilla
Y ahora hagamos un necesario ejercicio de racionalización.
Minutos antes de encontrarse el Sr. Revilla su colilla apagada. En el Pleno del Parlamento se habían debatido a iniciativa del Partido Popular asuntos de trascendencia para Cantabria:
- Un Plan de Empleo.
- La Formación Profesional en Cantabria.
- El gran fracaso escandaloso de GFB.
El Sr. Revilla como es costumbre en él, se había mantenido absorto en sus dibujitos y con una total indiferencia hacia lo debatido.
Una indiferencia de la que sale, ante algo que sí le preocupa, que no es el empleo, ni la Formación Profesional, ni el despilfarro de su Gobierno, es la colilla de su cigarro apagada.
Eso sí es grave, eso merece la preocupación del Sr. Revilla, saber ¿quién le ha pisado la colilla?
Que se pidan las grabaciones de cámaras de seguridad.
Que se llame al FBI, al CSI, a Scottland Yard y a Sherlok Holmes.
Y que al Grupo Parlamentario Revillista, que en siete años no ha utilizado la capacidad que tiene para formalizar pregunta al presidente, El Sr. Revilla les exija que le pregunten por quién le agravia gravemente pisándole la colilla rechupeteada.
Y lo triste, lo lamentable, es que su grupo parlamentario no le reconviene por la guarrada de dejar una colilla en la fachada principal de la casa de todos, cuando va de visita a ella, que no la ensucie con las colillas.
Y ese grupo parlamentario que en siete años no ha preguntado por: Valdecilla, las infraestructuras, los agravios continuos de Zapatero, la miseria en los presupuestos, los 40.000 parados, los afectados por la Ley de Montes, o por los de Costas, o por tantos otros asuntos que preocupan y de verdad a los cántabros.
El grupo revillista en el Parlamento pregunta por primera vez y lo hace por la colilla del Sr. Revilla.
La pasada semana, el Sr. Revilla y su entorno quisieron ser centro de atención en el desfile militar del 12 de octubre, esta semana el intento es con una colilla.
Ayer se lo dije a ustedes. Me niego a que Cantabria entre semana tras semana a girar en la noria del Sr. Revilla.
Nunca me he negado a responder sus preguntas, sigo a su disposición para hacerlo, pero créanme, no voy a entrar en ese juego.
No voy a hablar de la colilla del puro del Sr. Revilla. Voy a hablar de los apuros que padecen los cántabros.
