García Escudero acudió hoy a Santander para presidir junto a Ignacio Diego el acto de constitución del Grupo Territorial de Senadores por Cantabria del PP, que estará presidido por Gonzalo Piñeiro.
En el transcurso de la reunión, a la que además de miembros de la dirección del Grupo Popular en el Senado y de los senadores cántabros, Gonzalo Piñeiro, Encarnación Salmón y Leticia Díaz, asistieron también la secretaria autonómica, María José Sáenz de Buruaga, y el portavoz en el Parlamento, Francisco Rodríguez, se abordaron cuestiones como el AVE, la situación del Puerto de Santander o las obras del Hospital Valdecilla.
Sobre este último, Pío García Escudero recordó que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha incumplido las iniciativas que han sido aprobadas en el Senado a propuesta de los representantes cántabros y anunció que seguirán insistiendo porque Valdecilla se considera una infraestructura sanitaria de la "máxima importancia".
También abordaron los incumplimientos para con las obras y la mejora del Puerto de Santander. Al respecto, García Escudero recordó que el proyecto que tenía el Gobierno socialista debería haberse realizado contando con Fondos de Cohesión.
En este sentido se refirió a que Cantabria ha sido la región peor tratada en cuanto al reparto de los citados fondos y lamentó que el compromiso adquirido por la vicepresidenta, Fernández de la Vega, de compensar a la comunidad con 200 millones de euros tampoco se haya hecho realidad.
García Escudero no eludió referirse a la situación de crisis económica que afecta a España y por consiguiente a Cantabria. El portavoz del PP en el Senado denunció la actitud de Zapatero al comienzo de esta legislatura, negando la crisis, y su renuente actitud posterior, retrasando la toma de medidas. "Al final, cuando las ha empezado a tomar -indicó- lo ha hecho deprisa, corriendo, mal y obligado por otros".
El jefe de los senadores populares explicó que Zapatero, en menos de un mes, ha abandonado su discurso sobre derechos sociales y ha tirado por la borda todas sus promesas, sustituyéndolas por el mayor recorte social de la historia de la democracia.
En este recorte enmarcó la reforma laboral. "Después de dos años y medio de dejarlo todo en manos de sindicatos y empresarios y de no liderar absolutamente nada, ahora quieren aprobar la reforma el 16 de junio porque el 17 hay que enseñarla en Bruselas. Y nos traen una reforma que todos los expertos en derecho laboral califican de deficiente y para la que no cuentan con apoyos parlamentarios. Otra vez deprisa, otra vez corriendo, otra vez mal".
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