Da la sensación de que a nuestro máximo dirigente regional le han encargado en Moncloa que insista en lo mal que lo está pasando el de León. Pobre Zapatero. Pero además le han debido hacer otro encargo. Que deje muy claro que, pese a lo que está sufriendo, Zapatero no abandonará la nave. Aguantará hasta el final pase lo que pase. De hecho la frase completa es la siguiente: "La que nos está cayendo y la que nos puede caer es tan gorda que yo no abandono el barco de ninguna manera, que a nadie se le pase por la cabeza que yo no aguanto hasta el final".
Hay muchos ejemplos en la Historia de gobernantes que han aguantado hasta el final pese a la que estaba cayendo. Eso sí, por regla general ese empecinamiento les llevó a hundirse con el barco. Es decir, se hundieron ellos y dejaron hecho unos zorros el país que gobernaban.
Pero volviendo a lo que nos ocupa. Parece claro que a nuestro presidente regional le han encargado (o quizás hasta ordenado) que haga lo posible por convertir en víctima a quien es el culpable de la situación por la que atraviesa España.
Y él, adepto como es a la causa zapateril desde que éste autorizara su encumbramiento a la Presidencia de Cantabria (haced lo que queráis, se rumorea que le dijo a Dolores), está cumpliendo a rajatabla el encargo. Pobre Zapatero. Lo mal que lo está pasando. Cómo no le va a dar de plazo hasta el 20 de julio para solucionar lo del AVE si da penita verlo.
Cómo le va a incordiar con posibles rupturas de gobierno si se está quedando en los huesos. Si las ojeras le llegan al pecho. Cómo va exigirle que desautorice a Pepiño y que cumpla sus compromisos con Cantabria si el sufrimiento por la situación de España le corroe las entrañas.
No será nuestro presidente quien añada un motivo más de pesar a los muchos que ya soporta el ahora frágil presidente de España. Al contrario. Si es necesario, y parece que lo es, hará lo posible y lo imposible por propagar a los cuatro vientos que Zapatero es una víctima más, que su luz permanece encendida por las noches porque no duerme.
Mientras tanto el AVE puede esperar hasta el 20, el 30 o el 40 de juliembre. Cantabria debe ser solidaria con quien la ha llevado a la ruina como al resto de España y apoyarle en un momento tan delicado, evitando darle nuevos dolores de cabeza que le perturben aún más.
El presidente de nuestro Gobierno autónomo tiene un gran corazón. A él, que se le saltan las lágrimas por cualquier nimiedad, ver a Zapatero delgado y ojeroso le ha puesto la piel de gallina. Las afrentas que Cantabria ha padecido durante las últimas semanas pueden esperar a ser reparadas. Todo, con tal de que Zapatero no se desmorone. Pobre Zapatero.