TEXTO DE LA RUEDA DE PRENSA:
El Plan de recortes del gasto presentado por el gobierno de Zapatero es el más grave, injusto y antisocial plan de recorte del gasto de la historia de nuestra democracia.
Es el más grave porque se ha producido muy tarde, de forma improvisada, y ante la presión de las instituciones europeas, los líderes europeos, e incluso con la presión directa del Presidente de EEUU, Obama, que han tenido que acudir al auxilio de España ante la absoluta incapacidad de Zapatero y su gobierno, para adoptar medidas que frenen el imparable camino hacia la catástrofe.
Y las medidas, cuando se toman tarde son siempre muchísimo más traumáticas y menos efectivas.
Cuando hay una infección, sino se pone un tratamiento se acaba en amputación. Es cosa de sentido común.
Porque este gobierno hasta hace dos días seguía negando la mayor. De hecho en el encuentro con Mariano Rajoy en La Moncloa ya dijo Zapatero que "de recortes drásticos, nada", y a al cabo de tres días se presenta, obligado por la presión internacional con un plan de recortes que no tienen parangón con los efectuados por ningún otro gobierno anterior.
Pero además es el plan de recortes más injusto porque hace que la incapacidad y la incompetencia del gobierno de Zapatero la paguemos todos, pero especialmente los pensionistas y los empleados públicos, que no son responsables en absoluto de la política de derroche y demagogia de este PSOE que nuevamente nos ha empobrecido.
Una vez más la izquierda española ha puesto en jaque el estado del bienestar y han demostrado su incapacidad como gestores de la economía de nuestro país y de nuestra región. Porque es importante que en esta valoración hablemos en clave regional, ya que la situación general de España va a tener unos efectos muy concretos y enormemente negativos en nuestra tierra.
Es absolutamente evidente que es el gobierno que se define como el "más progresista de la historia de España" el que va a llevar a cabo el mayor recorte de derechos sociales, en trabajadores y pensionistas, de nuestra historia reciente.
Esta situación se debería haber evitado y se podía haber evitado con un programa de contención del gasto y de estímulo a nuestro tejido productivo y nuestro empleo, como el que el Partido Popular lleva ya dos años reclamando.
Esta situación, (y lo que habrá de llegar posiblemente), se podría haber evitado si en vez de enrocarse en la demagogia, en el populismo, en el gasto incontrolable, y, sobre todo, en la negación de la realidad, se hubieran realizado las reformas estructurales que nos vienen reclamando desde todas las instituciones económicas y políticas de la unión europea.
Este gobierno desastroso, presidido por el presidente más incompetente de nuestra historia reciente, por un presidente iluminado, que no ha dado a torcer el brazo hasta que le han obligado literalmente por la fuerza, (lo que de por sí es bastante bochornoso para cualquier español), nos va a hacer pagar el primer plazo de la crisis, que no fue capaz de reconocer y no ha sido capaz de controlar ni enderezar (a diferencia, por cierto, de otros países de nuestro entorno, que están saliendo de la recesión en una posición bien diferente).
Y el primer plazo lo van a pagar los empleados públicos, los pensionistas y las mujeres embarazada, pero también lo van a pagar los enfermos, los usuarios de la sanidad pública, y lo van a pagar las empresas, con un plan de recortes de las inversiones en infraestructuras, y los van a pagar el conjunto de los trabajadores, porque estos recortes, guste o no, van a tener efectos muy directos sobre el conjunto de la actividad económica.
Y lo vamos a pagar, en definitiva, el conjunto de los ciudadanos, con una política fiscal que va a reducir el consumo, la capacidad de ahorro de las familias y la capacidad de inversión de autónomos y empresas.
Respecto de las palabras de Revilla, diciendo que "estas medidas eran necesarias, pero quizás llegan tarde", quiero comentar que me producen estupor e indignación.
El gobierno regional de Revilla y los socialistas es un calco del gobierno de Zapatero, ha desarrollado la misma política de gasto y déficit público, con los mismos desastrosos resultados.
Igual que el gobierno de Zapatero se ha resistido a contener el gasto público hasta que la presión internacional ha dicho basta, Revilla ha puesto a Agudo y los socialistas al frente de nuestra política económica regional, y ahora los recortes, a los que se ve obligado el gobierno de España, van a significar gravísimos recortes también en nuestra comunidad autónoma, porque aquí el gasto público lleva seis años desbocado, sin rumbo y sin resultados.
Por eso Revilla debería callar, ya que es tan mal gestor como Zapatero -peor es imposible- y su gobierno ha caído en los mismos vicios que el gobierno de España: gasto sin control, déficit público, endeudamiento a larguísimo plazo, y ausencia de inversiones vitales para la región.
Revilla debe callar porque, como Zapatero, a su imagen y semejanza, ha permitido que la administración autonómica se haya convertido en un monstruo insostenible por la vía de las empresas del sector público, cuyo crecimiento desmedido hemos denunciado desde hace años.
Revilla ha promovido un incremento brutal de los sueldos del gobierno, altos cargos, creación de más altos cargos, creación de empresas y organismos públicos sin cometido, ni función, ni justificación alguna, excepto convertirse en un agujero por donde se abusa y se tira el dinero de todos los cántabros.
Y ahora ese gasto que se ha consolidado lo pagan las personas en situación de dependencia que ven como se recortan sus derechos, lo pagan los pensionistas, lo pagan las madres, lo pagan las familias que ven reducir sus prestaciones sociales, y, en definitiva, lo pagan los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad.
El gobierno de Revilla, al igual que el de Zapatero, aún hoy sigue negándose (aunque no tendrá más remedio que cambiar de rumbo, por la fuerza de los hechos) a reestructurar la administración, que nuestro partido se lo ha propuesto cien veces; sigue negándose a reducir el sector público empresarial que nos cuesta decenas de millones de euros, se ha negado a reducir los salarios de gobierno y altos cargos (aunque ahora no va a tener más remedio que hacer tarde, lo que tuvo que hacer mucho antes), que también lo hemos propuesto cien veces.
Y hemos propuesto también muchas veces una contención del gasto suntuario, del gasto improductivo, el gasto de fiestas, propagandas, de viajes por el mundo, porque tarde o temprano esa factura se habría de pagar, y ahora, de momento, la van a pagar quienes no han tenido ninguna culpa en este despilfarro y este derroche que no nos ha dejado ni más riqueza, ni mejores fundamentos para el progreso, sino una deuda que pagarán nuestros hijos, si tenemos suerte.
Que nadie se engañe, Zapatero es el peor gestor de nuestra historia y Revilla ha hecho una política a imagen y semejanza de Zapatero, con la misma falta de objetivos, con los mismos vicios y abusos, y con los mismos costes sociales, que van a ser enormes.
Pero la cosa es aún más grave, porque su dejación de funciones ha sido tan grave, su entreguismo al socialismo ha sido tal, que Cantabria se ha quedado sin inversiones en infraestructuras, soportando incluso enormes deudas del estado como la financiación de Valdecilla, -prometida por el gobierno de España pero que nunca ha llegado-, y ahora que no hay dinero, y llegan los recortes, no tenemos lo que no se hizo y nos dirán que no lo tendremos porque ya no se puede hacer.
Zapatero y Revilla son lo mismo. Dos gestores desastrosos, dos demagogos sin escrúpulos, dos populistas ineficaces y dos incompetentes sin parangón.
Y su incompetencia, su demagogia y su desastre deja tras de sí una factura que no somos capaces ni de evaluar, pero cuyos primeros pagos caen hoy sobre funcionarios, madres y pensionistas, y, que nadie se engañe, también sobre el resto de los trabajadores, de las familias y de las empresas de España y de Cantabria.
Nuestro partido ha planteado un modelo bien diferente, ha querido impulsar otra política económica, sostenible y que garantiza los derechos sociales, dentro de un marco de austeridad, eficacia y rigor, pero el gobierno de Revilla ha hecho justo lo contrario.
Si se hubiera reestructurado y reducido el sector público, si se hubiera contenido el gasto improductivo durante años, si se hubiese invertido en lo esencial: sanidad, infraestructuras, industria, innovación y educación.
Y si se hubiese mantenido la reivindicación con dignidad frente a las raquíticas inversiones del estado, hoy no tendríamos que enfrentarnos a la situación actual que es una situación muy difícil y que ya está empezando a tener un enorme coste social.
Zapatero y Revilla ya han demostrado de lo que son capaces, ojalá los ciudadanos dejen paso a quienes podemos demostrar que hay otra forma de gestionar un gobierno, con austeridad, eficacia y solidaridad.