Rechazar la comisión de investigación supone lanzar un mensaje "deplorable" a los ciudadanos, un mensaje "nefasto" que indica que hay "dos clases de cántabros": los ciudadanos que tienen que responder de sus actos; y los miembros del Gobierno, que no tienen "responsabilidades ni tienen que responder ante nadie".
Sin embargo, advirtió de que los ciudadanos "no lo van a permitir" y no dejarán que un "quebrantamiento" de 36 millones de euros de dinero público se quede sin explicar.
Ignacio Diego aseguró que el proyecto de la fábrica de fibroyeso de GFB en Orejo ha sido "una de las gestiones más ineptas e irresponsables" que ha habido en la región e insistió en que el Gobierno debe asumir "sus responsabilidades", empezando por el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, y siguiendo por el consejero de Economía y Hacienda, Ángel Agudo, al que considera "cerebro" de todo lo ocurrido, por haber formado parte del Consejo de Administración.
En el caso de Revilla, el líder del PP le criticó por "escurrir el bulto" y consideró que debe tener "la gallardía de asumir los errores y responsabilidades", lo mismo que primero "quería todas las medallas". En su opinión, el Ejecutivo cántabro "tiene cada vez más de revolución bolivariana y chavista" y de "república bananera", con un presidente que al igual que el venezolano Hugo Chávez "se pasa más horas en la televisión que en el despacho gestionando".
"Cuando un Gobierno monta un desaguisado de estas proporciones hay que responder ante los ciudadanos, dar la cara y someterlo a una comisión de investigación para sacar conclusiones y evitar que vuelva a ocurrir", sentenció Diego.