Francisco Barategui recordó que en la primera sesión plenaria de la presente legislatura se acordó que los plenos de la corporación se celebrasen mensualmente y, concretamente, los últimos jueves de cada mes. Sin embargo, según el portavoz municipal, "a lo largo de la presente legislatura han sido contadas las ocasiones en las que el alcalde socialista ha procedido de conformidad con el mandato plenario, tanto que su cumplimiento es la excepción".
"El alcalde retrasa las sesiones plenarias ordinarias para sustituirlas, en la mayoría de los casos, por extraordinarias", explicó Barategui quien señaló que no es la primera vez que el Partido Popular ha mostrado su malestar ante este proceder "conminando al alcalde a cumplir con lo acordado y en consecuencia, a respetar el derecho de los concejales de la oposición a desempeñar su función de fiscalización y control del gobierno municipal, un derecho que se está viendo sistemáticamente obstaculizado".
Para el portavoz del PP, "es obvio que desde que se consumó el pacto con los regionalistas y goza de mayoría absoluta, al alcalde le molesta la participación de la oposición y, prueba de ello, es el intento fallido de modificar ese acuerdo para que las sesiones plenarias ordinarias fueran cada dos meses".
En opinión de Barategui, "en esta ocasión el alcalde ha ido algo más lejos, puesto que ha incumplido su deber de convocar Pleno Ordinario en el mes de julio". "El regidor se ha escudado en la ausencia de asuntos que llevar a dicha sesión, pero mucho nos tememos que lo que trata de eludir es la formulación de preguntas que le incomodan relativas al mal funcionamiento de algunas concejalías o el abandono de ciertos proyectos municipales", explicó.
"¿Cómo se puede decir que en Suances y a finales de julio no hay asuntos de importancia para los ciudadanos sobre los que informar o someter al Pleno?" se preguntó Barategui y continuó diciendo que "desde el Partido Popular se considera preocupante que en pleno mes de julio y en un verano convulso en la villa, el alcalde prescinda de aportar información y hurte deliberadamente a los corporativos la posibilidad de debatir, aportar y consensuar posturas sobre asuntos de trascendencia y las medidas adoptadas al respecto por el ejecutivo local, como por ejemplo el botellón, la seguridad ciudadana o los fuertes controles policiales a los que se está sometiendo al municipio".
"Todo ello revela no sólo una preocupante irresponsabilidad y despreocupación en la gestión sino también un talante que deja mucho que desear y un déficit democrático importante que nos vemos obligados a denunciar", concluyó.