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Diego exige un golpe de timón frente a la crisis y un presidente que ejerza su liderazgo

No es la primera vez que convocamos una rueda de prensa en los últimos meses para exponer esta opinión del Partido Popular: que es necesario un Plan Integral de actuaciones frente a la crisis en Cantabria y que el Presidente debe abandonar su pasotismo y crear un equipo que permita afrontar la más grave recesión en más de cincuenta años. Entre mis últimas manifestaciones y hoy, los hechos no hacen más que darnos la razón:

Teka ha presentado un ERE para 450 trabajadores, Ferroatlántica para 150. La fábrica de Multiprosur ha cerrado, con otros 100 trabajadores.

El empleo del comercio minorista cayó un 3% en plenas rebajas.Tanto FUNCAS como el Banco Santander han rebajado el crecimiento del PIB de Cantabria el año pasado, bastante por debajo de lo que dice el Gobierno regional. Y Caja España nos augura un caída del -1,5% de la economía cántabra este año, el doble de lo que dice el señor Agudo que va a caer.

El Gobierno ha tenido que cambiar a un consejero de una consejería clave en estos momentos, como la de Industria, que se va con un balance de papel y propaganda, pero sin realizaciones válidas: sin suelo industrial en funcionamiento, sin resolver el tema energético, sin abordar las urgentes actuaciones en el transporte ferroviario .

Es decir, contra la cruda realidad de los ERES, del paro y de las empresas en problemas el Gobierno sólo ofrece papel de propaganda y verbos en tiempo futuro.

Sinceramente deseamos acierto al nuevo consejero, señor Sota, pero es evidente que el señor Revilla ha desaprovechado la ocasión oportuna para hacer lo que se necesita: cambiar el equipo y elaborar un Plan Anticrisis.

La semana pasada, el Partido Popular propuso al Gobierno oficialmente un plan de inversiones en obras promovidas por los ayuntamientos, contratando éstos todo el personal directamente del paro, para frenar la destrucción de empleo.

Pues bien, por parte de Revilla y de Gorostiaga no ha merecido ni siquiera una respuesta al Partido Popular. Les presentamos un plan de empleo y ni nos contestan.

¿Por qué? Esto es algo que va más allá de la soberbia del político que se cree falsamente invulnerable.

Va más allá: se trata de la radical incapacidad de ver la crisis, de sentir su importancia, su posible prolongación, y de asumir el deseo de una acción inmediata y global.

Este Gobierno está hipnotizado por la crisis y no mueve ni un músculo.

Se piensa que está todavía en los días felices del crecimiento al 4% y de la creación de puestos de trabajo.

No acaba de entender que todos esos miles de trabajadores regulados en ERES seguirán posiblemente teniendo el mismo problema cuando acabe el año, porque sin las medidas adecuadas, los mercados de la vivienda, del automóvil, del acero, no se van a recuperar tan fácilmente.

Cuando los expertos advierten de serias dificultades, el político tiene que reaccionar. Y Revilla no reacciona. Frente a la crisis tiene gestos, pero no actos. Habla, pero no hace.

La mayoría de este gobierno regional está completamente quemada y no puede luchar contra la crisis.

Hay una consejera que ha conseguido el milagro de enfadar al mismo tiempo a la enseñanza pública y a la concertada.

Otro tiene que readmitir a los médicos a los que quiso echar, tiene en pie de guerra a las urgencias de atención primaria y unas listas de espera tremendas. Y todavía pide más tiempo para una cosa tan sencilla como firmar en un folio la aportación del Estado para Valdecilla. Pero no se firma, parece que no encuentran la pluma.

Hay un consejero con el triste récord de que somos la única región española donde en 2008 se perdieron turistas nacionales. La única. Algo se hace muy mal, y algunos deben pensar ya en dar relevo a nuevos equipos con nuevas mentalidades.

Un Gobierno que no ha querido negociar un presupuesto anticrisis con el Partido Popular, porque pactar con la oposición era "contra natura", decía Mazón; o porque no estábamos a su altura presupuestaria, decía Agudo. Hoy la evidencia es que ese presupuesto no es la mejor herramienta contra la crisis, porque su gasto corriente resulta excesivo e impide los grandes planes de inversiones reactivadoras. No se nos hizo caso, y ahora ya estamos en primavera y se ha perdido un trimestre muy importante.

Pero claro, si el entrenador no es capaz de sustituir a los jugadores que no funcionan, al final el responsable es el entrenador por su cerrazón y dogmatismo.

Cantabria necesita un Presidente que se tome en serio la crisis, no que se quede pasmado ante ella, que lidere equipos de expertos públicos y privados, de las universidades, las entidades financieras, las industrias y la consultorías.

Y además está equivocándose en perjuicio de Cantabria, con la adhesión irracional a las políticas erróneas y discriminatorias de Zapatero.

Andalucía acaba de recibir la promesa de 1.200 millones de euros en concepto de deuda histórica.

Cataluña ha recibido ya 800 millones de euros por deudas de infraestructuras. Y ahora no va a aceptar menos de otros 2.000 millones en cumplimiento del Estatuto de Autonomía.

Y mientras Zapatero reparte esas millonadas a sus grandes bolsas de votantes y diputados, los demás a dos velas. Las anchoas de Chaves y Montilla deben ser más gordas que las de Revilla, viendo el resultado.

Nuestro Presidente da oxígeno con entusiasmo injustificable al Gobierno socialista que no lucha contra la crisis y que deriva millonadas a otras comunidades, cuando nosotros ni siquiera tenemos aún autovía con Palencia, ni tampoco un centímetro en obras del Tren de Alta Velocidad en Cantabria.

Cantabria tiene que afrontar la crisis con planificación y solicitando colaboración y sacrificio de todos. Nosotros, el Partido Popular de Cantabria, estamos dispuestos, pero ni siquiera se nos contesta. Es más importante para Revilla salir en Buenafuente, que estudiar un plan de empleo para 3.000 personas.

Y Cantabria tiene que afrontar la crisis apartándose radicalmente de una actitud servil ante Zapatero, que ha supuesto ya cinco años de retrasos de los grandes proyectos y un incumplimiento sistemático de todo lo que se anuncia, como los 200 millones para la Autovía del Agua, el Convenio de Valdecilla, la Autopista Dos Mares, el Tren de Alta Velocidad a Madrid, etcétera. Mientras a otras comunidades se les ofrecen cantidades astronómicas. Por cierto, que se las ofrece nuestra ministra-diputada la señora Salgado, que después viene a reñirnos los fines de semana a Unquera. ¡Por favor, un poco de decoro!

En resumen: Exigimos un golpe de timón, un plan de actuaciones frente a la crisis y un presidente que ejerza el liderazgo en esa tarea, en vez de asistir como un espectador de primera fila al hundimiento de nuestras empresas. Y nosotros ofrecemos la colaboración del partido que representa a más cántabros y que, como tiene experiencia de gobierno, sabe lo que un gobierno puede y debe hacer en estas circunstancias.

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