Contacta
Salir Usuarios

menu móvilmenu móvil

OPINION*: Lo que hicieron los Gobiernos de Cantabria - José Joaquín Martínez Sieso

Ahora que tanto se habla de la memoria histórica, voy a romper una lanza por la memoria histórica reciente; porque en ciertos tópicos y comentarios desinformados he venido constatando que hay algunos sectores que, o bien eran demasiado jóvenes como para seguir los asuntos públicos a finales del siglo XX, o bien con independencia de su edad están siendo víctimas de una propaganda política que, por motivos electoralistas, busca borrar una memoria equilibrada de lo ocurrido en Cantabria entre 1995 y 2003. Abusando de la amabilidad de El Diario Montañés, quiero hacer una contribución a una memoria histórica regional equilibrada que sirva de referencia a todas las generaciones y que combata tanto el desconocimiento involuntario como la deformación interesada.

Entre 1995 y 2003 gobernó Cantabria un Consejo de Gobierno de coalición PP-PRC, donde yo mismo era el Presidente y Miguel Ángel Revilla, el vicepresidente. En la legislatura 1995-1999 la coalición no contaba con mayoría absoluta, por lo que hubimos de pactar unas veces con la Izquierda Unida de los señores Ángel Agudo y Martín Berriolope (hoy en el PSOE), y otras con los herederos de la UPCA del ex presidente Juan Hormaechea. De 1999 a 2003, la coalición gozó de mayoría absoluta: UPCA e IU habían desaparecido del hemiciclo. En cuanto al entorno nacional, en nuestro primer año convivimos con el último gobierno socialista de Felipe González, sacudido por la corrupción, y en los siete años restantes con los sucesivos gobiernos de José María Aznar, lo cual resultó ser una afortunada coincidencia para nuestra tierra.

Ahora hay gente que frívolamente dice que no hicimos nada en ocho años -según esta versión, parece que el señor Revilla por alguna misteriosa razón estuvo ocho años de brazos cruzados y sólo empezó a hacer algo por Cantabria cuando los socialistas le nombraron Presidente-. Conviene recordar lo que se hizo, para que nadie pueda alegar ignorancia. Y sobre todo, para que nadie pueda alegar que da lo mismo que gobiernen unos o que gobiernen otros. No da lo mismo.

Aquellos Gobiernos regionales PP-PRC lograron del Gobierno de la nación terminar la Autovía del Cantábrico entre Torrelavega y Asturias; adjudicar todos los tramos de la Autovía de la Meseta en Cantabria y varios en Castilla y León; iniciar el estudio informativo de la Autovía Aguilar-Burgos; plantear una solución a la Autovía Ronda de la Bahía de Santander y a una vía de alta capacidad de Astillero a Torrelavega pasando por Renedo de Piélagos. Esos Gobiernos consiguieron algo histórico: incluir a Cantabria en la red ferroviaria de Alta Velocidad en el doble eje Madrid-Santander y Ferrol-frontera francesa.

Los Gobiernos PP-PRC que tuve el honor de presidir lograron recuperar la economía de Cantabria, llevándola a crecimientos superiores a la media española y a una imparable convergencia de renta por habitante con la Unión Europea (por eso salimos del grupo de las regiones pobres, no por una demencial teoría de la conspiración que ahora el ex comunismo quiere poner de moda). Superando una fuerte recesión económica de mediados de los 90, se crearon 50.000 empleos netos en nuestra tierra y se consiguió reducir la tasa de paro a la mitad, poniendo a la región en el camino hacia el pleno empleo. En ocho años se crearon numerosos polígonos industriales (Vallegón, Requejada, El Bosque, Ambrosero, Las Navas, Morero, Santoña y Laredo), se iniciaron las obras de otro (Parque Empresarial de Reocín), se firmó el convenio para otra gran actuación (Parque de Villaescusa-Parbayón) y se iniciaron los proyectos del Parque Científico Tecnológico de Santander y del polígono de Ramales. La red industrial existente al acabar 2008 es básicamente la misma que dejamos en 2003, lo que no habla precisamente a favor de los cinco años de gobiernos PSOE-PRC.

Los Gobiernos del período 1995-2003 normalizaron la administración desde el punto de vista presupuestario, de transparencia informativa y de funcionamiento de los servicios públicos. Esa normalización permitió asumir competencias tan importantes como la Educación (universitaria y no universitaria), la Sanidad o las políticas activas de empleo. Se hicieron leyes trascendentes en todos los apartados, y no hay más que acudir a la web del Parlamento de Cantabria para verificarlo en su base de datos.

Los Gobiernos bajo mi Presidencia desarrollaron cuantiosos programas de obras públicas, tanto en carreteras como en saneamiento y depuración de aguas residuales. Se realizó el Saneamiento de la Bahía de Santander, y se logró que el Estado acometiera el del Saja-Besaya, el de Campoo y el del Asón, mientras nosotros realizábamos el de Castro-Urdiales, San Vicente y los valles interiores. Se obtuvo del Estado y otras comunidades la aprobación al bitrasvase Ebro-Besaya-Pas que garantizara el suministro de agua a Cantabria, y que es la base fundamental del proyecto hoy en desarrollo de la Autovía del Agua (para el que Zapatero prometió 200 millones de euros que, finalmente, no nos dará, por lo cual esa Autovía en vez de salirnos gratis nos cuesta a los cántabros 33.000 millones de las antiguas pesetas).

Los Gobiernos que presidí consiguieron el compromiso del Estado de financiar íntegramente la completa renovación del Hospital Marqués de Valdecilla, una auténtica refundación. Y en la negociación sanitaria fuimos capaces de obtener la mejor financiación per cápita de toda España en servicios de salud a la población. Nuestros planes sanitarios ampliaron y humanizaron la asistencia psiquiátrica, impulsaron la salud bucodental, ampliaron los programas de vacunaciones, crearon numerosos centros de salud y consultorios rurales, pusieron en marcha programas contra el cáncer de mama y de atención a las toxicomanías, así como a los trastornos alimentarios. Diseñamos un proyecto de hospital comarcal para Reinosa, capaz de atraer pacientes de Castilla y León también.

Inyectamos cuantiosos fondos en todas las organizaciones civiles dedicadas a atender a los ancianos y a las personas dependientes. Fue así como el Asilo San José de Torrelavega, o entidades como Amica, Ampros, Padre Menni y muchas otras pudieron consolidar sus programas solidarios. Se construyó para Aspace un centro de atención integral a la parálisis cerebral, se incrementaron las ayudas a todos los colectivos y se aprobó una pionera ley de atención a la dependencia.

Mis gobiernos aumentaron las ayudas familiares a personas en dificultades económicas estructurales o transitorias. Creamos el programa de las ayudas de 100 euros mensuales a las madres de niños de 0-3 años. Suprimimos en la práctica el impuesto a las herencias de padres a hijos o entre cónyuges. Promovimos la industrialización de la transformación agraria y apoyamos la modernización de las explotaciones ganaderas. El mundo de la pesca y la conserva cambió radicalmente con nuevos barcos y nuevas fábricas, también con las obras de mejora en los puertos pesqueros.

En la cultura, conseguimos el nuevo Museo de Altamira (hoy ignorado por el PSOE), el nuevo Archivo Histórico y Biblioteca Central (que data de cuando Rajoy era ministro de Cultura y los Zapateros y Revillas no son capaces de terminar tantos años después) y remodelamos el Museo Marítimo del Cantábrico. Ayudamos con importantes sumas a grandes proyectos como el Concha Espina en Torrelavega y los palacios de Deportes y de Exposiciones en Santander. Dejamos planteado el proyecto de un gran Museo de Cantabria en Las Llamas, y la arquitectura singular de un Moneo para la capital, y legamos a la región un nuevo Conservatorio Regional de Música en Santander. Por otro lado, una existosa promoción turística permitió batir todos los récords del sector.

En fin, no procede hacer más larga la relación, porque ocuparía al menos treinta artículos como éste. Es claro que el que descalifique global y totalmente aquella época habla desde el desconocimiento (y si es regionalista, desde la más absoluta contradicción, porque el PRC fue parte importante de aquel progreso). Aquellos gobiernos, compuestos por el esfuerzo de muchas personas inteligentes y animadas por un gran espíritu de servicio a Cantabria, pueden presentar una hoja de balance excelente y de la que sentirse orgullosos. ¿Se hicieron también cosas equivocadas? Desde luego. En mi opinión, no fuimos capaces de dar solución eficaz ni al problema del urbanismo ni al de la vivienda. Curiosamente, durante los ocho años de coalición estos temas estuvieron en manos del señor Revilla: un dato "rocoso" que los adalides de la memoria histórica selectiva tienden a olvidar.

En conjunto, la etapa 1995-2003 fue un periodo de gran avance económico e institucional de Cantabria, incluida la reforma consensuada del Estatuto de Autonomía. Cuando se haga balance de 2003-2011, ya veremos si resiste la comparación en economía, empleo, infraestructuras, industria, cultura y sanidad. Yo creo que no, pero ya habrá en el futuro ocasión de hacer ese análisis. Sobre hechos, no sobre fábulas.

*Artículo publicado el 23-11-08 en El Diario Montañés

blog comments powered by Disqus

Suscríbete a nuestros canales

  • Instagram
  • Tiktok
El uso de este sitio implica la aceptación del aviso legal del Partido Popular de Cantabria.
x

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, en nuestra política de cookies