El Partido Popular ha registrado una proposición no de ley en el Parlamento para reclamar al Gobierno de Cantabria que concluya en un periodo no superior a cuatro meses las obras de renovación interior del mercado de abastos de Castro Urdiales, paralizadas desde el mes de agosto con el correspondiente perjuicio para los vendedores locales y usuarios de la instalación.
Su portavoz parlamentario, Íñigo Fernández, ha recordado que desde la aprobación del proyecto por parte del Gobierno de Cantabria en el mes de abril de 2019 -con una inversión prevista superior a los 680.000 euros antes de impuestos- ha sido modificado en varias ocasiones, incluso una vez habían comenzado los trabajos.
Fernández ha lamentado que, más allá de responsabilizarse mutuamente de los retrasos, ni el Gobierno de Cantabria ni el ayuntamiento han ofrecido explicaciones, más cuando el titular de la Consejería de Obras Públicas, responsable máximo del contrato por el que se adjudicaron dichos trabajos en septiembre de 2021, llegó a afirmar que se trataba de “una de las inversiones municipales más importantes” de su departamento en la presente legislatura.
“El consejero José Luis Gochicoa no puede seguir desatendiendo las obras de acondicionamiento interior del mercado de abastos de Castro como está haciendo, privando a vecinos y visitantes y, muy especialmente, a los comerciantes locales, de un espacio comercial y un referente arquitectónico, porque nada sabemos de Gochicoa respecto a este asunto desde que en agosto se paró la obra”, ha dicho el portavoz popular, advirtiendo de que la Consejería no ha ofrecido a la fecha solución alguna que permita desbloquear la situación de parálisis de este espacio.
Tampoco se conocen las gestiones que desde el Gobierno de Cantabria se han podido realizar con el ayuntamiento, responsable a su vez de la rehabilitación exterior de este edificio histórico, a fin de minimizar los perjuicios que esta situación viene ocasionando.
En este sentido, desde el PP recuerdan que actualmente, los vendedores de productos cárnicos, pescadería, fruta y verdura están desarrollando su actividad en un espacio provisional, la conocida como “plaza nueva”, con tremenda preocupación e incertidumbre y en unas condiciones nada deseables; todo por el abandono absoluto de este lugar por parte del ayuntamiento.
Y recuerdan que, este hecho, unido a las enormes dificultades por las que viene atravesando el comercio de proximidad desde antes de la pandemia, puede provocar la desaparición de negocios familiares que llevan décadas prestando un extraordinario servicio.