El Partido Popular de Piélagos ha vuelto a denunciar el abandono total al que se ve sometido el pueblo de Parbayón desde hace meses. Carlos Caramés ha puesto el foco especialmente en el estado de la carretera que une el barrio de Jurrió y El Tojo, así como la falta de mantenimiento del mobiliario urbano ya sean las fuentes, las máquinas de ejercicios, los bancos o el propio consultorio médico.
A principio de verano la alcaldesa reconoció en pleno que el deterioro de la carretera de Jurrió era más grande de lo pensado, de manera que el ayuntamiento necesitaba disponer de un proyecto nuevo para abordar una obra más cara de reparación. El peligro sigue ahí, sin tan siquiera una señalización ni una seguridad adecuada; el tiempo pasa y el problema sigue sin resolverse. Tampoco se ha anunciado ningún estudio ni presupuesto para mejorar el estado del vial, el cual incluso está semicortado en uno de sus tramos.
Según Caramés, "la alcaldesa se hace la foto" en la inauguración de la carretera regional entre Parbayón y Riosapero, mientras las vías municipales siguen en un lamentable estado. Otro ejemplo en la misma localidad es el tramo que une Riomijares con La Pasiega donde las únicas mejoras en los baches que dificultan el tránsito han sido las realizados por los propios vecinos con sus medios a disposición.
Dice Carlos Caramés que jamás el pueblo de Parbayón estuvo tan desatendido, "una irresponsabilidad doble" que atañe tanto al presidente de la junta vecinal, José Ángel Diego, como a sus compañeros del tripartito (PSOE-PRC-AVIP) en el "desgobierno municipal". La situación no pasa desapercibida para la gente y ya es "un auténtico clamor sin solución". Caramés recuerda que es responsabilidad del ayuntamiento atender y mantener los pueblos.
Mientras tanto el ayuntamiento ha decidido limitar el aparcamiento en Parbayón sin ofrecer alternativas cómodas para los vecinos. Las líneas amarillas proliferan de tal modo que bloquean tanto la farmacia donde es necesario acudir a veces por urgencias, como el apeadero de Renfe, que tanto servicio proporciona a los habitantes de la pedanía. No hay solución alternativa y los vecinos lo único que perciben es un aumento de las multas todas las semanas.
La falta de atención se observa también en el mantenimiento inexistente del mobiliario urbano; no solo papeleras o bancos, sino también espacios más sensibles como el consultorio médico o las fuentes del pueblo, que a falta de cuidado o reparación han sido drásticamente cerradas.
Se adjuntan fotografías