“Si algo constituye una sociedad justa es el respeto por la vida, sin descartar a nadie” asegura el senador cántabro Javier Puente, y añade “difundir la eutanasia en plena pandemia es una puñalada trapera a los mayores y a los más débiles de la sociedad. En un momento de crisis, de dolor y soledad para muchos de ellos, presentarles la eutanasia como opción es una canallada. Es enviarles un mensaje de que su vida, si hay sufrimiento, ya no tiene sentido”.
“Si ya es grave no proteger a nuestros mayores, aquellos que nos han dado la vida y han trabajado tanto para que tengamos este gran país, más grave es hacerlo en este escenario de pandemia, la cual se ha llevado a decenas de miles de nuestros compatriotas”, se lamenta.
Javier Puente asegura que nadie quiere prolongar el sufrimiento de un paciente,” por ello proponemos una ley de Cuidados Paliativos tan necesarios en España”. Con la aprobación de esta Ley, a su juicio, “España se suma a Holanda y Bélgica como países que permiten la eutanasia y el suicidio asistido y será considerados muerte natural”.
“Me siento muy cerca de todos aquellos que sufren enfermedades crónicas, que viven situaciones dramáticas” y asegura que comprende que haya personas que en circunstancias extremas sean partidarias de terminar su existencia. “Ahí está el desafío para las autoridades, los servicios sociales, médicos y la propia familia. Si entre todos no somos capaces de armar de razones para vivir, es que estamos fallando en una de nuestras misiones esenciales”.
Otros dos puntos a resaltar, son la estigmatización que se hace en la ley del objetor de conciencia y su inclusión en un Registro que puede dar lugar, en su opinión, a una discriminación laboral. ”que puede perjudicar al profesional médico que actúa de acuerdo a la deontología profesional”, ha remarcado.
Finalmente, Javier Puente muestra su desacuerdo con la discriminación a los discapacitados en la ley, al incluir una definición que evoca a las personas con capacidades diferentes, los encuadra como personas con diferentes derechos y los señala para la eutanasia. Considera que con esta ley se retroceden 70 años en materia de igualdad de las personas con capacidades diferentes: “Esta ley abocará al débil, al enfermo, al vulnerable a la muerte prematura y no a mitigar su sufrimiento existencial, su dolor físico o su angustia vital”.