En la tarde de ayer se reunieron en sesión conjunta del Senado las comisiones de Agricultura, Pesca y Alimentación y la de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que contaron con las comparecencias de sus correspondientes ministros, Luis Planas y Teresa Ribera.
En la comisión estuvo presente la senadora por Cantabria, Amaya Landín, portavoz de Pesca y representante cántabra en la comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación, quien le trasladó al Ministro del área, Luis Planas, la postura de los ganaderos y las principales organizaciones profesionales agrarias cántabras, quienes, al igual que el Partido Popular “están totalmente en contra de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial”.
En este sentido, la senadora le pidió que tanto él como su Ministerio “defiendan activamente a los ganaderos, que con su labor generan riqueza y contribuyen a fijar población en muchas zonas rurales, pero cuyo medio de vida peligra por actuaciones como la que ahora se plantea implantar el Gobierno de Pedro Sánchez”. A su vez, la senadora Landín aprovechó la comisión para reclamar al Ministro la reactivación de las ayudas al almacenamiento en pesca, demanda de gran interés entre los pescadores cántabros tal y como se lo han hecho saber a la senadora desde distintas cofradías de la región.
En el transcurso de la sesión que tenía por objeto que el Gobierno informase a los grupos políticos sobre los trabajos previstos para la protección del lobo, el Grupo Popular denunció la votación que se llevó a cabo en el seno de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, “votación dirigida y orquestada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con el fin de atender los caprichos y las exigencias de determinados grupos ecologistas; y en la que tuvieron el mismo peso las comunidades autónomas que tienen lobo y graves daños en la ganadería, como aquellas que ni siquiera tienen esta especie”.
Ante la evidente falta de consenso, el Grupo Popular denunció “que en la mitad norte de España mueren cada año 15.000 cabezas de ganado por ataques del lobo, y pidió utilizar todas las herramientas disponibles con criterios científicos y técnicos para lograr un equilibrio entre la conservación del lobo y la existencia de la ganadería”.