La presidenta del Partido Popular, María José Sáenz de Buruaga, ha augurado para 2021 una recuperación lenta y pobre tras un año 2020 negro, marcado por la pandemia y la gestión de un Gobierno que no ha estado a la altura de la sociedad y que ha usado la Covid como coartada de su inacción y su parálisis.
Buruaga ha hecho hoy balance del año 2020, en el que la Covid y sus efectos devastadores han acaparado y condicionado todo, y ha concluido que lo único bueno ha sido la altura de miras de la sociedad, el coraje, la responsabilidad y la solidaridad extraordinaria con la que está afrontando la pandemia que, sin embargo, no está siendo correspondida por nuestros gobernantes. “Ni el Gobierno de España ni el de Cantabria han estado ni están a altura”, ha dicho.
Según la presidenta del PP, si hablamos de la crisis sanitaria, estamos ante un fracaso monumental de Pedro Sánchez, que ha dejado abandonadas a su suerte a las comunidades autónomas, y del Gobierno de Cantabria, que siempre va por detrás del virus.
“Tenemos un Gobierno incapaz de anticiparse, que va a remolque de los datos y del resto de las comunidades autónomas, un Gobierno que gestiona a bandazos y a golpe de improvisación, con constantes cambios de criterio sin fundamento técnico o epidemiológico y que no hace otra cosa que generar desconfianza e intranquilidad entre la población”, ha afirmado.
A todo ello, se suma la evidente descoordinación entre consejerías y entre los socios, que se ve agravada por un Gobierno descabezado y con un presidente que en lugar de dirigir, impulsar y coordinar la acción del Gobierno está mucho más cómodo buscando excusas y echando la culpa a todos los demás y el ejemplo más claro, ha dicho la presidenta, es el cierre de la hostelería.
Sobre la gestión de la crisis sanitaria, la presidenta ha afirmado que el Gobierno de Revilla ha dado la espalda a los sectores más afectados por las restricciones derivadas de la pandemia, porque sus medidas son nulas o claramente insuficientes.
Buruaga ha recordado que estamos ante una catástrofe económica de dimensiones desconocidas con más de 42.000 parados, sin contar los 5.200 en ERTE, una destrucción empresarial sin precedentes y sectores estratégicos al límite de sus posibilidades: el comercio, la cultura, el ocio, la construcción, pero sobre todo la hostelería y todo eso es menos empleo, menos inversión, menos crecimiento y más pobreza.
Para la presidenta, en este contexto, está claro que la recuperación es el único programa de legislatura posible y también la máxima preocupación del Partido Popular, puesto que el Gobierno no está en este objetivo.
A su juicio, el Gobierno de Revilla se está limitando a gestionar la pandemia y además mal y la usa como excusa y coartada para todo, para justificar su inacción y la parálisis de todos los proyectos.
La presidenta ha advertido de que las expectativas para 2021 no son nada halagüeñas y, si no cambian mucho las cosas, nos enfrentamos a una recuperación lenta y pobre porque estamos en el peor momento posible en las peores manos posibles.
Según la presidenta, el Gobierno no tiene plan de reconstrucción, lo fía todo a lo que no depende de él y los instrumentos de los que dispone para sacar adelante esta comunidad han fallado.
Así, ha recordado que los Presupuestos Generales del Estado son ruinosos para Cantabria, a lo que se suma un presupuesto de la comunidad inservible, que ignora la realidad de la región y renuncia a plantarle cara, un presupuesto de la inercia, ha añadido, que deja tirada a la Cantabria productiva y con el que socialistas y regionalistas dimiten de sus obligaciones políticas con todos los cántabros.
Según ha recordado la presidenta, queda por ver qué pasa con el fondo europeo de recuperación, aunque la historia ha empezado muy mal, porque los proyectos de Cantabria siguen en el limbo de las ideas y la comunidad autónoma ha salido mal parada del primer reparto.
La presidenta ha asegurado que el PP va a exigir equidad, objetividad y eficacia en la gestión de los fondos europeos y también en la distribución de la vacuna de la Covid, que es el primer paso para acabar con el virus y para reactivar nuestro tejido productivo, que es lo que piden los autónomos, los empresarios y los trabajadores.
Según Buruaga, hasta que no esté vacunada una mayoría de los españoles, seguiremos en situación de riesgo, por lo que habrá que seguir haciendo un esfuerzo para mantener las medidas de prevención y protección y seguir apelando a la responsabilidad individual y colectiva.
Por eso, ha pedido una distribución equitativa y rápida de la vacuna, sin 17 planes distintos. Necesitamos un plan de vacunación trasparente, con un número de dosis suficiente, un calendario y criterios de preferencia claros para que se administre en el plazo más breve posible y dé tranquilidad a la población. “Necesitamos menos propaganda y más gestión”, ha concluido.